La Oficina de Castigos *Libre*.

Gruño con enfado,mientras caminaba con fuerza y rapidez.Algunos Dioses que estaban por ahi,lo observaban con reproche.Ya que otra vez,habia roto las reglas.Los pasillos eran largos y solitarios,pero llenos de luz.Una sensacion de calma reinaba en el ambiente,pero a cada paso que daba,se sentia mas molesto.

Se detuvo delante la puerta y golpeo dos veces,esperando el consentimiento para entrar.Mientras tanto,se perdia en sus pensamientos.Porque diablos hacian tanto escandalo?.Solo habia hecho una "inocente" travesura!.¿A caso amenazar a alguien que ibas a cortarle la razon de que era hombre,porque te manoseo el trasero,era pecado?.¡Si!,¡en ese bendito lugar si!!.Y ahora estaba ahi,como muchas otras veces,esperando que Zeus le diera el permiso a su oficina.

¿Que le haria hacer esta vez?.¿Archivar miles de papeles antiguos que estaban llenos de polvos?.¿Ordenar alfabeticamente los libros de la enorme biblioteca?.¿Darle un baño a Pegaso?.¿O darle un baño a el?.Esto ultimo no le molesto mucho,si lo pensaba bien.Y al ver por que camino se iba su mente,dejo de pensar,sintiendo como su rostro ardia al estar tan sonrojado.Volvio a gruñir,por enesima vez desde que lo mandaron ahi,y golpeo con mas fuerza la puerta.¿Porque se tardaba tanto?.

Como la mayoría de las veces que estaba en la oficina, no estaba trabajando. En realidad acudía allí para no pasar las horas en el castillo escuchando a Hera quejarse una y otra vez mientras él simplemente hacía oídos sordos a sus reproches y escuchaba su fina y preciosa voz como una canción sin letra retumbar en sus oídos. Llegaba un punto que le entraba dolor de cabeza, y huí a su sitio de descanso, la oficina, donde normalmente poco o nada tenía para hacer.

Bebía una copa de vino como acostumbraba cuando estaba relajado y sin trabajo, mientras por la ventana veía a unos niños jugar con una pelota, pensaba que sus hijos estaban ya mayores, todos habían crecido y eran ya independientes a pesar de que seguían yendo a menudo a verlo… Quizás podría tener otro hijo, aunque tendría que encontrar a la persona correcta, y desde ya que esa no era Hera. Los golpes continuos en la puerta lo sacaran de sus pensamientos y regresó allí la vista, saboreo el vino que tenía el la boca antes de tragarlo y dejó la copa a medio vaciar sobre su escritorio.

-Adelante Tamashi…-dijo sin más, sabiendo que era él sin necesidad de verlo, pues lo conocía hace ya tanto tiempo que bien conocía aquella aura malhumorado que esperaba del otro lado de la puerta. Se había metido en líos de nuevo, a pesar de los años seguía siendo un crío después de todo, pero tenían que aceptar que sus desplantes y travesuras lograban divertirlo bastante, pero no más que sus ocurrentes castigos a la hora de corregir sus actitudes.

-¿Qué ocurrió ahora? –le preguntó con su habitual sonrisa tranquila, pues sabía que no era nada grave, pero al menos aquello le daba un rato de diversión. Se llevó el cabello hacia atrás y recargó el rostro en la palma de su mano, viéndolo.

Al Escuchar el permiso concedido.Entro y cerro la puerta con mas brusquedad de la requerida.Se acerco al mayor y suspiro con rabia.De seguro el muy jodido se estaba diviertiendo en lo grande.Sabia que se divertia asignandole los castigos y demas.A pesar de que lo queria,a veces realmente lo detestaba.

-Nada importante.Ya sabes que son unos exagerados.-Dijo.Su voz era suave,melodiosa,pero cargada de enfado y fuerza.Se sento en la punta del escritorio y se cruzo de brazos.Ignorando el hecho de que la toga se habia subido un poco y mostraba parte de su redondeado trasero.-Un sujeto me manoseo el trasero,el muy hijo...de su madre y lo amenaze con cortarle la razon por la cual era hombre.-Sus ojos se encendieron como el mas ardiente de los fuegos,al recordar al idiota ese.

-La verdad,Zeus,no veo porque hacen tanto escandalo.Este es el unico lugar donde hasta la mas pequeñas de las cosas,son tomadas como pecado y demas.¿Donde esta ese dicho de "vive y deja vivir"?.Deberian aplicarlo,¡demonios!-Suspiro,tratando de calmarse y miro fijamente al Dios,aun sabiendo que su mirada ardia aun mas que el fuego.

Su tono molesto e irrespetuoso lo divertía aún más, su trato desde que tenía memoria había sido de demasiada confianza a pesar de que fuera el amo y señor de todos los Dioses. No es que aquello le molestara, por el contrario, se divertía con ese tono suyo tan impertinente, distinto al de la mayoría de los ángeles que procuraban ser pacientes y educados en su presencia. Él se mostraba tal y como era, no le importaba que fuera el mismo Zeus con quien estuviera hablando, aquello simple le arrancaba una sonrisa. Muchas veces sus hijos le habían recriminado por esto, diciendo que debía ponerle límites, o tomar medidas mas serias en lugar de tomarse a broma sus travesuras, pero Zeus no lo consideraba nada muy serio, aquella era su forma de ser y le resultaba bastante simpática.

Lo observó sentarse sin mas sobre su escritorio y siquiera intentó evitar que su mirada se desviara a aquella deliciosa porción de piel que había quedado al descubierto cuando su diminuta toga se corrió de su lugar. –Oh, ya veo…-respondió con una picara sonrisa que el otro no alcanzó a ver pues no lo estaba viendo en ese preciso momento- No lo culpo, te paseas por aquí y allá con una ropa tan sexy que no es sencillo resistirse a tus encantos –lo dijo en tono bromista, pero no era del todo un chiste. Sabía que sólo lograría que se enfadara más, pues era él quien los obligaba a ir así vestidos, mas que nada porque adoraba ver sus hermosos cuerpos delgados y perfectos bajo la tela blanca.

-Un ser celestial como tú no debería pronunciar palabras como esa –lo regañó con su habitual tono dulce y sin reproche, se lo había dicho ya un millón de veces, pero sabía que nunca lo aceptaría. –Supongo que has venido aquí por tu castigo –colocó una mano sobre su hombro viéndolo con aquella expresión divertida y juguetona en sus ojos azules. –Te equivocas, no todo aquí es un pecado.. o en todo caso, no todos los pecados están prohibidos –le guiño un ojo para que captara el doble sentido de sus palabras y quitó su mano de su hombro para después rodear el escritorio viendo hacia todas partes mientras meditaba.

-Te lo preguntaré a ti, ¿Cuál crees que sería la mejor forma de compensar tus acciones? –le miró nuevamente con aquella sonrisa pacifica y clara estampada en su rostro, esperando que respondiera, con algo de curiosidad.

Al escuchar las palabras que este le decia respecto a su ropa,un furioso sonrojo aparecio en su rostro.Miro en otra direccion,tratando de calmar ese ardor en su rostro y el nerviosismo que lo asalto de repente.Se dijo que el era asi con todos los angeles y demas,cosa que calmo su nerviosismo y lo hizo enfadar aun mas que antes.Pero su sonrojo no disminuyo.

-¿Que tiene de malo esa palabra?.Por algo la inventaron ¿no crees?.-Lo miro fijamente,con el seño fruncido.Y cuando este nuevamente comenzo con sus palabras de doble sentido,agradecio estar sentado,ya que sus rodillas se habian vuelto pura gelatina.-¡Ya d-deja de jugar conmigo,maldicion!-Se puso de pie y se acerco a un enorme ventanal.Estaba conciente que su rostro aun ardia,cosa que detestaba.

-No meresco ningun castigo Zeus.Eso fue en defensa propia.¿Que se cree ese sujeto?.¿Que puede ir y manosear a cualquiera solo por que es un estupido pervertido?.¡No!.Nadie tiene ese derecho,incluyendote a ti.-Ya se habia volteado y habia señalado con el indice al mayor.Resoplo y coloco una de sus manos en su fina cintura,la otra la enredo en sus cortos cabellos y los revolvio.Siempre hacia eso cuando estaba nervioso,era un tic que tenia desde pequeño.

Una sonrisa picara se formo en sus labios de cereza cuando vio aquel rubor llamativo iluminar de un modo delicado el rostro del ángel. Pensó que se veía más encantador que nunca con sus mejillas sonrosadas por sus juguetonas palabras. Parecía no poder controlar sus nervios y bastante desesperado por ocultarlos. Le acarició los labios con la punta de sus dados sin que su sonrisa despareciera.

-Los ángeles deben tener un lenguaje fino y refinado, que acompañe su cuerpo perfectamente bello y armónico…son verdaderas obras de arte, mi pequeño orgullo. –Su sonrisa se desdibujo ligeramente al escuchar sus siguientes palabras, y repentinamente se lo vio algo mas serio- No juego contigo, todo lo que he dicho es cierto…Nunca sería capaz de hacer algo como eso –llevó su mano ahora a los cabellos ajenos, tacándolos apenas comprobando lo suaves que eran.

Se acercó y fue tras el deteniéndose a sus espaldas cerca del gran ventanal, sopló suavemente en su cuello para hacerle cosquillas, no le gustaba que estuviera tan enfadado. – Te ves mas lindo cuando sonríes Tama – murmuró muy despacio, aunque lo suficiente como para que el otro fuera capaz de escucharlo. –Estoy de acuerdo contigo, lo que él hizo fue una falta de respeto, y será castigado por mi personalmente. Pero también tu necesitas tener un llamado de atención por tu conducta poco… refinada –sonrió suave- Nunca te he puesto una mano encima, ¿o si? –respondió con la conciencia absolutamente tranquila, pues nunca le había hecho nada, no era de los que abusaban de los de menor rango sólo por tener el poder para hacerlo.

-Pero no te preocupes, esta vez no se tratará de papeleo, ni de la limpieza de la sala de banquetes….-deslizo su mano por su larga melena rubia mientras decidía el castigo mas apropiado para su adorable ángel rebelde- Tu castigo será…que de ahora en más serás el encargado de cepillar mi cabello todos los días, por las mañanas al levantarme, y por las noches antes de dormir.

Su cuerpo se estremecio al sentir el suave toque de sus dedos sobre sus labios.Se aparto de el rapidamente,pero al parecer el otro queria continuar torturandolo de aquella cruel forma.Ya que tuvo que reprimir un jadeo cuando el fresco aliento de su Dios,le acaricio lentamente la nuca.

Por suerte se habia apartado,pero aun asi el sonrojo en sus mejillas se habia hecho tan intenso,que se confundiria facilmente con una manzana madura.Al oir del castigo,no pudo mas que mirarlo con sorpresa.-¡¡¿Te volviste loco?!!.Ese es el castigo mas absurdo que me has dado desde..¡desde siempre!.-Le grito con enfado.-¡Lo unico que faltaba es que fuera tu peinador personal!,pideme que te de un baño de espoja tambien.-Dijo con sarcasmo.

Pero por mas que reclamaba,no podia evitar sentir cierta...emocion.Hace años que deseaba acariciar ese sedoso cabello rubio.Enredarlo entre sus dedos y embriagarse con su delicioso aroma.Y ahora que tenia la oportunidad...¡reclamaba!.Simplemente no se entendia asi mismo.

Ladeo ligeramente la cabeza viéndolo como si no comprendiera el motivo de su enfado, pero luego aquella sonrisa tan suya regreso enseguida a adornarsu masculino rostro. Se encogió de hombros poniendo en duda sus palabras, tal vez estaba algo loco, no era algo que se atreviese a negar con convicción. –Siento que te disguste el castigo que te he impuesto Tama, pero un castigo es un castigo no se supone que debas disfrutarlo ¿no? –su expresión era de fingida inocencia juvenil, pues a decir verdad era unos cientos de años mayor que el joven ángel. –No te enfades tanto, prometo que no te llevará demasiado tiempo, no tendrás que soportar mi compañía más que unos cuantos minutos al día. –se reclinó en la pared de la oficina y una risilla se escapo de sus labios ante el comentario del indignado jovencito.

-¿Deseas cambiarlo por un baño diario? No es mala idea, no se me había ocurrido –concedió rascándose suavemente el mentón como si considerara el canje. Haciendo caso omiso al obvio sarcasmo de su voz la idea de que lo bañara le gustaba, de sólo imaginarlo…apartó de su cabeza esos pensamientos y regresó a mirarlo, esperando alguna clase de respuesta. Su cara estaba roja como una manzana madura, lo cual le daba un aspecto demasiado adorable.

-Dime, Tama, ¿Tan molesto para ti resulta pasar algo de tiempo con tu Dios? –preguntó con suma tranquilidad pasando sus dedos delgados y largos por sobre el escritorio de madera retirando su mirada curiosa del rostro del ángel.

Mordio su labio inferior y miro en otra direccion.Tenia la sensacion de que su corazon se saldria de su pecho en cualquier momento,de lo rapido que latia.Se sentia tan acorralado.No podia decirle la verdad...No podia decirle que cada vez que estaba con el,por mas que fuera para castigarlo,apreciaba ese momento con una asombrosa felicidad.

Cerro sus ojos con fuerza,maldiciendose asi mismo por no poder ser tan expresivo como le gustaria.Reunio todas sus fuerzas he ignoro la sensacion de estar cometiendo un espantoso error,y susurro unas pequeñas palabras,que sabia Zeus podia oirlas.

-Me....Me agrada...m-mucho estar...c-contigo...-Susurro.Manteniendo su mirada fija en la alfombra.Trato de calmar el intenso sonrojo en sus mejillas,pero era una batalla perdida.Esas palabras le costaron horrores de pronunciar.

-¿Por que no puedo decirselo...?...Tal vez porque no lo tomaria en cuenta.El ama a todas sus creaciones,pero...¿De que sirve saber que me ama..como a uno mas del monton y no como yo anhelo?...Maldito sea el por provocar esto en mi y maldito sea yo,por sentirlo...-Esos eran sus pensamientos.El no deseaba amar.Habia observado lo que se sufre,lo que se pierde y lo que se lamenta,por amor.

¿De que sirve sentirse asi,si ese sentimiento lo lastima?."El Amor Es Un Sentimiento Hermoso Y Puro".Dice Afrodita.Pero el no lo veia asi,no.El maldecia aquel sentimiento por sobre todas de las cosas.No tenia problemas en ver a los demas profesarse amor,pero que este no se metiera con el,ya que solo le traia problemas.Y veanlo ahi...sonrojado,nervioso.Sintiendose indefenso.¡¡El odia sentirse indefenso!!...y odiaba,sentir aquel amor hacia Zeus.

Regresó sus ojos azules al rostro del angelito, y pudo saber sin necesidad de fijarse en su rostro apenado o en su tembloroso tono de voz que no mentía, sus pequeñas creaciones nunca lo hacían. Era cierto que como Dios creador amaba a todas sus creaciones, a sus ojos eran perfectas y hermosas, pero cada una de ellas era única, diferente y especial. Y Tama si que era diferente…. No había otro ángel como el, que le diera tantos problemas, que le hablara con esa insolencia, que fuera exigente de un modo tan adorable. Podría decirse que le tenía un particular aprecio, aunque estaría mal aceptarlo pues se suponía que como padre de todos los ángeles debería amar a tus sus pequeños por igual. Se sentía algo contrariado por eso, debería pensar en eso con más atención.

-Nunca lo hubiera imaginado, en realidad pensé que no te caía muy bien –afirma con una sonrisa que develaba la felicidad de saber que sus sospechas no era reales, siempre había pensando que Tamashi le guardaba un secreto rencor y que, tal vez, estaría planeando huir del monte olimpo. Sabía que detestaba muchas cosas de allí, la ropa, el trabajo… y pensó que también a él mismo, saber que no era así lo tranquilizo. – A mi también me agrada estar contigo, le agregas una pizca de emoción a mis mañanas –afirmo con total sinceridad, pues era extraño el día que no aparecía por esas puertas para quejarse por algo, o para recibir un nuevo castigo.

Poso sus manos en ambas mejillas del ángel y logró que volviera su vista a él, el rostro de Zeus mantenía su imperturbable sonrisa, mientras sus ojos mostraban una infinita paciencia y bondad. –Esto será un pequeño secreto entre tu y yo, pero eres mi favorito - No estaba mintiendo, le tenía un cariño especial por mas que intentara negarlo. Besó suavemente su frente y soltó su rostro para no molestarlo con su contacto. Tocó los mechones de cabello castaño de su ángel, sintiendo esa textura suave bajo las yemas, era tan calido que le daban ganas de abrazarlo y no volver a soltarlo, pero pensó que al otro podría molestarle y reprimió ese deseo.

Suspiro al sentir ese beso en su frente,y una emocion mezclada con felicidad,habia llenado su cuerpo con una calidez asombrosa.Era su favorito...Entre millones de angeles y demas,¡El era su favorito!.No pudo reprimir la sonrisa de felicidad que broto en sus carnosos labios,junto con un sonrojo en sus mejillas.

-A pesar de que eres un pervertido viejo verde,me agradas anciano.-Solto una pequeña risita y miro con ansias al mayor.No lo diria,ya que era orgulloso ademas de que sus ojos hablaban por el.Decian claramente "¿Puedo comenzar ahora con el castigo?",en un brillo carmesi que era simplemente hipnotizante.

Frunció levemente el ceo, con fingido disgusto, pues lo más importante de aquella frase era que le había dicho que le agradaba, pero no podía hacer caso omiso a los demás comentarios al menos sólo para quejarse un poco. - ¿Pervertido? ¿Viejo verde? ¿Anciano? –chasqueo la lengua demostrando la desaprobación ante sus palabras, aunque su sonrisa jamás desaparecía de su rostro, no mientras estuviera cerca de Tama, pues lo hacía sentirse tranquilo.

Se le quedó viendo por unos instantes a los ojos, ligeramente embobado por el brillo que estos tenían, como si de verdad deseara hacer aquello. Podía ver su alma a través de aquellos ojos, sabía que detrás de su actitud caprichosa y se ocultaba una persona maravillosa, y deseaba poder conocer poco a poco todo lo que ocultaba su corazón. Se sentó en el escritorio dándole la espalda a la ventana, frente al ángel, e hizo que un bello cepillo dorado apareciera en sus manos entregándoselo al menor sin decir nada más. También deseaba que cumpliera con aquel particular castigo, de solo imaginar las manos del otro sobre su larga melena se estremecía.

Tomo el cepillo y se coloco detras de su Dios.Estaba nervioso,pero ansioso a la vez.Rara mezcla,pero asi se sentia.Con timidez y delicadeza al a vez,enredo los dedos de su mano izquierda en esos largos mechones dorados.Observando con deleite como los finos hilos de oro envolvian sus dedos.

El aroma que poseia el cabello de Zeus,golpeo sus fosas nasales con fuerza.Mareandolo y al mismo tiempo,hechizandolo.Comenzo a cepillar esa sedosa cascada ambar,de forma lenta.Sus dedos masajeaban y acariciaban al mismo tiempo,procurando complacer al rubio.

-Tienes un bonito cabello...-Murmuro quedito,no queriendo romper aquella atmosfera tranquila que reinaba en el ambiente.No sabia la razon,pero no podia callar esas palabras.¿Seria porque estaba feliz?,era lo mas probable,pero fuera lo que fuera,no le importaba.

Cerró los ojos apenas sintió los delicados dedos del ángel tocar sus cabellos, sintiéndolo como se enredaba en ellos. Sentía como su melena dorada era tratada con suavidad y cariño por Tamashi, quien parecía estar esforzándose por cepillarla de un modo que fuera lo más placentero posible. El otro no imaginaba el efecto que aquello tendría en el Dios, pocos lo sabía, pero su cabello era uno de sus puntos débiles…adoraba que lo tocara, o cepillara, cuando sintió como sus yemas presionaron en un masaje su cuero cabelludo suspiró con cierto rubor en las mejillas que delataba cuanto le gustaba esa sensación.

Era demasiado extraño, pues por un lado se sentía relajado por sus toques en el cabello, a su vez una necesidad crecía en él, un particular murmullo ardiente le incitaba a más…Intentó mantener a rayas sus instintos y se concentro en las palabras del ángel. –Gracias Tama…-murmuró con la voz ligeramente extraña, apretando un poco los dientes al hablar, pues no quería que el otro notara lo que causaba e él con esas caricias tímidas. –¿Harás esto todos los días…?

Sonrio,agradeciendo que el otro no pudiera ver esa sonrisa idiota que tenia en sus labios.Oh,porque era consiente de esa sonrisa estupida,que delataba el estar extremadamente feliz.Como un niño en Navidad.Continuo cepillando y masajeando,pero esta vez,dirigiendo sus dedos hacia una zona mas sensible,donde tuvo aun mas cuidado.

-Ese es mi "castigo",¿no?.-Se inclino hacia adelante,para asi poder susurrarle al oido.-Sinceramente,Zeus...creo que has perdido tu toque para elegir castigos.-Solto una pequña risita divertida,sabia que su alido aliento habia acariciado de forma lenta el oido y parte del cuello.-Aun asi,se que tu eliges castigos especialmene tontos y aburridos,cuando se trata de mi.Podrias decirme ¿por que?.-Todo ese tiempo habia susurrando de forma quedita,lenta.Sin alterar ni un poco su voz,ya que su mirada hablaba por el.

No pudo evitar que su cuerpo se estremeciera un poco al sentir los delicados dedos del ángel masajear ahora la base de su cuello, se sentía demasiado delicioso, el otro siquiera debía ser conciente de lo que esas caricias estaban provocando al cuerpo de Zeus, torturándolo en parte pues no quería forzar a nada a Tamashi. Se removió un poco en la silla y sintió que se le cortaba la respiración al oír ese susurro cadencioso contra su oído, acompañado del aliento perfumado que escapaba de entre los labios rosados de él al decir cada palabra.

Demonios, ¿hasta cuando podría contener el deseo de hacer suyos esos labios perfectos? ¿Cuándo podría darse el placer de tocar su piel, recorrer su cuerpo, sentirlo por completo…? Su imaginación comenzó a divagar, provocando sólo que su excitación incipiente aumentara. Por un momento pensó que Tama estaba jugando con él, pero luego cayó en cuenta de que era demasiado inocente como hacer eso adrede…¿o no?

Puso esfuerzo en concentrarse en sus palabras y giró un poco la cabeza para verlo a la hora de responder, el cabello suelto y largo le caía como hilos dorados alrededor del rostro, viéndose más brillante y sedoso que nunca luego de que lo cepillara con esmero. –Tus castigos… siempre me han parecido perfectos para mí, pero debo admitir que he sido un tonto al no haber pensado antes en esto, definitivamente es el mejor de todos –le dedico una sonrisa que no quiso ser precisamente coqueta y sensual, pero así fue.

Sus mejillas se tiñeron de un lindo carmesi.Esa sonrisa...¡Por todos los Dioses!.Que no le sonria asi,ya que se sentia derretir ante el.Retrocedio un poco su rostro,ya que estaban demasiado cerca a su parecer.Miro en otra direccion,sin dejar el masaje.

-¿A caso te gusta tanto que te acaricien el cabello?.Pareces un gato.-Comento divertido y un poco burlon.Creo que el animal que definiria a Zeus seria ese,el felino.Sigiloso,astuto,al mismo tiempo en que era encantador.Pero al ver que lo que dijo sono a un halago,carraspeo y corrigio su "error".-Aunque pensandolo bien,no debo insultar a esos hermosos animales,comparandote a ti con ellos.-Le saco la lengua,un mas pas relajado de haber "solucionado" las cosas.

Verlo sonrojado era un regalo más con el que se regocijó, su tez se veía muy bella con aquel rubio suave adornando su rostro. Era tan bello, tan perfecto, todas sus creaciones lo eran, pero…él tenía una pizca de algo diferente, se preguntó que estaba pensando el día que lo creo, pero no logró que ese recuerdo volviera a su mente.

-Me encanta- admitió con la absoluta sincerad que lo caracterizaba ampliando su sonrisa mientras lo mira, el comentario de que parecía un gato le hizo reír, tal vez tenía razón, guardaba alguna relación con los felinos. Aunque era la primera persona que se lo hacia notar. –Es cierto, soy algo mimoso…-se acercó un poco más a su rostro, girándose para quedar de frente a él y le susurro al oído-como los gatos…-muerde suave el lóbulo de su oreja antes de darle allí un cariñoso y húmedo beso. Esperaba que no reaccionara más, pues estaba tomando un gran riesgo, nunca se había acercado tanto a ese ángel y temía que se enfadara.

No,no lo haria.No soltaria ese sonido que estaba empujando por salir de su boca.Sin embargo...lo hizo.Jadeo notoria y placenteramente al sentir esas dos atrevidas caricias.Sintio su rostro arder un poco mas,al verse tan cerca de ese hombre.

No sabia que decir.Estaba tan cerca,que sentia el fresco aliento de su dios,acariciar suavemente sus mejillas y sus labios.Un estremecimiento se hizo presente en su cuerpo,al darse cuenta de algo.Si se movia aunque sea 1 pequeño centimetro hacia delante...¡¡besaria a Zeus!!.

Se quedo quieto,algo agitado.¿Que debia hacer?.Si se movia hacia delante,cumpliria el sueño que tenia desde la priemra vez que lo vio.Y si retrocedia,seguiria con las caricias y todo volveria a la normalidad.¿Vale la pena dejar de lado esa oportunidad,o se arriegaba?.Realmente no sabia que hacer.Sentia sus labios secos,asi que los lamio lentamente,tratando de quitar esa incomoda sensacion de sequedad,mientras aun libraba una batalla interna.

Sintió como su felicidad y también su libido aumentaban cuando escucho aquel delicioso sonido salir de los labios del menor, haciendo una clara declaración del placer que el tacto de sus labios había producido en él. Le encantaba darle esa clase de placer, hacerlo sentir bien y comprobar como el otro retribuía a sus caricias con aquel jadeo suave. Se apartó de su oreja y lo miró, notando de pronto cuan cerca estaban ahora su rostros, a escasos centímetros de distancia, con sólo hace un pequeño movimiento podría probar los labios del ángel…

Sentía su calido aliento acariciar sus labios entreabiertos mientras lo veía, sin atreverse a moverse por la inseguridad, con algo de temor a que lo rechazara… creía que no era muy probable, pero siempre existía la posibilidad así que prefirió que el otro hiciera el primer movimiento. Tan sólo llevo una mano al rostro del menor y acarició su redondeada mejilla con la punta de los dedos, viéndolo con candidez y ternura. Sentía unos enormes deseos de besarlo, en especial cuando vio su lengua recorrer sus labios en busca de humedecerlos, se veía tan nervioso e inocente… tenía que hacer un gran esfuerzo para mantenerse en su lugar, pero así lo hizo.

Esa mano en su mejilla solo logro confundirlo mas.Realmene no sabia que hacer.Lo deseaba y anhelaba tanto,pero al mismo tiempo..temia.Temia ser solo uno de tantos que paso por la cama del Gran Dios,y luego ser solo un misero recuerdo.Volvio a lamer sus labios,sintiendolos secos otra vez.

¿Que hacer..?.¿Hacia delante o hacia atras..?.En ese presiso momento,su mente era un mar de incertidumbres que ni el mas valiente se atreveria a cruzar.Su corazon parecia querer dar un paseo,ya que golpeaba con fuerza su pecho,tratando de salir.Y en ese momento,lo supo.

Se aparto de aquel escultural Dios,alejandose de esos tentadores labios.Si lo besaba,cometeria un grave error.Retrocedio un poco mas y estuvo a punto de voltearse he irse,cuando mando todo al demonio.

Se acerco a Zeus y enredo sus dedos en ese largo cabello rubio.Y acerco su rostro al contrario,hasta que sus labios se rozaron.-Te detesto por provocarme asi...-Susurro,para luego comerle la boca en un hambriento,apasionado y furioso beso.

Las ancias crecían mientras los segundos trascurrían esperando la reacción de Tamashi, luchando constantemente con sus deseos de cortar esa molesta distancia entre ellos y tomar de una vez sus labios. Pero no, deseaba hacer bien aquello, él era especial, no podía arriesgarse a perderlo por su estupidez. Así que tal y como quería se mantuvo en su posición, viendo al menor fijamente a los ojos, como atrapándolo con los suyos, tan solo esperando…Sabía todo lo que decían de él, y la verdad es que generalmente los rumores era cierto, pero nunca le había importado demasiado, no se avergonzaba de sus amoríos, así era él, y así era feliz, pero…en ese momento hubiera deseado que aquellas historias no llegaran a oídos del angelito.

Sintió que se le aceleraba un poco el corazón cuando lo vio alejarse un poco de él, con aparentes intenciones de irse, tuvo el impulso de tomarle la mano para detenerlo, o de decir alguna cosa para que no se fuera así, pero antes de que pudiera reaccionar ante su retroceso el otro se acercó rápidamente besándolo de una forma…que lo tomo un poco por sorpresa. Sentía sus manos enredarse suaves en sus cabellas mientras se fundían en ese beso delicioso, mucha más de lo que había imaginado… Apenas sintió sus labios contra los suyos le correspondió el beso cerrando sus orbes azules, llevando una mano a su cintura para sostenerlo mientras sus lenguas interactuaban y se reconocían mutuamente. Aquellos labios eran como un manantial en el medio del desierto del que no se puede dejar de beber una vez se encuentra tras una larga travesía. Adictivo como el vino, pero con un sabor aún mejor.

Cuando se inicio aquel beso,su mente se desconecto de la realidad y solo se concentro en esa lucha que sus lenguas tenian.Estaba sorprendido de si mismo,ademas de haber arriesgado a no salir completamente bien psicologicamente de esa habitacion,¡besaba a Zeus!.No es que el acto en si fuera increible (aunque lo era y mucho) sino en el hecho de que el no habia besado absolutamente a nadie durante los 900 años que llevaba vivo.

Ese sabor tan unico,tan exotico y tan prohibido.Aun estaba sorprendido,si hoy a la mañana alguien le hubiera dicho que el iba a besar a Zeus,lo molia a golpes sin importar el castigo.El Dios siempre estubo y estara fuera de su alcanze,no dudaba que ese pequeño encuentro era solo un momento de curiosidad y pasion,que duraria lo que un estornudo.

Continuo enfrentando su lengua con la contraria.Dedicandose a acariciarse y enredarse una en la otra.Lo poco que avanzaba para colarse en la boca de su Dios,aquella traviesa lengua lo hacia retroceder con apenas unos toques que provocaban temblores en todo su cuerpo.Y llego en un determinado momento,en el que el aire se hizo muy necesario.Asi que muy lentamente se alejo de el,pero antes de hacerlo completamente,le mordio suavemente el labio inferior.Lo solto y lo recorrio con su lengua.

Sabia que estaba sonrojado,agitado y tembloroso.No abrio sus ojos,no lo haria hasta que al menos se calmara su respiracion,rememorando paso por paso ese beso,como una pelicula.Pero esta vez habia una diferencia,no era una pelicula y lo que acababa de suceder era completa y absolutamente real.

Lo primero que pasó por su cabeza fue una pregunta: ¿Cómo pudo haberse perdido de esos labios por 900 años que llevaba esa existencia? Tama siempre había sido diferente, desde que lo había creado había destacado por su carácter llamativos, pues tratándose de un ángel, no era muy común tanta rebeldía. La mayoría de sus criaturas siempre le obedecían y respetaban por sobre todas las cosas, pero él no, tenía sus propias ideas y las hacia respetar, se imponía cuando lo creía necesario y presentaba quejas siempre que algo no le gustaba. Esos rasgos de su personalidad siempre le habían gustado mucho, ganándose un lugar especial en su corazón. No suficiente con los rasgos de su alma, era excepcionalmente bello, su rostro y su cuerpo eran una pequeña obra de arte de la que estaba particularmente orgulloso.

Ignoraba si aquel era o no el primer beso del ángel, tampoco le importaba demasiado su historial amoroso, es sólo que le sorprendió la destreza y vivacidad con que se fundió en aquel beso con su creador. Su lengua deliciosa y escurridiza intentaba colarse por la boca del mayor pero él le cereraza el paso haciendo lo propio y ganando terreno en la deliciosa cavidad ajena. Lo mantenía abrazado por la cintura pero sin forzarlo a mantenerse cerca, sólo sosteniéndolo a su lado mientras disfrutadaza de aquel beso que no se había esperado, y menos por iniciativa del jovencito.

Sintió después como se apartaba un poco y le mordía suave el labio ante lo que él sonrió una picardía que le subió hasta la mirada chispeante, ya no lo veía como el pequeño ángel inocente, sino…como alguien diferente. Luego de ese beso las cosas entre ellos no podrían seguir igual,.. Al menos eso pensaba Zeus, pues tras probar tan deliciosos dulce no podría aceptar nunca volver a saborearlo. Tiró apenas de él y lo hizo recargarse contra su cuerpo, al verlo agitado y tembloroso por un momento pensó que se desmayaría o algo así, por lo que lo sostuvo con algo más de firmeza recostando la cabeza del menor contra su pecho para que pudiera tranquilizarse. Pasó la mano por sus cabellos cortos y suspiro descansando después el mentón en su coronilla. No tenía nada para decir, las palabras (cualquiera que dijera) eran inapropiadas y romperían el hechizo, y deseaba que este se prolongara lo más posible. Lo apretó un poco más contra si, sin ser conciente de este acto, pero sin deseos de que se alejara todavía.

Cuando sintio aquellos fuertes brazos rodeandolo,abrio sus ojos.Se sentia tan protegido,tan querido...Pero este ultimo pensamiento le hizo percatarse de lo que sucedia en realidad.El mayor solo lo habia correspondido por su libido.Lo conocia demasiado bien,tantos años observandolo habian tenido ese fruto.

Se permitio disfrutar de un momento mas aquella calidez que no volveria a sentir nunca mas.Lo sabia y era mejor asi.Solo le seria un estorbo a su dios,habia millones Dioses y angeles mucho mas atractivos que el,asi que suponia al otro no le importaria pasar eso al olvido.

Suspiro quedamente y poso sus manos en el pecho del rubio,para asi apartarlo.Y una vez logrado,se alejo y recogio el cepillo que habia sido olvidado en el suelo.Hizo todo lo posible por apagar el sonrojo en su rostro,pero le dio el asunto por perdido.Asi que solo poso sus ojos en los azules y espero.

A pesar de que se sentia apenado,no apartaria su mirada ante nadie.Sus ojos destellaron con decision.Apreto sus puños levemente y se decidio a decirlo.-Olvidemos esto...-dijo con firmeza y lo suficientemente alto como para que lo escuchara.-Y date vuelta,debo seguir peinando tu cabello,anciano...-Si,todo volvia a ser normal.Eso era lo mejor..o al menos asi lo esperaba.