Aburrimiento al máximo~

Estaba aburrido… ¿Hace cuánto que no disfrutaba de una víctima, o siquiera de una buena plática? Ya ni recordaba. Veía a las personas pasar, y pasar, y pasar… Y se aburría aún más. A lo lejos, pudo ubicar al fin una banca vacía. Se dirigió hasta ella, provocando el sonido de cada uno de sus pasos. Se sentó, soltando un suspiro, para luego decir algo bajo:

-De acuerdo… tengo que encontrar mejores lugares en donde entretenerme… -suspiró nuevamente.

Se encontraba apoyando ambos brazos en el respaldar de la banca, luciendo algo cansado quizás, mientras tenía las piernas cruzadas, como solía sentarse para relajarse un poco. Cerró los ojos por unos segundos, tratando de estar ajeno a todo lo que le rodeaba, para luego abrirlos y darse cuenta de que su aspecto “casi militar” llamaba la atención de algunas personas. Ah, por favor, otros vestían peor. Los ignoró fastidiado, para luego dejar pasar el tiempo sentado en dicha banca.

Habia bajado a Atenas para poder ver a su humano, pero al no encontrarlo en su hogar, supuso que estaria trabajando, suspiro quedadito, al parecer no era tan facil como creia tener un protegido.
Guardo sus alas y se dispuso a caminar por la plaza de la cuidad, miro todo a su alrrededor con curiosidad, habian sido pocas las veces las cuales se habia dedicado exclusivamente a mirar el paisaje, mientras caminaba diviso a un muchacho, porque era demasiado joven para catalogarle de hombre maduro, sentado en una banca, por la postura de su cuerpo parecia algo aburrido; se acerco por detras en silencio y hablo con su voz dulce.

-Hola señor militar, parece aburrido-rio ligeramente azomando la cabeza por al lado de este-que hace aqui solo? no se aburre aun mas estando solo??-cuestiono ladeando la cabeza, el peuqeño peliclaro penso que se trataba de un humano mas.

¿Había escuchado mal? No, con su agudo oído no debía ser así, pero… ¿Señor militar? Bien, alguno de estos días pensaría en un mejor atuendo. Aburrido, eso era obvio, y solo… bueno… prefería en ocasiones estar solo que mal acompañado.

-Ah, ¿Es tan obvio? – giró su rostro, para poder dar con el rostro de quien le había dicho “militar”- Bueno… A veces me aburro más estando acompañado.

Observó al chico lo más que podía, y al parecer, por su aspecto, olor, y demás, era un ángel. El día comenzaba a ponerse divertido.

-Más bien, ¿Qué hace un ángel solo en medio de un lugar público? Deberías tener cuidado, no toda la gente es buena. –sonrió confiado.

-La verdad si-rio ligero por el tono de voz del otro.-A bueno si se aburre con gente a su alrrededor creo que esta bien que este solo...¿no?-siguio con esa sonrisa tierna en sus labios, extrañamente dejaba de sonreir, ademas, regalar sonrisas el algo bello no?.

-A-ah?..p-perdon?....c-como lo...-guardo silencio mirando al otro, inspeccionando cada detalle minusiosamente del muchacho, hasta que percibio esa sensacion particular que proyectaban los demonios.

-e-eres un demonio....-mascullo con la voz aguda,su garganta se habia apretado un poco e instintivamente se habia alejado un tanto del otro.

-Como ya dije, es solo a veces… -dijo señalándolo con la mirada, como si con eso dijese que se refería a él.

Le observó, algo curioso, el rostro. Ahora entendía mejor porqué los ángeles son eso, ángeles, pues el chico a su lado no dejaba de sonreír y derrochar felicidad. Tras su segundo comentario, al ver cómo su sonrisa se desvanecía en nada, rió ligeramente. Definitivamente, la próxima vez, llevaría puesto algo que le hiciera aparentar más lo que es, es decir, un demonio.

-¿Cómo lo supe? –repitió aún con cierta sonrisa casi burlona- ¿Estás seguro de que tienes todos tus poderes de ángel completos? –Lo volvió a observar detalloso, como le gustaba hacer, para luego encontrarse con la obvia respuesta del chico.

-Sí, ¿Ya te diste cuenta? –le sonrió- Uhm, pero… Tampoco creo estar tan mal para que no lo supieras… -se miró él mismo de pies hasta lo que alcanzaba ver de sí.

-Y, bueno, ¿Me dirás qué hace por aquí un angelito como tú? –preguntó notando divertido cómo el ángel se distanciaba. Pf, ¿No eran los ángeles los que se enfrentaban valientes a los demonios?

-Mis poderes de angél?-murmuro confundido ladeando la cabeza, mientras su rostro demostraba confusion-completos?!-mascullo mas confundido, no tenia idea a que se referia y tampoco queria serguir rebundando en el tema.-No es que umm....no tienes alas negras...ni tienes cara de maloso-respondio infantilmente haciendo pequeños pucheros, rodeo la banca y se sento en el extremo de esta quedando un poco alejado del demonio.
-Paseaba...estaba...aburrido-respondio retomando su actitud serena y sus sonrisas alegres y juguetonas;no pensaba mencionar a su protegido, para eso estaba el para alejarle del "mal".

-Bueno, tenía entendido que los ángeles sabían automáticamente cuando estaban frente a un demonio. –sonrió- A eso me refería.

Notó al breve que el ángel se encontraba confundido. Ah, de seguro era muy inocente… mejor, más fácil de manejar.

-¿Es necesario que un demonio tenga alas negras? ¿Y acaso todos tienen que tener un rostro terrorífico? –rió. Mayormente la gente se los imaginaba así, y él lo sabía, aunque no estaba muy acostumbrado a ello. Le siguió con la mirada hasta que el chico se sentó… algo alejado de él. ¿Miedo? ¿Desconfianza? ¡Era un ángel! ¿Qué le podía temer un ángel a un demonio? Aunque, bueno, mala pregunta si se trataba de Luzbel.

-No muerdo, ¿Sabes? –después de darse cuenta de lo que dijo, rió un poco y corrigió- Mmm, mejor diré que no como ángeles.

-Pues ahora lo se-murmuro entre un suspiro pero aun con la sonrisa en su rostro, le era tan imposible dejar de sonreir.-La mayoria de los demonios, que tuve la desgracia de conocer, las tenian negras y si tenian un rostro terrorifico, aunque tu no lo tengas-murmuro bajito esto ultimo desviando la mirada.
Comenzo a jugar con las vendas de sus manos,habia algo en el que le llamaba la atencion pero a la vez le inspiraba..¿respeto?, ¿temor? no lo sabia realmente.
-C-comer..a-angeles!?-levanto la vista para encararle-como puedes comer angeles! o a otros seres....es malo....supongo...-le miro dudoso.

-Supongo que… ¿Gracias? –dijo refiriéndose a lo de su rostro- Bueno, no sólo la apariencia lo es todo. –rió, como si él fuera un muy buen ejemplo de dicho tema- Aunque, supongo que en algunos casos si se pueden dar, como el tuyo. –lo miró. Y es que ese chico, con su apariencia, vestimenta y sobre todo sonrisa daba a exponer su naturaleza por donde vaya.

Le observó jugar con las vendas, y su curiosidad se despertó. ¿Heridas, golpes, cortes, o algo parecido?

-¿Te heriste, o te hirieron? –rió. Ha de ser muy débil si le hirieron, y si no, pues igual estaría indefenso para cualquier cosa que Luzbel quisiera hacer.

-Oh, cielos. ¿Comer ángeles? –rió divertido por primera vez en el día, el chico comenzaba a caerle bien- Niño, ¿Tienes bien tus oídos? He dicho: “No como ángeles”.

-Me hirieron...son heridas de hace años....es extraño que aun no cicatrizaran....-comento en voz alta mientras apretaba las vendas en sus manos y muñecas, aprovechando de acomodar tambien las mangas que colgaban de ellas.
-Ah..pues....dijiste comer...-le miro sonrojado, sin duda alguna habia sonado torpe ante aquel comentario, si pusiera un poco mas de atencion y no hablara impulsivamente no daria es impresion.Fijo su ojito color verde-grisaceo en el mayor-Si oí bien pero ahh...-hizo pequeños morritos algo frustrado-no me exprese bien(?)-mumuro avergonzado.

-¿Heridas de antes que aún no cicatrizan? –pregunta totalmente interesado en el tema. Tal vez su afición por el dolor era lo que le llevó a preguntar- ¿Y quién te las hizo? –su mirada lucía ansiosa, aunque, claro, no perdía esa serenidad que siempre lo acompañaba.

Notó el sonrojo del chico y sonrió triunfante. Parecía ser un niño con todos esos gestos que hacía, realmente se le veía muy… “lindo”, algo que seguramente no le gustaría a ese ángel. Ahora que lo pensaba, no le había preguntado su nombre.

-Está bien. –dijo sonriendo- No te preocupes. –seguramente, luego, el que se preocuparía de verdad sería tal ángel al conocer cómo de engañoso podría ser Luzbel.

-Por cierto, soy Luzbel Lawrosse, un placer. –volvió a sonreír, aunque esta vez escondiendo algo tras su sonrisa.

-Si..son de hace tiempo....-guardo silencio un momento-Me las hicieron unos demonios y tambien..mgh....lastimaron mi ojo-un deje de tristeza se dejo escuchar en su voz al comentar aquello, le siguio mirando con sus mejillas rosaditas por la verguenza y trato de aquietar sus manos.
-Sunshine Florit, un gusto-sonrio alegre al pronunciar su nombre, le encantaba era tan fresco, tan alegre...tan radiante tan el-pero todos me llaman Suny-sonrio alegremente, como irradiando luz a traves de aquella sonrisa.

-Unos demonios, ya veo. –Ahora entendía mejor porqué el reflejo de alejarse de Luzbel al saber que era un demonio, aunque, pensándolo mejor, eso se convertiría en un fastidio si deseaba manejar al chico para luego entretenerse a su manera.

Al escuchar lo del ojo, se acercó rozando casi su nariz con la otra, mientras tomaba del mentón al muchacho para poder observar de cerca dicho ojo.

-Definitivamente obra de un demonio, qué hermoso. –sonrió, alejándose ya un poco del chico. Miró curioso el sonrojo, bah, se le estaba haciendo muy fácil.

-Suny… bien. Suny me gusta. –dijo sonriendo.- Y bueno, Suny, ¿Qué tal si vamos por ahí, no sé, a tomar algo? Quedarme aquí sólo hace que tenga más calor… -se aireó con una mano mientras se ponía de pie. Si aceptaba, seguramente luego el ángel se arrepentiría.

Se fue alejando de apoco hasta que el mayor choco ambas narices,tornando los ojos mirando aquel acto sonrojandose fuertemente, aun mas de lo que ya estaba.
-Aun no puedo apreciar la hermosura de esta "obra", llevo años con ella y aun asi la sigo detestando-confeso algo agobiado.
-Pues si hace algo de calor hoy-le miro quisquilloso, algo habia aprendido en su vida y era a no fiarse tan facilmente de los demonios-Como estoy seguro de que no me lastimaras?-inquirio aun con su sonrisa en el rostro, levantandose al igual que el mayor quedando frente a el.

-Daría lo que sea por ser yo quien la tenga. Agradece, chico, que no todos llevan una belleza así en la vista. –Y era verdad, al menos para Luzbel, pues él cubría su ojo por pura apariencia, para que no lo reconociesen y nada más.

-Oh, vamos, ¿Qué podría hacer yo en un maldito calor como este? –dijo fingiendo- Además, aquí hay demasiadas personas como para que pueda hacerte algo, ¿No crees? –se giró, dándole la espalda- Si tan desconfiado estás, pues te aseguro que yo también apenas te conozco, y que debería andar igual de desconfiado que tú.

Sonrió por lo bajo. Sabía lo que decía y cómo lo decía. Después de todo, esa era su especialidad.

-Pues..¿gracias?, supongo que para otros es bello esto, por lo que me das a entender Luzbel-susurro quedadito.
Le observo mientras hablaba, tenia razon hacia un calor insoportable y aun mas, habia gente, gente que les observaba y que le daban esa cuota de seguridad de que el mayor no le haria nada, suspiro aliviado y se hecho a caminar tras de el.
-Pero es distinto, yo soy un agel, sin discriminar claro, mi mision es proteger a los demas y la de los demonios es dañar y tentar no?-inquirio ya a su lado con una sonrisa amigable.

-Pero claro, eso es arte. –rió. Era una de sus características, como demonio que era, saber de qué tipo de herida se trataba si estaba hecha por otro demonio, y también era característica suya confundir ese tipo de heridas con el arte, por lo que podía afirmar enteramente que la herida en el ojo de Suny, definitivamente, era arte, y al parecer uno que no estaba nada mal.

Miró al chico tomarle confianza y situarse a su lado, y comenzando a caminar se dirigía a quién sabe dónde, solo Luzbel podría saber eso. Pequeño detalle que tal vez el ángel había olvidado.

-Bien en eso, Suny, pero no todos cumplen las mismas funciones. Por ejemplo, tú deberías estar protegiendo ahora mismo a alguien y no lo estás haciendo, ¿Qué esperas que hagamos los demonios? ¿Qué seamos más responsables que ustedes, los ángeles? –y dicho esto se echó a reír.

-Mmmm-guardo silencio, al parecer tenian conceptos distintos de la palabra arte, guardo sus manos en los bolsillos de los pantalones blancos que llevaba puestos y siguio caminando junto al demonio, era algo extravagante para vestirse, y se distrajo observando cada detalle del otro mientras hablaba.
-Lo se, pero mi humano tiene trabajo, no me gusta interrumpirle, ademas yo no soy irresponsable!-chillo haciendo un mohin bastante aniñado, era su primer humano y le cuestionaban su trabajo a este paso comenzaria a frustrarse.
Siguio caminando junto al pelirrojo, con su carita de niño tiernamente molesto y con ese adorable sonrojo en las mejillas.

Notó cómo el menor le miraba el atuendo. Ah, ya estaba estresado. ¿Qué no uno ve qué se pone? Bueno, aunque de cierto modo le causaba algo de gracia que le mirara así.

-No dije que fueras irresponsable. Sólo que, así como tú, yo tampoco tengo que estar haciendo el malo todo el tiempo. Vamos, ¿Cómo podría yo llamarte irresponsable sin siquiera saber porqué no estás protegiendo a tu humano?

Tapó una risilla divertida con una mano, mientras continuaba caminando hacia… al parecer, un lugar en donde las personas comenzaban a disminuir. Le miró haciendo ese gesto de molesto, que más que dar a conocer su enfado, daba a conocer su lado infantil. ¿Todos los ángeles eran así? No, no debería generalizar por más que quisiese.

Revolvió los cabellos del ángel en una caricia juguetona al ver su sonrojo. Comenzaba a cambiar de idea, quizás sólo permanecer hablando con el chico sería más entretenido.

-Por cierto, Suny, ¿Está bien que andes por ahí con un demonio? Después de todo, puede que tu Dios se enoje...

-Cierto! muy cierto!-sonrio mas contento por las palabras del mayor-y solo deje solo a mi humano porque tenia que trabajar-se escuso aun asi con el demonio.
Siguio caminando junto a el sin prestarle mucha atencion a donde iban, ni que la gente comenzaba a desaparecer de las calles quedandose casi solos.
Hizo un puchero adorable cuando le revolvio los cabellos y luego agito un poco su cabeza para arreglar los que se le venian al ojo.
-Mi dios Zeus...no creo, se supone que todos somos criaturas de el no??-sonrio alegre.

-Ya, ya. Lo capté a la primera. –dijo refiriéndose a la insistente excusa del menor.

Observó la sonrisa en el rostro ajeno. Realmente ese ángel parecía un niño, y esos de los inocentes y tiernos. Comparado con el demonio, seguramente al ángel se le haría mal ejemplo. Rió un poco al ver cómo le quedaron los cabellos al chico, y cómo éste trataba de acomodarlos agitando su cabeza. Parecía un perrito… ¡Sí, ahora que se daba cuenta, parecía un perrito!

-¿Zeus?...-ni siquiera recordaba quién era Zeus, por lo que, luego de unos segundos, recordó algo por pura casualidad- Ah, ese. No sé, jamás se me ocurrió preguntar si fui creado por… ¿Cómo se llamaba?... Ah, sí, por ese tal Zeus.

Se quedó pensativo por un momento. Era verdad, jamás le había dado curiosidad, pero… que más daba, al demonio con ese tal… ¿Zeus era como se llamaba, no? Después de unos segundos tratando de aprenderse el nombre, no pudo aguantar una risa, por lo que luego soltó:

-Suny… Pareces un perrito… -y volvió a reír…

-Si! Zeus nuestro dios Zeus, el es el creador de todos nosotros, somos sus criaturas y el nos hizo con amor-sonrio mientras hablaba con el pelirrojo, se le hacia algo extraño que no recordara el nombre de su creador, al fin y al cabo el habia sido un angel antes...¿cierto?.
Siguio caminando y escucho lo que dijo, un perrito! el no era un perrito!.
-Q-que! un perrito!Luzble! yo no soy un perrito!-chillo haciendo nuevamente un mohin infantil con su rostro.-Y-y a todo esto a donde vamos!?-pregunto curioso mirando hacia todos lados.

-¿Con amor? –rió- Realmente eso es algo difícil de creer, o al menos para mí lo es…

Apenas recordaba el nombre de “Zeus” por parte de alguno de sus padres. Huh, hasta sus padres lo conocían y él no. Bueno, de todas maneras no buscaría conocerlo, ni mucho menos ser creyente siendo y habiendo nacido un demonio. La protesta del ángel hacia el adjetivo de “perrito” que Luzbel le había puesto le sacó de sus pensamientos. Sonrió de medio lado, como si estuviera divirtiéndose con cada expresión que el chico ponía. Le encantaba ver ese tipo de expresiones en las personas, y aquél ángel mostraba muchas de esas en muy poco tiempo.

-Jaja, ya lo sé. Es sólo que con tus gestos lo pareces. –suspiró, con cierta gotita en la sien- Y vamos a…

Y ahí quedó congelado. ¿A dónde se suponía que le diría que irían si ni él lo había pensado desde un comienzo? Bueno, sí lo había pensado, pero ya no tenías las intenciones que desde un comienzo le hicieron llevar al ángel hacia un lugar apartado. ¡Ah, claro! Como cualquier persona…

-¡A tomar algo…! Sí, me muero de sed. –mintió para escapar de la pregunta lo más antes posible. Miró, al igual que el menor, hacia sus lados, intentando dar con alguna tienda que le salvara de la mentira.

Rio y chillo divertido-Heee ni que tuviera cara de perro-siguio con los pucheros y el fuerte sonrojo en sus mejillas, siguio caminando a su lado esperando pacientemente su respuesta.
Se detuvo en seco, le miro por unos momentos y luego se echo a reir angelicalmente.-vamos que sea inocente no quiere decir que sea idiota-continuo riendo-me acabas de mentir, a donde ibamos realmente?-le miro, seguramente se sorprenderia y eso le causaba ternura, la mayoria tenia aquella reaccion con el

-Claro que no tienes cara, pero si tuvieras cola y orejas no estaría nada mal en verdad… -dijo sonriendo e imaginándose al otro tal como había dicho. No, realmente no estaría nada mal, pensó, sobre todo incluyendo aquél insistente sonrojo en las mejillas del otro.

Sintió, por decirlo así, el paro del menor y acto seguido su risa. Ah, probablemente esa era la primera vez para Luzbel que hacía reír así a alguien, especialmente a un ángel siendo él un demonio. ¿Tan mal mentía? Si era así, tendría que volver a agarrarle la maña al truco, o al menos intentarlo.

-No lo he dicho yo, conste. –dijo riendo él también, aunque un poco burlón- ¿Qué esperabas de mí? Después de todo soy un demonio. No deberías fiarte así de las personas. –pensó por un momento. Ahora que el ángel le había agarrado en la pregunta ¿Qué iba a decir? ¿La verdad? Jaja, sí, como no. Entonces… sería otra mentira, y tras de esa, otra más si fuera necesario.

-Pues vamos a… a otro lugar en donde tanta gente no me estrese. –en parte verdad, en parte mentira.