Casa de Naru

Aún estaba abrazado al rubio, y practicamente por incercia comenzó a hacerle suaves mimos en el cabello, sin apartarlo ni nada, y escuchándolo atento.
-Solo dejo las cosas en claro.
Musitó ante el comentario del humano.

Su mueca cambió a una un poco intranquila cuando el niño siguió hablando. No le gustaba la idea.
-¿Qué tal si las sirvientas no guardan el secreto?
Cuestionó. Si los padres del niño se enteraban de que un extraño estaba viviendo en esa misma casa, obviamente lo echarían de allí, como poco; y de lejos era imposible cuidar a su humano. ¡Qué molesto era no poder hacerse "invisible"! Ni siquiera podía camuflarse en aquel lugar.

Dejó que jugueteara con su cabello, ah...y luego el niño pequeño era él, más bien lo parecía el moreno asombrado por cada cosa que el veía lo más normal del mundo.
-estabien, no se lo diré , peroporque tu me lo dices, porque...ellas son de fiar, pero me fio más de ti que de ellas.
Por extraño que parezca fue completamente sincero ante lo que dijó y decidió corresponderle aquellos mimos acaricaindo la espalda del moreno con inocencia y en ningun momento con picardia.