Recolectando manzanas

Regularmente suele andar por todos lados de Atenas, pero siempre de alguna u otra manera termina dentro del bosque, ese lugar que generalmente se encuentra soltiario, tranquilo y que de alguna forma desconocida al estar allí el hambre le ataca y al atacarle, el ataca a las pobres aves que van por el cielo en grupos... patos.

Había pasado buen rato desde que se encontraba dentro de la espesura del bosque, se había desecho de su camisa y solo rondaba por ahí medio desnudo, buscando palos y hojas que quemar, el mismo había preparado su fogata y preparado aquel animal para cocinarlo al fuego, desde hace algunos minutos esta postrado frente a la fogata, justo a medio camino del bosque, frustrado de la tardanza en cocinar eso, frunció levemente el ceño y las llamas comenzaron a arden un tanto más sin llegar a quemar aquello que pasaría a degustar. Después de un rato, suspiro intentando tranquilizarse pues no iba a ponerse furico tan solo por tener hambre y querer comerse el pato, calmaría sus ancias con aquel grupo de frutas que había recolectado en el mismo rato, cerezas, frambuezas, una manzana que ya estaba mordida por el desde hace un par de minutos.

Había acabado con casi todas las cerezas y las frambuezas en poco tiempo y pese a intentar engañar a su estómago este simplemente pedía a 'gritos' el que le dieran su pato, estaba muy metido en el consumo de tales frutillas que cuando la voz del otro llego a sus oidos le tomo ligeramente por sorpresa, aunque al dirigir su mirada hasta quien le hablaba y que era lo que le pedía enarco la ceja - para que necesita una manzana... además que esta mordida - musitó con cierta duda en su tono de voz, aunque estuvieran en terreno humano aun ese chico, desprendia esa aura de divinidad por lo que, al prestarle atención a ello.

- ... - giró después de un tiempo de estarle observando por encima del hombro, se agacho un poco y tomo la manzana - es enserio esta mordida - agregó mostrandosela para afirmar lo dicho.

Se encontraba mirando al rubio quien, posterior a que le hubiera mostrado la manzana había perdido total interes en su fruta, se encogió ligeramente de hombros - sin problema - musitó suavemente, tras eso de nueva cuenta dió una mordida a la manzana, y empezó a enguyirla. Hasta que, de nueva cuenta el otro sujeto en apariencia menor se acercó hasta sí, con cierto aire esperanzado en su rostro: elevó su ceja visible aun tragando el trozo de manzana.

Sin dificultad alguna con un movimiento de su cabeza, dió una respuesta positiva ante la cuestión que se le había planteado, y termino de pasar lo que comia - ... - no soltó palabra alguna y solo se dedico a mirar al joven parado frente a su persona de manera, deteniendo su mirada justamente en los pies del rubio, y devolvió su mirada hacia arriba y ver directamente el rostro contrario - ¿alguna entrega? - cuestiono, girando ligeramente su rostro para mirar hacia su fogata... y tras un leve movimiento de su mano, el fuego se extinguió.

Estaba atentó ante las acciones del rubio, mientras esperaba ante una respuesta a la pregunta que ahora el había planteado; y no tardo mucho tiempo en recibir una positiva departe del otro, ligeramente una sonrisa se formo en su rostro, ante tener la carta sobre su mano libre y hojearla descuidadamente, sin interes aparente en ella.

Terminó de tragar la manzana completa, incluzo había comido el corazón de esta, y miro con un tanto más de atención la nota. Más las palabras agregadas por el chico ante la acción que el mismo había realizado le llamó de regreso hacia la persona, sonrió más ampliamente ante el descubrimiento y presentación que había tenido ese Dios. - si, lo soy y también; si lo se - musitó de manera tranquila y amable, después de todo cabia en obviedad el hecho de que sabía de quien se trataba, pues había cuestionado sobre su misión.

- no creo que sea una broma - agregó después de un poco tiempo de pensarlo - después de todo, si lo fuera... no creo que ninguno de los del olimpo estén dispuestos a tratar con tus ya conocidas venganzas, pues ningún otro puede acceder a ti a tus horas de sueño, sino es una divinidad - dió como respuesta aunque el mensajero no se lo hubiera encarado - ¿no lo crees así? Hermes - sonrió curvando su mirada a juego con su sonrisa, de manera agradable.

Había tomado unos pasos de próximidad con el otro justo antes de que este le encarara de manera cercana, sonrió: mostrando su blanca dentadura, bien tenía razón ante las cuestiones que había planteado si bien podía ir a la misma Atenas y conseguir unas inmediatamente - tal vez - balbuceo, alejandose del rubio y yendo hacia el pato que ya estaba cocinado - sea porque las manzanas de este bosque son las más grandes, dulces y jugosas que las que puedan tener los humanos - dió como respuesta, sentandose comodamente en el escaso cesped que había en esa pequeña zona de claro.

- después de todo, es un lugar sagrado - agregó, invitando a Hermes a sentarse junto a él, dando unas pequeñas palmaditas por un costado mientras tomaba una de las pequeñas dagas que estaban atadas a sus tobillos y empezaba a cortar una pieza del ave - ¿gustas? - cuestiono, mirando de soslayo al chico.

Estaba entretenido ante cortar las piezas del ave y encajarles una pequeña daga para que hiciera de 'cubierto' y no tener que entregarselo directamente en la mano al menor, aun así prestaba atención a las palabras que soltaba el otro, asintió con un movimiento de su rostro ante la planteación que había puesto el otro sobre el rumor de aquel bosque, y no es que fuese muy claro ó cierto para el, el hecho de que las criatures recidentes de allí acudan ante una sencilla melodía pero había escuchado eso con anterioridad.

- aquí tienes - musitó al momento de extenderle un par de piezas en forma de brocheta al joven, de lo que le correspondía del pato, mientras el daba una mordida a la parde de una pierna del pato que había tomado con su otra mano. Estuvo así mirando de reojo al joven hasta que aquel le hizo aquella petición, solto una leve risilla; no por lo dicho sino por la manera en como el bochorno había sido notorio en sus palabras.

- cuando terminemos, te llevaré hasta allí - sonrió ligeramente volviendo a enguyir aquel animal - ... - trago lo que tenía masticando - así que estaté sin cuidado, Hermes - continuó consumiendo su sagrado alimento.

El había comido ya gran parte de la pieza que había tomado del ave y comido de ella normalmente y sin ningún 'problema' como el rubio que estaba justo a su lado, se dedicó entre tiempos a mirar al menor con una apacible sonrisa en su rostro y en cierta manera con un deje amable en su manera de verle - es un placer poder ayudar - agregó ante el agradecimiento que había recibido por parte del otro, siempre que pudiera estaba dispuesto a hacer algo por el progimo y más sino le causaba gran trabajo hacerlo y, guíar al otro hacia el manzano no era un problema dificultuoso en ningún término después de todo estaba acostumbrado a rondar por el bosque y en cierto modo le conocia muy bien. Había terminado de enguyir el pato, y realmente estaba satisfecho; no es que fuese un gloton pero comio de manera apresurada en cierto modo.

Cuando el otro expuso su curiosidad, el de orbes carmesí le miro aun con más de esta ante las palabras que fueron soltadas, esa cuestión era un poco conocida, pues era una de tantas veces que lo cuestionaban con tales preguntas sus labios levemente se separarón para formular una respueta para el chico pero, la ultima "cuestión" soltada por este le confundio ligeramente, más sonrió de medio lado - si así lo gustas no es problema para mi - indicó hacia el joven, curvando su mirada a juego con la esbosada sonrisa en su rostro.

- y respecto al como controlo el fuego - llevó una de sus manos a su mentón - en realidad no se que es lo que hago - sonrió de manera un tanto tonta - es tan natural e inconciente como respirar - añadió, bajando su mano y apoyandose ahora del piso, haciendo de sosten de su cuerpo, como un ángulo. - así que no exite algo que haga o diga que lo haga crearse ó aparecer en mi palma por espontaneidad - finalizó.

Permanecío de manera fija apoyando el peso de su tronco sobre sus brazos; mientras sentia y miraba atentamente como era que el pequeño rubio se acomodaba placidamente sobre uno de sus costados, no hizó nada más que mirarle en cierto modo embelezado, no era algo que aceptara de manera casual y normal pero no era algo que afectará en absoluto, y hasta podría pensar a llegar que es agradable.

Permaneció mirandole por unos instantes más hasta desviar su vista hacia enfrente, pues parecia que era un momento de quedar en silencio entre los dos, pero cayó en cuenta que era una suposición erronea puesto el joven de nueva cuenta le dirigió la palabra; devolvió su mirada carmesí hacia el de orbes celestes, atento. - si, es lo mismo que eso - sonrió amablemente, mirando directamente a los ojos al otro; costumbre de "cortesia" - ¿necesitas una excusa para charlar con alguien? - cuestiono de manera retorica, elevando su mirada hacia el cielo.

- con haber dicho algo sobre el clima, las manzanas ó el pato, era más que suficiente para sacar una platica para amenizar el rato - inquirió, pasando la vista de nueva cuenta al rubio abrazado a su persona - realmente no necesitas pensar mucho para conversar - añadió - no soy del tipo de persona que tenga un interes en algo en especifico - sonrió de manera sosa.

Después de un rato había posado su brazo al rededor del joven igualmente abrazandole, por encima de los hombros de manera 'cariñosa'. Estaba totalmente atento a lo que el chico dijera, por un momento quedo con cierto deje de curiosidad en su rostro ante lo que fue soltado por el rubio ¿pensado en él?, ¿que exactamente?, sería divertido averiguarlo, más sus pensamientos fueron cortados ante lo que fue ultimamente dicho por el joven; curvo su mirada - gracias, veré eso como cumplido - inquirió, divertido: volviendo a sonreir de medio lado, dedicando su expresión al otro.

Estando así después de unos segundos sin decir nada, cambió su posición sentandose correctamente, aun sosteniendo al joven de manera protectora de que no fuese a caer mientras el se acomodaba, solo que estando solo apoyado en un brazo resultaba un tanto incomodo; más ante su nueva posición ahora sentia que el joven estaría incomodo pues quedaba dando hacia el frente, llevó su mano ahora libre hasta el joven y usando igualmente su diestra; tomo al joven por los costados y en un movimiento, le acomodo entre sus piernas, abrazandole por la espalda, y acomodando su mentón sobre la cabellera dorada del chico.

- y dime... Hermes exactamente ¿qué pensabas de mi? - cuestiono con notorio interes en sus palabras - digo, aparte de el "control" que tengo sobre el fuego - añadió, esperando por una respuesta del que le acompañaba.

Permaneció oliendo el suave y agradable aroma que las doradas hebras de cabello rubio del menor desprendía, esperando ante una respuesta que de manera 'graciosa' le fue concedida - vale, no me reire - contestó ante la advertencia que había soltado el chico; y así fue, su sonrisa permaecía intacta esbozada en su rostro.

Sintió como era que el ojí celeste volteaba a mirarle desde abajo y el poso la vista de su ojo izquierdo sobre el menor ante todo momento, y ante las palabras que fueron dichas por el muchacho su sonrisa simplemente se azancho más, riendo entre dientes; aunque había dicho que no se reiria de lo que fuese a decir el otro, era inevitable - ¿hacerme? - balbuceo, intentando contenerse, oculto su orbe tras el parpado y seguidamente cubrio esa parte de su rostro con una de sus manos, forzandose a no reir abiertamente - disculpa, jeje - musitó con cierta preocupación en su tono de voz al hablar - yo, jeje... no, no me burlo de ti - empezó suavemente a reir, bajando su mano y abrazando al menor de manera fuerte, ocultando ahora su rostro a lo que podía en la melena rubia del chico.

Ese abrazo suavemente tomo un poco más de fuerza sin llegar a lo desmesurado - jeje, ¡Hermes! - inquirió, entre pequeñas risas ahogadas, elevo un poco su rostro, mirando escasamente al menor hacia sus celestes, respirando agitadamente sobre la frente del joven - eres tan lindo - añadió, soltando aun escasas risillas: divertido, intentando apasiguar su risa - no creo que fueses capaz de abusar de mi confianza - siguió hablando - te miras confiable - agregó, plantando un escaso beso sobre la frente descubierta del menor, curvando su mirada y sonriendo ampliamente para el otro.

Aun ligeras risillas brotaban de entre sus labios, resultaba divertido de una manera agradable y no burlesca del asunto, no había notado absolutamente ninguna reacción del menor hasta que escucho ese audible y titubeante agradecimiento que fue soltado por el chico, quedó en silencio, mirandole de manera atenta... sin perderse ningun detalle, grabandole en su memoria de esa manera, sonrió de manera amable, apacible, agradable.

- Gracias - inquirió de manera tranqula, ante el alago que fue soltado hacia su persona, realmente no creia que una persona que cubriera parte de su rostro pudiera denotarse hermoso, pero aceptaría la alabanza a su persona que había presentado el rubio que se posaba entre sus brazos.

Permanecío abrazandose al menor de manera pasiva, y sin intensiones de soltar al menor por un buen rato, era comodo y tibio; una grata compañía, sonrió ligeramente, notaba la cierta incomodidad que sentía en aquel momento el de rubia cabellera frente a él. - y... ¿cómo has visto el clima últimamente? - habló, notandose como cambiaba bruscamente de tema; para que el joven calmará su estado.

Posó de nuevo su mentón sobre la cabellera rubia del menor que estaba siendo abrazado por su persona; tranquilamente y esperando a este le otorgara una respuesta ante su excusa de salir del tema anterior. - uh - babuceo ante la contestación que recibió del chico, sonriendo ligeramente y llevando su vista hacia el celeste.

- me gustaría hiciera más calor - contestó, prosiguiendo con la platica hacia el rubio - aunque con el clima así, es agradable igual - musitó, volviendo su vista hacia abajo y mirar escasamente a la personita entre sus brazos. - solo no me gustaria que se pusiera frió o tormentoso - añadió, soltando un leve suspiro por entre sus labios, ese tipo de inclemensias no eran agradables para si.