caceria

camino hasta el y se arrodillo de espaldas a el mientras respiraba profundamente y se obligaba a tragarse su orgullo

- sube.... o te llevo en mi espalda o te llevo en mis brazos....cual prefieres?-

dijo seco, frio y en cierto modo burlon mientrasesparaba la accion del chico

- Te llevaré al templo....almenos alli podremos tratar esa....herida-

suspiro de nuevo

- vaya que los simples mortales son debiles y molestos -

susurro mas para el mismo que para el otro mientras se quitaba el cabello de la espalda y giraba un poco el rostro para poder verlo

No tenía otra opción, y el otro era obstinado; hasta que no le hubiera ridiculizado no se detendría. Tragó el orgullo que le quedaba y, cogiéndose de los hombros del otro se subió como pudo, poniéndo ambas piernas a los lados de las caderas de este y cogiéndose con fuerza por su cuello, esperando a que el otro lo levantara.

- ... - Su espalda estaba caliente y en cierto modo era algo reconfortante con el frío que hacía y teniendo las ropas mojadas- Llévame a casa... - dijo con una voz seria- será mejor que el templo y así no me sentiré tan ridículo si alguien me ve...-.

A pesar de que estaba intentando separarde lo máximo del cuerpo del otro, le dolía demasiado la cabeza para estar resistiéndose, así que simplemente la dejó caer encima la espalda de este, cerrando los ojos.

suspiro pesadamente mientras se iba levantando y sostuvo con firmeza pero algo de suavidad las piernas del chico, no fuera a caerse y estropearse mas.

Sintio el cuerpo mojado y algo calido del menor pegarse a su espalda dejando ver un sonrisa aun mas pronunciada cuando vio como lo cogia, era algo ligeramente divertido.

-No te vera nadie, y las cosas necesarias para suturar esa herida estan allá, no voy a ir desde el mar ejeo hasta el corazon de atenas, mientras tu te desangras, eso seria algo estupido-

respondio mientras echaba a andar a paso lento, su cabello era azotado por el viento y golpeaba su rostro pero preferia sostener al joven que quitarselo de los ojos.

Volvio a suspirar mientras miraba la luna sin perder el paso

Notaba cada latido del cuerpo del otro, y con ese sonido contínuo, fue cerrando los ojos, quedándose dormido en su espalda, en parte por el cansancio, en parte por la pérdida de sangre. Soñó que se encontraba construyendo su barco, pero justo cuando iba a poner los últimos tablones de madera de roble, estos se agotaban y no podía seguir con su trabajo; luego, de no se sabe donde, aparecía Hades, y decidía irse con él para sentirse útil, ya que no había acabado el barco, y, cuando finalmente iba a ver el infierno, se encontró flotando en el mar, sin tierra a la vista. Se despertó de pronto abriendo los ojos y respirando un poco agitadamente, ese sueño le había producido temor.

Miró a su alrededor levemente, ya no estaban en medio del bosque, sino en un sitio con columnas, debía ser el templo.

era un pequño recinto en la parte posterior del templo, habia acostado al chico en lo que debia ser un divan de esa época, le habia cambiado las ropas por otras algo grandes pues eran del semidios, y le estaba aplicando un liquido que olia a algo parecido a un bosque despues de la lluvia.

Sin mirarlo susurro en voz muy baja

- Tuviste un mal sueño quizas?-

lo dijo al persivir el respingo del astillero y escuchar su respiracion agitada

bienvenido a la casa de mi madre astillero-

dijo mientras con un material parecido al algodon seguia aplicando el liquido en la ahora suturada herida

Cuando pudo volver a enchufar todas sus neuronas con la realidad se percató que le dolía la cabeza, aunque mas bien que doler le escocía, y mucho. Cerró los ojos con fuerza y llevó su mano a la mano del otro para que apartara eso que le estaba quemando la cabeza.

- Shhhh... ah... quema... - dijo intentándose apartar de esa mano y el ungüento que parecía que le estaban aplicando, aunque olía más a tierra mojada que a ungüento-.

Al levantar la mano se dio cuenta que no llevaba su ropa, sino unas túnicas que no recordaba haber visto. Abrió un ojo para observar lo que tenía a su alrededor, entendiendo que, tal como el otro le había dicho, se encontraba en el templo de Artemisa.

dejo que le apartara la mano y se le quedo viendo. Acaricio sus parpados con suavidad y luego le dejo poniendo el algodon a un lado levantandose y caminando a una pequeña mesa sirviendo agua de una jarra de plata en una pequeña coca del mismo material, tambien algunas gotas de nectar de diversas flores, todas de aroma dulce y se la entreo al chico mientras lo ayudaba a incorporarse

- Me diras que pesadilla engendró morfeo en tu mente?-

se puso una vez mas de pie, y apago una pequeña llama que ardia sobre una copa de aceite vegetal, que habia impregnado la estancia con un olor dulce similar a la vainilla.

El semidios permanecia serio y distante

Se incorporó levemente, sentándose en ese diván. Quería ponerse la mano en la herida, pero si lo hacía, podía infectarse la herida. Se mareó levemente por la rapidez de haberse levantado pero en pocos segundos le volvió la sangre a la cabeza, apoyándo la mano al lado de su cuerpo. Esas túnicas le iban realmente grandes, quizás es porque, a pesar de tener cuerpo de hombre, no tenía los hombros tan anchos como él, cosa que causó que una parte se le deslizara hasta medio brazo, la cual cogió y se volvió a incorporar sin preocuparse mucho, bajando la cabeza y tomando lo que el otro le ofrecía haciendo un leve movimiento de cabeza para agradecérselo.

- Fue solo una pesadilla muy extraña y sin sentido... - dijo llevándose el jugo a la boca- Pero nada de lo que quería se hacía realidad, ni mi barco... ni nada, solo me veía ahogándome en el agua... - suspiró y tiró la cabeza para atrás- ... tsk...-.

Siguio la tela que deslizó por los hombros del chico y observo en silencio su piel, en verdad todo esto era una mala pasada de los dioses, de eso no habia duda alguna. Suspiro profundamente y le escucho atento.

Luego de unos segundos no pudo evitar reir de buena gana, la situacion era simplemente hilarante

-Un astillero que no sabe nadar-

volvio a reir y luego recupero la compostura y lo miro en silencio almenos por unos minutos y la sonrisa burlona reaparecio en sus labios

- jamas le has pedido a nadie que te enseñe?-

Al escuchar la pregunta hizo un ademán de mostrar una sonrisa, pero la escondió en seguida. Un chico lo había intentando, pero había sido un fracaso. Volvió a poner bien la cabeza y le miró seriamente.

- Cuando deba aprender, aprenderé - sentenció mirándole fijamente, para luego desviar levemente la mirada a un lado- Cuando vea que me estoy ahogando aprenderé a nadar, estoy seguro...
Se llevó el baso con el jugo de frutas a la boca y bebió un poco, soltando un poco de aire después.

- nh... - le miró y levantó una ceja- Estás muy callado por ser tu...

Lo mira y le sonrie acomodandole la tunica cerrandola un poco en el pecho y subiendo bien los hombros luego sonrio ligeramente y se volvio a sentar a su lado

- A veces las palabras se acaban, ademas, las musas son mas bellas si se contemplan en silencio-

no pretendia que lo entendiera, si lo hacia seguramente se le iria encima a golpes. Ese pensamiento lo hizo volver a sonreir y se quedo mirando al chico mientras se trenzaba con lentitud el largo cabello

Se quedó mirando un rato al vacío pensando en sus palabras ¿Qué había querido decir? Observó a su alrededor y vió todo de paneles de piedra esculpida con musas que jugaban con los dioses, y entonces rió nasalmente. Realmente ese hombre era muy extraño.

- Las prefiero de carne y hueso - dijo con una leve sonrisa en los labios y desviando la mirada hacia el ser que tenía al lado- Veo que verdaderamente te gustan tanto hombres como mujeres, al menos me entiendes - le dió dos palmaditas en la espalda y luego se levantó haciendo unos pocos estiramientos antes de volver a sentarse- Es tarde y ambos debemos dormir...

sonrio ligeramente al oir el comentario y luego vio las musas talladas en la piedra, vaya que el chico habia entendido algo que no era pero ni se molesto en corregirlo solo dejo que lo palmeara y sea quedo mirando a las musas talladas en la piedra

- es cierto .... tanto hombres como mujeres me atraen sin embargo, las mujeres llegan a ser fastidiosas.-

responde franco mientras lo toma de la cintura y lo jala para que se siente de nuevo y se queda ahi sin soltarlo

- lo siento humano, pero a esta hora no debes salir del templo, seria.... una falta de respeto a la diosa no crees....marcharte de ese modo.-

le miro fijamente con ojos que parecian ser de hielo

- ademas simplemente no quiero dejarte ir-

Al oír al otro frunció el ceño. No podía quedarse en un templo a dormir, eso sí sería irrespetuoso. Le miró seriamente y se giró de forma que quedaba mirándole.

- Será imposible, mañana me han convocado para arreglar un navío y sin falta iré - le hablaba serio y frío, nadie le apartaría de sus naves- ... ya estoy bien - le anunció por si esa era la causa del miedo del otro-.

Por primera vez se fijó en su expresión. Era seria y gélida, y parecía decidido a no dejarle ir. Frunció el ceño un poco más e hizo un poco de presión hacia atrás para ver si podía deshacer ese agarre, aunque con esa ropa era difícil escapar.

Lo miro y sonrio ligeramente y lo volvio a atraer sin aplicar mayor fuerza. Suspiro y luego se le acerco considerablemente al rostro mientras seguia sonriendo esta vez de modo burlon

-No, no lo estas... aún-

parecio casi tocar sus labios pero ni siquiera los rozó, cerro lentamente sus orbes oscuras y al abrirlas, éstas se clavaron directamente en las agenas.

-Nunca dije que te fuera a retener aqui ¿o si? solo dije que te quedaras esta noche-

dicho eso tomo agarre de la parte frontal de la tunica y lo jalo hasta que sus cuerpos quedaron juntos

Se golpeó contra el pecho del otro, intentando separarse por presión entre sus manos y su pecho, pero el otro era demasiado fuerte, y además se estaba haciendo daño en la nuca. Frunció el ceño, de verdad le iba a golpear pues no sabía que pretendía ese hombro.

- Tsk... está bien, solo suéltame y dime donde voy a dormir - dijo rindiéndose, pues se iría a dormir y así más rápido amanecería-.

Parecía mentira, pues la actitud del otro iba variando entre agresividad y ternura, y no sabía si golpearle o darle las gracias, cosa que le molestaba, pues no podía golpear a alguien que le había ayudado solo unas horas antes.