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| Segunda visita. | |
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Níobe Médico
Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 19/01/2010 Localización : Aliviando el dolor
| Tema: Segunda visita. Vie Ene 22, 2010 6:43 pm | |
| Dimitri se sobresaltó cuando escuchó como eran aporreadas las puertas de la entrada, las había cerrado por precaución porque la noche ya había caído sobre Atenas y todos sabía que la oscuridad era donde los demonios y los dioses oscuros se amparaban para vagar tentando y atrapando a los mortales.
Se había acomodado en una de las bancas, bajo uno de los naranjeros, se puso en pie, encorvado avanzó pero no abrió-¿Quién vive?
-Soy Níobe, abre Dimitri-ordenó la familiar voz de su amo.
El viejo sirviente obedeció y parpadeó cuando lo primero que traspasó el umbral de piedra fueron un tropel de gatos con las colas levantadas, a continuación entró Níobe y Dimitri abrió la boca al ver que cargaba un cuerpo entre sus brazos, lo que más le impresionó fue los destellos que lanzó la cabellera de aquel…¿era un hombre?, si lo era…era demasiado bello.
-Cierra-Níobe no soltó a Orfeo, su rostro mostraba preocupación, sentía que sus brazos se habían empapado con la sangre y cada paso le daba la impresión que el cuerpo se tornaba más liviano y eso lo asustaba. Pero se obligó a si mismo a mantener la calma, le haría un flaco favor a Sueño entrando en un estado de ansiedad contenida-Prepara el baño, sube mis emplastos y las hierbas.
Se dirigió a la escalera y comenzó a subir los escalones con cierto esfuerzo, procurando que Orfeo se balanceara lo menos posible. Entró en la estancia de aseo y se sentó en la banca de madera, colocó a Orfeo sobre sus muslos y con delicadeza, de manera profesional, fruto de muchos años comenzó a desnudarlo en la penumbra porque no encendió luz alguna.
Tenía el ceño fruncido, ¿quién se había atrevido a hacer algo semejante?, ¿qué corazón de piedra podía dañar a aquel hombre, herir y abrir la piel de aquel cuerpo? ¿Acaso Sueño era un esclavo?
Dejó caer la raída túnica al suelo y la apartó con un pie a un lado, despectivamente, se paralizó al percibir que incluso, con aquella escasa luminosidad el cuerpo de aquel hombre relucía en la oscuridad. Sus manos temblaron antes de posarla sobre hombre para poder erguirlo levemente, de repente se sentía tosco, demasiado torpe o brusco para tener el atrevimiento de ponerle los dedos encima.
Dimitri penetró justo en ese momento, comenzó a llenar la bañera con agua tibia, por suerte, había estado preparando los calderos para el baño de su amo pero ahora lo usarían con aquel extraño.
Níobe introdujo a Orfeo con mucha suavidad en la tina, de nada servía aplicar las medicinas si antes no limpiaba las heridas. Cogió un puñado de hojas de menta y con ternura, con mucho cuidado comenzó a repasar el cuerpo de Orfeo con ellas, mojándose todo en el proceso.
-Prepara mi cama-le indicó a Dimitri, allí atendería su espalda. | |
| | | Orfeo Dios menor
Mensajes : 228 Fecha de inscripción : 15/01/2010 Edad : 37 Localización : En el Hades...
| Tema: Re: Segunda visita. Vie Ene 22, 2010 7:03 pm | |
| ¿Que era aquella sensación? Por unos momentos sintió frío, pero el frío hacía ceder el dolor de su espalda, pero de un momento a otro; un ardor terrible le hizo quejarse en sueños; seguido de una extraña calidez sobre su cuerpo. Entonces entre aquella tibieza ondulante que le parecía más bien agua, y el constante ardor en su espalda; fue relajándose, aunque se negaba a despertar de ese sueño vacío. Le dolía el cuerpo, pero al menos la sensación de dolor o vacío se habían ido; no recordaba mucho pero estaba seguro que su realidad no era mucho mejor.
Volvió a sumirse en aquella sensación oscura, pero el agua caliente impedía que tuviese frío, así que cuando despertó, abrió los ojos; encontrándose boca abajo en una cama mullida y cómoda. Ahogó un pequeño grito el cual convirtió en gemido al sentir unas manos delgadas trabajando en las heridas causadas por los látigos de su amo. Abrió lentamente los ojos, encontrándose con el rostro de aquel anciano que le había ayudado en el mercado; y los gatos trepados sobre los muebles... entonces reconoció el cálido tacto de esa persona, sin atreverse a mirarle por encima del hombro.
¿Aún estaba demasiado molesto? ¿Por que lo ayudaba? Seguramente lo había encontrado tirado por allí como a sus tantos pacientes y le estaba haciendo un favor. | |
| | | Níobe Médico
Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 19/01/2010 Localización : Aliviando el dolor
| Tema: Re: Segunda visita. Vie Ene 22, 2010 7:23 pm | |
| Dimitri le sonrió a Orfeo y le tomó una de las manos para palmearla con una especie de cariño paternal-al fin has despertado-los ojos oscuros del anciano relucieron de placer, satisfecho de ver que aquellos zafiros se posaban en su arrugado rostro-te voy a traer algo de comer-se comenzó a poner en pie y su lugar fue ocupado por uno de los gatos, enseguida, no querían que Orfeo se sintiera solo en ningún solo instante.
-También para mi-la voz de Níobe fue tersa, sus manos aplicaban el emplasto de tono dorado sobre las heridas con cuidado, siguiendo todo el borde abierto. No conocía al hombre que había hecho aquello pero ya lo odiaba con todo su corazón. ¿Qué necesidad había de castigar a Sueño de aquella forma?
Dimitri salió de la habitación y Níobe se inclinó sobre la espalda de Orfeo, comenzó a soplarle las heridas para aliviar el escozor-no quería coser, no quiero que quede cicatriz-volvió a poner más crema, un olor dulce y frutal se extendió por toda la habitación, llenando toda su atmósfera.
- mmm-Níobe depositó el recipiente con el emplasto a un lado-voy a recogerte el cabello-aquellas hebras parecían estar dotadas de vida propia porque no dejaban de acariciar sus dedos mientras trabajaba sobre las heridas. Lo tomó entre sus manos con delicadeza y lo ató una coleta que puso a un lado-No te muevas-subió las sábanas de lana hasta la cintura de Orfeo, cubriéndolo.
Fue hasta una mesilla, sirvió vino de una jarra y dentro colocó un polvo de lilas y madreselva, lo endulzó con miel. Se volvió a sentar en la cama y sus dedos tomaron suavemente la barbilla de Orfeo para que lo mirara-bebe, te ayudará-le acercó el borde del vaso de cerámica a los labios, sus ojos se perdieron en los suyos. | |
| | | Orfeo Dios menor
Mensajes : 228 Fecha de inscripción : 15/01/2010 Edad : 37 Localización : En el Hades...
| Tema: Re: Segunda visita. Vie Ene 22, 2010 8:12 pm | |
| Cuando le tomaron de la mano, observó al anciano de forma agradecida, sonriendo apenas pero con demasiada tristeza, más cuando habló de comida, le observó con confusión. Hacía décadas que no comía, de hecho cuando mucho bebía agua de lluvia y algunas manzanas, pero de allí en fuera; un dios podía mantenerse mucho tiempo sin probar alientos
Al escuchar escuchó la voz del médico, se sobresaltó y quiso incorporarse de golpe, pero el dolor le inmovilizó devolviéndole al instante a la cama un poco brusco.
-Mfh...-Entonces comenzó a sentir el aliento de aquel humano se estremeció, arqueando un poco la espalda, mirando a otro lado mientras un tenue sonrojo se hacía presente en sus mejillas sin que se diera cuenta; pero a decir verdad... era confortante y le quitaba por instantes el dolor y el ardor. Había tantas ideas cruzándole la cabeza que no sabía que pensar o que decir, pues estaba seguro de que volvería a herirlo o a hacerlo enfadar; pero su tacto era tan gentil y suave, y la manera amable en la que le hablaba lo confundía. Fue cuando tomó aquela infusión entre sus manos y aspiró su aroma; bebiéndolo lentamente, aún si se tratase de un veneno, el aroma era delicioso y dulce.
-Gracias... Ni siquiera sabía como había llegado allí, solo recordaba haber escapado del inframundo luego de que le castigaran, de allí en fuera, lo demás era confuso. | |
| | | Níobe Médico
Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 19/01/2010 Localización : Aliviando el dolor
| Tema: Re: Segunda visita. Vie Ene 22, 2010 8:36 pm | |
| Níobe observó como bebía, verificando que tragaba todo el contenido de la copa, durante el tiempo que había estado inconsciente Orfeo, había tenido de sobre para examinarlo mejor y, por fin, se había percatado de que era un tonto; aquel hombre no era del todo humano pero él había estado tan ciego que no lo había visto a pesar de tenerlo delante de sus ojos. Era demasiado bello, irreal y tan sublime que se sentía un burdo patán por atreverse a tocarlo.
Suspiró por esos pensamientos, quería seguir considerándolo un simple mortal, como él para no sentir que estaba por debajo, que no era lo suficiente para alcanzar la gloria de su mirada, se sentía como una mariposa que intenta tocar el sol con las alas y si una mariposa hace eso; sólo puede quemarse las alas.
Cogió el recipiente entre sus dedos y lo dejó a un lado, luego se arrodilló para quedar frente a él, cara a cara-¿Te hice daño?-alzó una mano y dudó, luego la posó sobre la mejilla derecha de Orfeo, los dedos acariciaron levemente la piel, muy despacio-perdí el control..yo..-cerró los ojos unos instantes-te creía un sueño pero eres real-los abrió de nuevo y acercó su rostro, examinándolo-son reales; tus ojos, tu nariz, tus cabellos, tus labios, tu voz..-alzo un dedo y rozó las pestañas-tus lágrimas… | |
| | | Orfeo Dios menor
Mensajes : 228 Fecha de inscripción : 15/01/2010 Edad : 37 Localización : En el Hades...
| Tema: Re: Segunda visita. Vie Ene 22, 2010 8:54 pm | |
| -... Yo... te herí a ti. -Susurró bajamente, cerrando los ojos para sentir aquel tacto amable y suave entre su piel. Tenerlo tan próximo le permitió observar con claridad sus ojos, sintiéndose cómodo y de alguna forma, seguro. ¿Era tan extraño sentirse seguro con un humano? Era como si las palabras de Hades se hubieran desvanecido con aquella charla, con esas pocas oraciones dichas...
-Cuál... es tu nombre? -Quería saberlo. Ansiaba saber el nombre de esa persona, por más que todas las cosas; saber de él, que hacía, por que lo ayudaba y pensar en él solo como el médico frente al mercado era tan irreal y molesto. Cerró los ojos para sentir la mano del mortal sobre su mejilla, apoyando sus propios dedos sobre la piel tersa y tibia, más al abrir sus ojos; nuevamente estaba aquel brillo azul celeste refulgiendo en su interior.
Cuando escuchó su pregunta negó, no le había hecho daño, o al menos no directamente; él temía haberlo lastimado y el saberlo tan enojado le causaba tristeza, pero por que? ¿Por qué ese humano era tan importante para él? Trató de levantarse para demostrarle que estaba bien pero volvió a caer ahogando un pequeño grito de dolor. Los gatos se treparon a la cama maullando y rozando sus cabezas contra las sábanas y los cobertores, pero él solo quería estar más cerca de aquel humano y confortarlo. | |
| | | Níobe Médico
Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 19/01/2010 Localización : Aliviando el dolor
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 7:07 am | |
| Níobe ahogó un propio sonido de angustia entre sus labios, él era médico y como tal tenía que ser impermeable a las muestras de dolor del paciente, no hasta el punto de ser insensible porque las síntomas de sufrimiento indicaban los focos de enfermedad o lesión pero no podía dejar que lo afectaran. Sin embargo, con aquel hombre había desarrollado una profunda empatía hasta el punto que no soportaba verlo herido o dando muestras de padecimiento, su indiferencia profesional se diluía y su sereno control se tambaleaba con tan solo un quejido emanado de aquellos labios de coral. “¿Qué está pasando?”
-No te muevas, por favor-apoyó sus manos sobre sus hombros para que no se siguiera agitando, divertido vio que los gatos lo rodeaban, afanados en darle consuelo. Nunca los había visto tan entregados a nadie.
El galeno se acomodó a su lado y con cuidado guió la cabeza de Orfeo para que la acomodara en sus muslos. Alzó una mano y la puso con delicadeza en el cuello del joven inmortal, comenzó a masajear con habilidad para relajar la tensión de los músculos, sus dedos subían y bajaban, colándose entre el cuero de cabelludo.
-Mi nombre es Níobe-y una tímida sonrisa asomó en sus labios, tenue, sincera, la primera en mucho tiempo aunque Orfeo no pudiera verla-sí, ya sé que es nombre de mujer pero mi madre siempre quiso una hija pero cuando nací yo dijo que si los dioses por antojo le enviaban un varón ella le pondría el nombre que quisiera-su madre había sido una mujer fuera de época, demasiado carácter y personalidad para encajar en el arquetipo de esposa ateniense sumisa.
Suspiró silenciosamente por la suavidad de la piel bajo sus yemas, sus ojos grises como un mar invernal repasaron la espalda de Orfeo, iba a necesitar todos sus cuidados- ¿Y tú..?-inclinó la cabeza, sus largos cabellos se desparramaron por un hombro, para verlo-¿cómo te lla..?-fue interrumpido cuando Dimitri abrió la puerta, parecía que el Destino no quisiera que se presentaran formalmente el uno al otro.
El viejo criado traía una bandeja con varios cuencos, en ellos había queso, uvas, higos, pan moreno, una dulces hechos con miel, almendras y pistachos, y además una jarra de vino. La depositó a un lado con delicadeza, haciendo que algunos gatos se bajaran de la cama.
Níobe cogió un plato vacío y comenzó a depositar pequeños manjares en él-Voy a sentarte para que estés más cómodo-se giró, pasó los brazos por debajo de las axilas de Orfeo y lo fue elevando muy despacio para no hacerle daño hasta sentarlo, procurando que la espalda no rozara con nada. Cuando estuvo acomodado, tomó las sábanas y lo cubrió de cintura para abajo, tapando su desnudez-te tuve que quitar la ropa-se excusó Níobe, se mordió apenas los labios cuando sus mejillas adquirieron cierto tono rosado al recordar como aquel cuerpo relucía en la oscuridad con la luz de una luciérnaga recién nacida.
Le tendió el plato-come-y comenzó a servirle una copa de vino mientras Dimitri salía de la habitación. | |
| | | Orfeo Dios menor
Mensajes : 228 Fecha de inscripción : 15/01/2010 Edad : 37 Localización : En el Hades...
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 12:26 pm | |
| -Níobe... -Susurró bajamente. Teníaun nombre, una casa, una profesión, personas que lo conocían y mascotas. Era real, un humano que sí existía y se sintió muy feliz. La tensión que sintiera en sus hombros había disminuído con aquel masaje y su espalda no dolía tanto, sin embargo; no era ni la comida o las curaciones lo que lo reponía sino aquel humano. Verlo, escuchar su voz, sentir la caricia de sus manos aunque fuera considerado como un mortal más; no le importaba, simplemente quería estar cerca de él.
Había estado a punto de decirle su nombre, algo cualquiera para él, muchos nombres de dioses eran ocupados por humano en honor a sus salvadores de un parto dificil, o relacionados con parientes; pero de una u otra manera, le confortaba estar allí. Miró a aquel anciano agradecidamente, quizás con la misma mirada del mercado; no sabía disimular muy bien sus gestos. Entonces, cuando el otro le habló de desnudez, no pudo evitar sonrojarse un poco y ajustarse un poco aquella sábana mirando a otro lado, permitiendo que sus cabellos cubrieran su faz. Si la desnudez era algo tan normal en los dioses, ¿por qué...?
-Gracias... -Quería decir el nombre del sirviente pero eso significaba agradecer a Níobe y aunque quería hacerlo, no quería romper ese ambiente tan cálido y confortable. Sus heridas para la mañana siguiente estarían sanadas y él debería irse; pagando, como todos los pacientes comunes.
Su atención se vio desviada cuando miró la comida. Tomo un poco de pan y le cortó un pedazo llevándoselo a la boca, comió dos que tres uvas para disimular, aunque no le agradaban su sabor; sin embargo, se moría de ganas de comer los pistachos y las almendras junto a los dulces de miel, dejando lo mejor para el final. Se mordió el labio cuando miró el vino. No le gustaba la una ni sus derivados pero era muy tarde para un poco de leche... | |
| | | Níobe Médico
Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 19/01/2010 Localización : Aliviando el dolor
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 2:30 pm | |
| Níobe lo vio comer mientras se tomaba un poco de vino con un pastelito de miel, se le antojó un pajarito porque tocaba un poco de comida, apenas un bocado que llenara su boca de saber y luego, los dedos, rápidos saltaban a otro alimento. Era simplemente encantador, vio que como vacilaba en tomar su copa, arqueó levemente las cejas.
-¿Agua?-no esperó a que respondiera y en otro recipiente le sirvió el líquido elemento que siempre estaba presenta en su habitación.
Y de repente rió, dulce y profundamente, un sonido que no emitía desde hacía mucho tiempo-Perdona, me he dado cuenta que ni una sola vez he podido saber tu nombre-no entendía como era ello posible. Giró el rostro hacia su paciente e invitado-¿me harías el honor..-se inclinó y se acercó más a él, quería ver bien sus ojos cuando lo pronunciara-…de decirme tu nombre?
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| | | Orfeo Dios menor
Mensajes : 228 Fecha de inscripción : 15/01/2010 Edad : 37 Localización : En el Hades...
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 2:39 pm | |
| Aceptó dicha copa de sus manos y dio un trago largo, con una mueca tranquila y serena, lamiéndose los labios. Ya antes le había dicho que a los dioses se les ofrecía miel con leche pero por lo mismo, ¿no acaso ese médico detestaba a los dioses? Temió un poco pero tampoco quería mentirle, después de todo; a él no le gustaría que su padre o abuelo le engañasen.
-Orfeo.- Replicó con suavidad, bajando un poco la cabeza mientras tomaba una almendra y se la ponía en la boca, haciendo una mueca de agrado, pero lo que más le gusto fueron los panecillos con miel; pues no bien acababa uno cuando había tomado otro. -Saben... tan bien...
Sonrió conforme mientras bebía un poco de agua, pero la mirada del anciano le llamó la atención, volviéndose lentamente hacía donde el otro le observaba. Su mirada se ensombreció y miró con algo de temor al médico, si no le gustaban los dioses bien podría comenzar a echarlo de su casa o en su defecto; si mintiera, podría decirle que le habían puesto así en honor al dios de la música y sin embargo; se le fue el hambre y esperó a aquella terrible reacción, acariciando la cabeza del gato blanco. | |
| | | Níobe Médico
Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 19/01/2010 Localización : Aliviando el dolor
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 2:59 pm | |
| Níobe había guardado silencio, aquel hombre tenía nombre de un dios, no era uno de los dioses mayores sino de uno de los menores y a la vez no tan conocido porque su influencia en la vida de los mortales era muy sutil, delicada y al tiempo inspiradora. Inspiró, unos segundos, quería mentirse a si mismo, que aquel ser que estaba sentado a su lado no era un dios sino un mortal, un joven al cual los dioses había otorgado una belleza sin parangón alguno y que poseía un talento sublime para la música.
Recordó el primer y el segundo encuentro, siempre portaba una lira, era casi la misma figura que estaba en uno de los templos del dios Apolo. Por un momento sintió que se mareaba, que se abría una especie de abismo a sus pies porque después de tantos años sin interesarse por nadie, la primera persona a la que abría y que lo conmovía; no era mortal como él.
-Leche y miel..-recordó aquellas palabras cuando hablaron de los gatos, Orfeo había dicho que era lo que se ofrecía a las divinidades. Alzó despacio la cabeza, las manos le estaban temblando ligeramente-tienes el nombre de un dios-noto un sabor metálico en la boca, era tan injusto, tan injusto para él y no sabía si para Orfeo. Él nunca podría acercarse más de lo estaba ahora, solo era un mortal y sería como una estrella fugaz en la existencia de aquel ser.
De repente se dobló y su rostro buscó el hueco del cuello de Orfeo, encajó perfectamente, como si hubiera sido diseñado solo para el propósito de que la faz de Níobe estuviera allí, cerró los ojos e inspiró su aroma-hueles tan bien..a jazmín. | |
| | | Orfeo Dios menor
Mensajes : 228 Fecha de inscripción : 15/01/2010 Edad : 37 Localización : En el Hades...
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 3:23 pm | |
| -Me odias...? Me odias, Níobe? Como al resto de los dioses...? -Su voz era apenas un ahogo, estaba tan triste y a pesar del dolor, levantó los brazos y lo abrazó dulcemente apoyando su cabeza sobre la ajena, liberando un cálido pero perfumado aliento. Dimitri gritó que lo sabía, que lo había sospechado y que si no mal recordaba, era el méndigo anciano de la otra vez. - Sí me odias no me lo digas, solo sal del recinto y deja que me marche...
Le acariciaba dulcemente los cabellos. No podía soportar la idea de verlo a la cara y encontrarse con aquella mirada cargada de dolor y odio, sencillamente no podría soportarlo. ¿Se pondría a rogarle que no se lo dijese? Los humanos olvidaban rápido y tendían a enamorarse y desenamorarse muy rápido, y en un principio sabía que no debía volver allí; había jurado no poner un pie en esa casa; y el destino se había obsesionado con reencontrarlos aún así después de eso.
Le acariciaba la nuca suavemente, esperando su reacción a pesar del rostro amable del anciano y de los gatos que cariñosamente ronroneaban torno a su amo y el invitado, allí habían quedado sus esperanzas de pretender ser un mortal y continuarlo engañando para poder permanecer a su lado... -Por favor, no me odies Níobe... | |
| | | Níobe Médico
Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 19/01/2010 Localización : Aliviando el dolor
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 3:46 pm | |
| Níobe tembló cuando aquellas manos se posaron sobre él para prodigar las caricias más dulces que nadie le hubiera otorgado a excepción de su esposa. Pero las de Orfeo eran distintas, eran maravillosas, transmitían a su cuerpo una energía que lo hacía estremecerse, acelerar los latidos de su corazón, lograr que abriera los labios para emitir un leve quejido silencioso, aquellas manos era un llama fría que podía hacerlo arder si se lo proponían.
Eran mentiras las leyendas de aquellos que decían que un encuentro con un dios era algo feliz y placentero, eran mentiras porque ninguna decía qué le pasaba al mortal si perdía su corazón en ese encuentro, si el dios decidía llevarse un parte de su alma y partir lejos al Olimpo donde ningún ser humano podía poner el pie. Había sido un tonto al creerse un cazador, era justo al contrario, él era el ciervo sorprendido por Orfeo en un abrevadero, cazador y presa mirándose a los ojos, y el ciervo sin saber si debía huir para salvar la vida o arrodillarse porque estaba encandilado con la belleza de su perseguidor.
-¿Odiarte?-un jadeo ronco se escuchó con claridad, Dimitri parpadeó al sentir la profunda emoción en la voz de su amo-Odio al que te hizo estas heridas..-alzó las manos y rodeó su estrecha cintura con mucha ternura, apoyando sus manos tibias y suaves plenamente-odio a quien se atrevió a hacerte daño. Odiaré a todos los dioses por hacerte sufrir-apretó los ojos, estaba blasfemando contra los dioses mayores pero ya no le importaba-pero a ti no..-susurró con fuerza-Orfeo, a ti no..odiaré eternamente al que solo te ponga un dedo encima para apagarte..-tembló, notando que su cuerpo se llenaba de violentas emociones.
Dimitri se puso en pie y abandonó la habitación silenciosamente, conmovido, era como si Níobe se hubiera desnudado delante de él, el médico siempre sereno y profesional se había abierto por completo a ese extraño. | |
| | | Orfeo Dios menor
Mensajes : 228 Fecha de inscripción : 15/01/2010 Edad : 37 Localización : En el Hades...
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 4:07 pm | |
| ¿Que debía decir? ¿Que se sentía feliz? ¿Que le estaba agradecido? ¿Aliviado? Ni siquiera podía explicarse el mismo que sentía, únicamente que cuando estaba cerca del médico, si este sonreía, todo el universo estaba bien para él; y si sufría, podría ser el fin de su pequeño mundo. Boreas podría perdonarlo, o al menos así lo deseaba; quería al dios del viento; pero ese mortal le era todo o al menos eso parecía después de las palabras de Zeus.
...Pero aún temía tanto de Hades y de que posara sus ojos y guadaña sobre el hilo de plata del médico por que de lo contrario, sería una tristeza con la que ya no podría luchar, siendo capaz de hundirse en el mas oscuro abismo si llegaba a perderlo. Por su esposa había renunciado al Olimpo, pero por Níobe había desobedecido al dios de los inframundos y he allí el castigo sobre su espalda. Aquel abrazo era tan dulce como doloroso, reconfortante y terriblemente odioso. Él había comenzado a depender de la voluntad de un humano, le había seguido de cerca, visitado e incluso sufrido por esa persona; ¿que otro mortal había tenido tantas libertades para con los dioses sin ser castigados? Pero al mismo tiempo, su efímera existencia, tan corta y finita era una constante amenaza a la dicha que sentía...
Sus dedos acariciaban dulcemente aquella cabellera y su mano se deslizaba por la espalda ajena como un gesto conciliador, observando a la nada; pero con ese brillo azul celeste en sus ojos. | |
| | | Níobe Médico
Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 19/01/2010 Localización : Aliviando el dolor
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 4:24 pm | |
| Níobe estaba temblando, sabía que estaba significando que su corazón estuviera hirviendo en su pecho, que la sola cercanía de Orfeo lo doblegara y que lograra que todas aquellas emociones que creyó enterradas y sepultadas con su esposa subieran de nuevo a la superficie de su ser. Era como si la primavera regresara tras un largo invierno, que las flores más pequeñas comenzaran a abrirse en la nieve y dar color a toda aquella fúnebre planicie helada.
Estaba desafiando a los dioses lo sabía, él solo era un mortal, no tenía poder alguno, solo su saber y s fuerza de voluntad, era con lo único que contaba. Él no podía llamar al rayo, no podía controlar los vientos, ni enjuiciar a los muertos. Solo era Níobe; médico, ateniense, hombre libre pero ya su corazón no le pertenecía sino que estaba en manos de un dios, de un ser que debería odiar y que al tiempo lo tenía completamente subyugados.
Orfeo no envejecería y él cambio se marchitaría poco a poco, quizás un día el dios ni siquiera lo reconociera cuando tuviera frente a él a un viejo arrugado.
Se haría daño, lo sabía, ya se lo habían hecho, Orfeo estaba atado al Inframundo y él estaba atado a la tierra. Orfeo era un dios que era castigado y él un médico que solo podía sanar sus heridas pero incapaz de ponerlo a salvo.
-Orfeo..-lo atrajo más hacia él, todo su alma tiritaba dentro de su cuerpo. ¿Qué podía hacer? Abrió los grises ojos y se fue separando para mirarlo, los orbes plateados estaban brillantes cuando los posó en el rostro del dios-debes descansar, duerme hoy aquí-se inclinó, vacilante, temeroso de que el dios rechazara aquel contacto y sus labios sugerentes, calientes, rozaron la mejilla de Orfeo sin atreverse a presionar sobre ella como si creyera que podía quebrarlo. | |
| | | Orfeo Dios menor
Mensajes : 228 Fecha de inscripción : 15/01/2010 Edad : 37 Localización : En el Hades...
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 4:33 pm | |
| Sus ojos se cerraron suavemente ante aquel contacto, su rostro enrojeció y sobre sus labios se curvó una tenue sonrisa. Se dejó recostar pero sus manos se afianzaron a las ropas del médico, esperaba que pudiese comprender lo que quería decir; levantó entonces el rostro y encaró a Níobe, mostrando por vez primera en mucho tiempo esa luz azulada pero muy tenue, rodeando su silueta antes de volver a apagarse por el cansancio y el dolor.
-No te vayas... -Susurró recostando su cabeza de forma sutil y delicada sobre el hombro del médico, y aunque sus manos no pudieran agarrarlo con violencia, se negaban a soltar sus ropas. El hijo de los dioses del sol estaba a merced de un humano, como si fuese otro simple mortal dependiendo de uno de sus compañeros; pero ¿que podría hacer cuando era incapaz siquiera de levantar una mano contra el galeno?
Estaba mareado y su cabeza le daba vueltas, como si la sintiera estallar. Olvidaba que tras resucitar por mano de Hades era mas humano que dios y solo su abuelo sería capaz de devolverle a su forma original si lo llevaba consigo al Olimpo; pero él había renunciado desde hacía cientos de años a gozar de esa posición y de hecho, dejaría ir su lira y no volvería a tocar nunca si con ello podía quedarse junto al galeno, junto a ese mortal; solo esperaba que su cordón de plata fuera aún muy largo, que no lo arrebatasen de su lado, ya que como había advertido Hades, siendo su sirviente podría ver lo que restaba de vida a los mortales, excepto a aquellos que realmente le importaran. | |
| | | Níobe Médico
Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 19/01/2010 Localización : Aliviando el dolor
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 4:54 pm | |
| Níobe lo escrutó, había pensando ir a dormir a otra habitación para dejarle la máxima privacidad a Orfeo y que el dios no se sintiera acosado o agobiado por su presencia aunque él no deseara dejarlo ni un segundo a solas. Asintió con la cabeza, despacio y se fue recostando a su lado, con la mano apartó los largos cabellos a un lado que formaron una cortina blanca entre los cobertores, rodaron por el borde y tocaron el suelo.
-Ven..-lo ayudó con cuidado a que se tumbara sobre su pecho, que apoyara la cabeza cerca de donde estaba su corazón, no quería que hiriera mientras dormía, así que prefería que se recostara sobre él. Se estremeció cuando sintió el peso de parte del cuerpo de Orfeo y la hermosa cabeza que se reclinaba para encontrar cobijo sobre su torso.
Sus manos se alzaron un se posó en su cintura y otra comenzó a peinar los cabellos de plata con los dedos. Ninguno de los dos había confesado nada de que lo que estaba dentro de sus pechos como una nova de colores, estallando a cada segundo que estaban juntos, eran simplemente felices con esa cercanía, esa intimidad que no precisaba de palabras para ser explicada.
-Me quedaré, aquí..contigo-le susurró profundamente y luego sonrió-¿Sabes?..-entrecerró los ojos-estoy celoso de mis gatos-le confesó. Flexionó una de las largas piernas y sus dedos desnudos rozaron el pie de Orfeo en una leve caricia. | |
| | | Orfeo Dios menor
Mensajes : 228 Fecha de inscripción : 15/01/2010 Edad : 37 Localización : En el Hades...
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 5:06 pm | |
| -¿Celoso...?-Susurró bajamente, con los ojos cerrados, escuchando el palpitar agitado del corazón del galeno. Era un sonido muy confortante y al mismo tiempo le arrancaba un sonrojo de sus propias mejillas sin que él cayera en la cuenta. El roce de los dedos ajenos sobre su cuerpo le estremecían, sobre sus cabellos le reconfortaban, pero sus palabras dulces le arrullaban. Si tan solo tuviera su arpa, convertiría aquellas sensaciones en la mas hermosa de las melodías, pues era una que se desbordaba por dentro, que sonaba en su mente, en sus labios; sin que pudiera reproducirla; una tonada que le arrancaba el aliento.
-Ellos me han dado permiso de acercarme a Níobe. Estoy muy contento por eso, por que así sabía si Níobe no comía o no dormía... -Se interrumpió y abrió los ojos con sorpresa, maldiciendo intímamente el haber soltado aquella confesión, pues no quería que el galeno pensara que lo había estado siguiendo y cuidado por mucho tiempo; que desde que había salido corriendo de su casa no se había vuelto a presentar y sin embargo; solía pasearse como ese vagabundo frente al mercado, intercambiando noticias y muy disimuladamente preguntándole sobre el médico, el estado de salud de este, disfrazándolo de alabanzas sobre su profesión y esa fuerza de voluntad de continuar atendiendo a pesar de no encontrarse muy bien dispuesto; o que le había mirado un poco agotado... entonces se callaba cuando Dimitri le preguntaba si necesitaba alguna consulta con su amo y que de ser así, podía este pasar.
Su mano se apoyaba sobre el pecho de aquel hombre, acariciándole suavemente el cuello y el hombro pero con roces muy sutiles, asegurándose de que no era un sueño. | |
| | | Níobe Médico
Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 19/01/2010 Localización : Aliviando el dolor
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 5:27 pm | |
| Níobe sonrió y abrió un poco más los ojos, se sintió muy halagado porque Orfeo se hubiera preocupado por él, preguntando a sus gatos, convirtiéndolos en sus silenciosos espías sin que él lo supiera. Y lo mejor de todo es que él no se había dado cuenta en ningún momento que estaba siendo objeto de aquella sutil vigilancia, en todo ese tiempo había pensado que lo ocurrido en la Torre de los Vientos fue tan solo un sueño, que cuando lo encontró en la habitación de sus hijas fue un delirio que ocasionó aquel colapso emocional y que creía estar perdiendo la razón.
Suspiró audiblemente cuando aquellos dedos tocaron su cuello, palpando la tersa piel, logrando que ciento de cosquillas recorrieran todo su cuerpo como si los delicados dedos de Orfeo estuviera repasando su anatomía entera.
- Celoso porque ellos podían tocarte y tú los tocabas..-cerró los ojos y sus mejillas se calentaron a pesar de que intento controlar que la sangre no subiera a su rostro para ponerlo en evidencia. De repente era como volver a tener catorce años de nuevo, un torpe adolescente desgarbado y de larga cabellera que no sabía que hacer cuando tuvo su primer encuentro amoroso, lo único que consiguió fue balbucear y salir corriendo porque no sabía ni como actuar y que estaba bien o mal. | |
| | | Orfeo Dios menor
Mensajes : 228 Fecha de inscripción : 15/01/2010 Edad : 37 Localización : En el Hades...
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 5:38 pm | |
| -Pero si ellos no me querían entonces.. yo no me hubiera podido acercar. Ellos dan miedo pero los mortales no saben por qué, quizás por su misterio y por que tienen mucha relación con los dioses.- Observó suavemente, hundiendo su rostro en el pecho del médico, aspirando su aroma y sintiendo su cuerpo cálido. Aquellas caricias le quemaban, haciéndole olvidar siquiera que había llegado a sentir dolor o frío.
-No quiero dormirme... -Temía que fuese un sueño. Una simple ilusión para burlarse de él, temía que fuera un nuevo día y los designios de los dioses se lo arrebataran nuevamente; por que estaba seguro que no tendría una oportunidad de bajar a los inframundos a por él, Hades jamás se lo permitiría e incluso podría atormentar el alma de esa persona tan importante para él. ¿Existía el amor a primera vista? No.Simplemente había sido un cúmulo de hechos, causas y palabras dichas en el momento adecuado que le habían llevado a apegarse más y más a aquella persona hasta depender enfermizamente de sus atenciones. -No quiero despertar y no ver a Níobe...
Era muy triste y doloroso amar a un humano, en especial por que eran tan frágiles y delicados, y solo brindaban aquella magnífica felicidad por poco tiempo; pero así como podían morir, el amor que sentían llegaba a durar más allá de la muerte. | |
| | | Níobe Médico
Mensajes : 159 Fecha de inscripción : 19/01/2010 Localización : Aliviando el dolor
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 6:06 pm | |
| Níobe cerró los ojos, notando que su garganta se estrangulaba con una enorme emoción que lo quemaba, incluso unas lágrimas se acumularon bajo sus parpados, pero no eran de tristeza sino de felicidad, en aquel instante, en aquel momento, era completamente feliz aunque solo fuera por unos minutos, unos segundos, conoció que era sentirse completo porque su otra mitad estaba con él aunque esa otra mitad fuera un dio y fuera inmortal.
-No me iré, Orfeo-su tono fue ronco. La mano que estaba en la estrecha y masculina cintura del dios se alzó y fue hasta el rostro del otro hombre, sus dedos le tocaron los labios, los acarició, memorizando su contorno por si algún día no pudiera volver a contemplarlos y entonces seguramente ese día fallecería- Duerme, cúrate para…-sonrió e inclinó para besar sus plateados cabellos con dulzura-para pedirte que me concedas un baile en el festival de verano-era cuando hombre y mujeres bailaban juntos, bajo las estrellas, en cualquier sitio y muchos solían prometerse aprovechando el momento. | |
| | | Orfeo Dios menor
Mensajes : 228 Fecha de inscripción : 15/01/2010 Edad : 37 Localización : En el Hades...
| Tema: Re: Segunda visita. Sáb Ene 23, 2010 7:37 pm | |
| Sus ojos brillaron ante aquellas palabras, cuando contempló sus ojos sintió que su cabeza daba vueltas, que su estomago se volcaba y que su corazón se saldría de su garganta a través de un grito ahogado; sus mejillas estaban por completo rojas y sin embargo era tan malditamente feliz que resultaba doloroso. Pensó en lo mucho que le hubiese gustado recibir ese beso en cualquier sitio que no fuese sus cabellos, así no se sentiría como un niño pequeño; justo del modo que se sentía en esos momentos.
Lo sentía tanto por su padre y por su abuelo, pero no podía volver al Olimpo; de ninguna manera regresaria al inframundo y ni al templo de los vientos. Iba a quedarse allí, lo había decidido y esperaba que Níobe aceptara tenerlo como húesped. Ya lo ayudaría en la casa como pudiese, incluso dormiría con su música a sus pacientes antes de que Thanatos o Hades hicieran su aparición para llevarse sus almas. Curiosamente, cuando pronunció lo del baile, se sintió tan... ansioso por que ya fuese ese día, quería tocar y catar y estar nuevamente en esos festivales pero solo por y para el galeno; algo bastante extraño pero típico de él.
Suspiró y cerró los ojos a sabiendas de que el sueño le iba venciendo...
(Escena Terminada) | |
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