El manantial de la sabiduría, aquel lugar que se encontraba oculto entre el pantano, aquel lugar muchos seres deseaban encontrar, el ideal de adquirir sabidurías movía a muchos aun comprendiendo el riesgo que se corría al injertarlo, pero… ¿Por qué no hacerlo? ¿Porqué dejarse llevar por la cobardía? Él era curioso, y eso mismo fue lo que le costó perder su privilegio de ángel, esa misma curiosidad que ahora le exigía ver de cerca aquella escena que aun no descifraba
Con mucha cautela caminó unos cuantos pasos, no conocía con certeza la leyenda de aquel manantial, pero tenia muy claro que debía tener cuidado. Podía reconocer el cuerpo de un ángel bañado en sangre asomándose sobre el agua cristalina, si el estaba allí significaba que alguien lo había atacado, los ángeles son criaturas fuertes y por lo general precavidas, si es que hubo una lucha para que el resultado fuese ese, su contendor y asesino debía ser alguien poderoso.
Pero ahí, en ese lugar, estaba alguien mas, en un comienzo llegó a imaginar que era el culpable de aquel desastre, pero ¿como alguien tan pequeño podría causar tal estrago?
¿Qué hacia allí? ¿Porque permanecía en aquel sitio? Varias cosas invadieron su mente en ese instante, tratando de encontrar la explicación mas lógica para lo que había ocurrido… ¿estaría asustado? Mantuvo la distancia y observó mejor el lugar, si quien había atacado al ángel permanecía allí, debía estar escondido bajo las dulces aguas del manantial
-¿Quién hizo todo esto?- se atrevió a preguntar restándole atención al chico, solo observaba su alrededor… esperando que “aquello” apareciera