Vida mortal // Privado

Había tomado la forma humana que las ninfas le habían enseñado con cierta rapidez, estaba en su templo, algo extraño al no estar siendo llamado por los otros pero no era importante.

No necesitaba mucho ahí, siempre se escapaba y convivía con ellos, tanto que no era raro que un par de ellos supiera su secreto, algo que no era difícil de descubrir si sabías mirar fijamente, aun cuando no bebía alcohol ni comía muchas uvas.

Seguía moviéndose coqueto y sexy, aunque era más callado y trabajado que en su figura real, igual de estilizado pero diferente a tal grado que era difícil que solo una mirada bastara para descubrirle.

Se puso la capucha y se dirigió al pueblo, necesitaba provisiones e ir a ver si el hogar que tenía como humano estaba seguro, puesto que había tenido que contratar a los humanos que le habían descubierto, más estos solo pedían una cosa… trabajo para guardar silencio.

Spoiler:

Se acomodo la capucha una vez estuvo lejos del templo, no era bueno ser visto muchas veces ahí así, más se detuvo de golpe al reconocer a Apolo, maldiciendo entre dientes, puesto que aún cuando no lo conocía en forma humana si conocía esta aunque ni en su vida mortal relacionaría ambos como uno solo.

Se acomodo el cabello cuando la capucha cayo ante el viento, suspirando para tomar su tranquilidad de siempre y encaminarse como si nada al mercado, pasando junto a su hermano para encaminarse por el camino corto a este, necesitaba un montón de cosas tras meses de no ir a su casa, aunque claro… sus trabajadores podrían estar tranquilos y felices, estaban cuidados y necesitaban muy poco con respecto a la mayoría de las cosas.

Más no pudo evitar mirar un momento al dios cerca suyo, después de todo le había visto casi siempre, sería raro no verle en mucho tiempo.

De pronto una mano le sostuvo deteniéndole de una huída casi exitosa, girando enseguida para voltear a ver quien había osado detenerle de ese modo, se había olvidado de Apolo apenas considero que no se había percatado de su presencia: “error”.

Este al parecer le había reconocido, y viceversa, puesto que no pudo evitar observarle con cierta familiaridad, claro que se haría el occiso si llegaba a preguntarle de si, al menos estaba en su forma habitual-Creo que me confunde…-exclamo al escucharle, aun mirándole con detenimiento antes de que le sujetara de ese modo.

-¿Qué ocurre?-indago antes de que se quedaran aun lado, algo solitario pero no demasiado, observándole con cierta duda-¿Qué necesita el dios Apolo de este campesino?-cuestiono con un tono respetuoso ero eso no quitaba que era demasiado extraño la forma de actuar del otro.

Su tranquilidad no cambio, pero su intento de escape fallido le hizo desviar la mirada, claro que lo recordaba, cada uno de sus encuentros, peleas e inclusive la vez que se conocieron, todo era perfectamente recordado, tanto que mejor cerro los ojos al escucharle.

-Si veo más allá del dios me será imposible no sentime molesto-exclamo serio, aún con la duda en el rostro-Por ello mi pregunta… ¿Qué necesita el dios Apolo de este campesino?

Quizás el sentirse enojado por no verle era demasiado, y menos por como habían acabado cuando se conocieron.

-Solo veo al dios Apolo-explico, no había otro modo de verlo, tampoco era viable dejar ver que tanto tiempo había servido para al menos acostumbrarse a sus peleas. No era propicio que este se enterara de su real identidad.

Soltó un suspiro cansino antes de dar unos cuantos pasos-Creí que no volvería a verle.

-¿Jugar?-indago completamente indignado por ello. Aguantando las ganas de decirle un par de cosas para ponerle en su lugar aunque en su lugar mejor cruzo los brazos y se puso a ver a los transeúntes de aquí y allá.

Mantuvo la mirada aun en esa misma posición, justo antes de mirara de nuevo a otro lado-Entonces me retiro-exclamo antes de estirarse por completo-Debo hacer las compras-explico sin verle, realmente deseaba poder escapar de el para no poder en riesgo su cubierta, más simplemente ese recuerdo le dejaba sonrojado.

Tanto que mejor dio un par de pasos para bajar un par de escalones para luego verle, esperando que dijera algo aunque con el silencio se le hizo un nudo, quizás aun sin ser un dios sería lo mismo que siempre.

Por lo que se acomodo la capucha-Hasta luego-murmuro para encaminarse al mercado, tenía mucho que hacer y comprar, y sobretodo debía escapar de Apolo.

Alzo las cejas sorprendido, más no dijo nada y continúo su camino al mercado, tenía varias cosas en mente tanto que al llegar se olvido de la capucha y se puso a comprar algo de fruta, harina, un par de inciensos, incluso algunos panes para el almuerzo.

Girándose para encaminarse a la otra parte del mercado y chocando contra Apolo-ugh… perdón olvide un segundo que venías conmigo-exclamo apenado, pero el estar de nuevo entre los humanos como tal era bastante entretenido para el, aunque pensándolo un poco “¿lo habría buscado?”

Se pregunto mientras se encaminaba y veía las frutas de temporada, observando las uvas y manzanas, tomando un par de estas rojas, colocándolas en su canasto, sintiendo el viento entre sus cabellos al caer la capucha, siéndole bastante extraño el hecho de que le vinieran siguiendo como lo hacia su hermano.

Tras unos momentos se detuvo, tratando de recordar si faltaba algo, para luego suspirar frustrado, que estuviera con el tanto tiempo le era extraño pero agradable, era una lastima que no fuera así siempre.

Tanto que perdió un momento su lista mental para recordar esa vez que le vio, había sido tan distinto, tan agradable y tan… tranquilo que hubiera elegido no ser un dios si podía estar así en paz y no en constantes peleas con los otros.

-Ju…-se quedo perplejo al no sentir su canasta, mirando al otro que lo cargaba sin problema, sin saber que decir ni que hacer pero solo suspiro. “Caballeroso siempre” musito antes de que continuara las compras, dejando un par de cosas más en la cesta antes de verle.

-Acabe mi compra…-musito antes de observarle-¿Te quedaras a almorzar?-indago curioso para comer un pan con queso, bastante delicioso así que se paro de puntas y le invito-Muerde.

Exclamo dejando este a la altura de sus labios con pequeña distancia de este al pan-Sabe delicioso ¿cierto?-curioseo para dar unos pasos, escuchando su respuesta para pensar que podría preparar.

-Creo que prepararemos cordero para la comida, con algo de vino o jugo, el primero si aceptas-explico coqueto con una enorme sonrisa, dando un giro-Espero no haberme olvidado de nada, sino tendré que volver mañana temprano.

Casi se mordió la lengua al recordar que había dicho no verlo en esos días, pero eso era muy distinto a lo que había salido, y ni que decir que casi le dice Apolo con esa tonalidad que siempre usaba como dios con este.

-Claro

Verlo de puntillas le sacó una sincera sonrisa, no que él fuera muy alto, no, era solo que él era demasiado pequeño. Mordió lo que le estaba dando y asintió a sus palabras antes de terminarse el bocado.

-Delicioso

Su tono de nueva cuenta le trajo a la mente a Dioniso, frunció el ceño por aquello y casi pudo ver su cabello rojo, no obstante suspiró negando con la cabeza suavemente, lo cierto era que no conocía la apariencia humana de Dioniso, no podía ser que fuera ese humano ¿Cierto?

-Vino estará bien-Asintió siguiéndolo-

Era una escena graciosa, si tuviera sentido del humor... un Dios siguiendo a un humano por todas partes, un humano que le hacía pensar que así sería Dioniso si no fuera tan... ruidoso y alborotador.

-Como gustes, aunque debí suponer que era vino, dudo que este acostumbrado al jugo-comento para encaminarse de un lado a otro-Espera es por aquí-comento tras titubear un poco, casi siempre iba por el camino corto pero era el más transitado y dudaba que a Apolo le gustara pasar por ahí.

-Le recordaba más… -“¿coqueto? ¿atrevido? ¿mano larga?” su mente se indago todo ello antes de dar con la palabra que buscaba-Conversador.

Comento, recordaba tener vino hecho en casa, después de todo eso el mismo lo habia enseñado a preparar-Mmm ¿En que piensa?-indago curioso, al menos un poco mientras pensaba como recuperar su canasta, no estaba acostumbrado a que alguien más la llevara.

-Sabe me es incomodo que me este siguiendo-musito leve, intentando no enojarle así que le espero para caminar a su altura-Comenzaba a sentirme acosado-explico para observar a lo lejos una singular residencia-No es muy grande pero espero le agrade-comento para sonreírle.

Estaban por llegar a su hogar humano.

Por un momento bajo la mirada ante sus palabras:

“Las personas cambian”

Claro que cambiaban, y no era solo por el tono seco que había usado sino por el simple hecho de que el en sí también había cambiado, aun recordaba mucho de su estadía con las ninfas como para negarlo. Antes el solía jugar y tocar algo de música, con la idea de poder tocar con Apolo alguna vez, o simplemente conversar con alguno de sus hermanos pero estar con ellas y estar en el Olimpo había sido un cambio drástico.

Tanto que se quedo callado pensando mientras seguían caminando, llegando a su “hogar” humano para detenerse, aún pensando, hasta que su valiente mascota fue hacia el, ladrando un poco-Creciste…-exclamo cargando al joven cachorro que había crecido mucho en esos meses.

Un perro sabueso era su gusto, difícil de conseguir pero como dios no había sido difícil, le estrujo un poco antes de bajarlo para que olfateara a su hermano, avisando de su llagada antes de que le saludaran, actuando como si nada tras invitarlo a pasar.

-Puede acomodarse como si estuviera en su casa, estaré en la cocina ayudando a preparar el cordero-explico mientras sacaba algo de vino y se lo servía. Ligeramente serio, esperando que se acordara perfectamente de dicha preparación.

Se dirigió a la cocina para comenzar a cocinar, dejando un aroma delicioso comenzar a reinar el lugar, al acabar se quedo solo en esta pues casi era hora de la cena y sus allegados iban a casa para estar con sus familias.

-Esta listo-exclamo asomándose por la entrada antes de volver a donde estaba comenzando a dejar todo en una bandeja improvisada, llevando el cordero y el vino, además de jugo de mango. Más al llegar le observo curioso sin esa seriedad de antes-Pensé que no podía cocinarlo… hacía mucho que no preparo cordero

Explico antes de que se sentara a su lado, haciendo una oración antes de decirle un provecho, sirviéndole vino mientras el se serviría jugo.

-Me alegra que le gustara-respondió con na gran sonrisa, después de todo no siempre un dios cocinaba y claro, las primeras veces que había cocinado no había tenido un gusto agradecido por los dioses. Auqnue le pareció raro que su hermano guardara tanto silencio en la mesa, podía recordar claramente que días antes había peleado con el porque no dejaba de callarle ni decirle que se comportaba como "ninfa".

Pero ahora este estaba como si le hubieran cocido la boca para callarlo, tanto que suspiro un poco cansino, no creyo que pudiera sentirse solo ante tal silencio que envolvía a ambos y misma a la que odiaba porque si antes había sido demasiado rápido el caer en su embrujo ahora ni si quiera sabía que podía pensar este en esos momentos.

Más su silencio continuo tomando jugo hasta acabar la comida, justo para tomar una copa y servirse un poquito de vino, apenas para que pudiera deleitarse con su aroma y dar un sorbo, sonriendo levemente sin mirar un punto fijo, ese vino era cosecha personal, una cosecha que solo usaba cuando estaba con los humanos, aunque se apeno ante el hecho de sentir la mirada del otro en sí mismo.