¿Reniego a la luz?..

Simple y sencillo como antes, vagaba ciegamente entre aquellas sombras que me embriagan la poca alma que quedaba dentro de mi ser, aún recordando ese encuentro tan inútil que no hizo más que irritarme cada vez que recordaba lo sucedido...
En mis ojos se veía la rebeldía a flor de piel, el odio desbordante con ese color sugerente en mis ojos...

Talvez había mucha tranquilidad mezclada en esas sombras del lugar, talvez era lo que me había motivado a seguir su trayecto, pero de la nada se escuchó un estruendo opaco, inaudible al oído humano, traté de no tomarle importancia y continuar con mi camino hasta que llegué al lugar de donde había salido el sonido...
Gran sorpresa me llevé, no era otro más que Gabriel, el que alguna vez de mi vida como ser de luz había jugado conmigo de muchas formas, pero nunca le dí importancia....curiosamente con el humor que andaba, no le daba importancia tampoco, sólo me limité a verle, tendido, con sus ropas blancas llenas de sangre, con plumas desparramadas por el lugar...

Le ví entre las sombras en las que estaba, pero salí de estas, no podía creer la escena, no de un ser celestial, que acaso había negado a la luz como lo hice yo hacía mucho?, era imposible, no Gabriel, siendo el consentido de todo el cielo y de los dioses..además, aún conservaba sus alas blancas...

Caminé hasta quedar frente a el, sin mostrar emoción alguna en mi rostro, de seguro ya sabia que era yo, ese ruidoso caminar mío por los tacones que usaba me delataban, pero talvez era cosa muy mía hacer este ruido para que supiera de mi presencia...

-qué es lo que trae al ángel Gabriel hasta estas sombras terrenales?, susurré como el viento para sus oídos, sin ninguna emoción en mis palabras, ni siquiera rencor...

Mi respuesta fue la más directa que pude haber dado a aquella mirada llena de sentimientos encontrados, nada que el sonido lograse ser testigo, fue mi rostro, que mostró a Gabriel algo que talvez nunca había visto antes, mucho menos en un ser celestial... fue una expresión por más inhumana, llena de frialdad, inmóvil, tan inerte que ni siquiera la transición a un rigor mortis podría compararse a mi rostro...

Observé con más detalle la escena, esa escena que parecía haber sido sacada de una pintura bizantina, lograba renacer en mi el delirio de mi alma, ese delirio que corrompía cada rincón de mi ser al verle así...me acerqué a su laguna de miseria, alzé ambas de mis manos para tomarle de las ropas desgarradas y así levantarlo hasta dejar su rostro frente al mío mientras que sus alas, como una avecilla lastimada se arrastraban por aquel suelo...
Ví a sus ojos, no realizaba gesticulación alguna, sólo veía a esos ojos azules y por veces ese contraste con aquel color ambarino que me hacía hervir mi sangre en busca de la misma...

-qué es lo que quieres...

Dije, como si hubiera sido inaudible para cualquier otro que no fuese él, sólo para él...

Acaso estaba queriendo jugar conmigo?, pues se equivocaba...
Le atraje más a mi rostro, tan cerca para que viese en mis ojos la respuesta a tan estúpidas palabras... pero si como si fuese necesario, le dejé escuchar lo que mis ojos le remarcaban...

-supones muchas cosas Gabiel, muchas... crees que por lástima actuaría?, supones que aún dentro de mí está lo que estúpidamente fuí hace tanto?, no comprendes, cierto?...

Susurré de la forma más cortante, de la forma más directa... Jamás actuaba por gana de otro, mucho menos por lástima...era como si me estuviera recalcaldo lo que había pasado hacía unos instantes, como si quisiera sacar ventaja de mi fallido almuerzo... como si quisiera retomar lo que muchas veces hizo cuando era un ser de luz: jugar conmigo.... era cierto que no le guardé recor, incluso cuando me sumergí en las tinieblas nunca se me pasó por la cabeza tenerle rencor, ni siquiera sé la razón del por qué...

Pero parecía que no era ese rencor el que estaba mostrando ahora, era más bien repugnancia... alzé una de mis manos desde sus ropas hasta su cuello y así, le sostuve, dejando mi otra mano a uno de mis costados... orgullo, simplemente era de esas cosas que no podía abandonar como a la luz... le acerqué más a mi rostro, dejándo sus mirada a pocos milimetros de la mía...

-si tan cierto es, sabes que hay un precio... más si el precioso ángel Gabriel pide mis "servicios" de esta forma...

Claro, comida al fin y al cabo es comida, incluso hasta él tuvo que ver ese algo que ya se observaba en mi mirada, ya no era inerte como antes, no.... había algo que estoy seguro sabía, había visto antes....

Si el precio de acabar con mi absurda vida era pagar ese peaje carnal con aquel demonio…
Lo pararía, ¿acaso seria mas servible por que me hiciera algo?
Lo había perdido completamente todo…
No era por lastima sino, por repugnancia hacia mi mismo, como un ángel de tal categoría se desmoronaba como si fuera una torre hecha con ramitas en medio de un huracán…
El huracán que ahora llevaría el rumbo de mi existencia en sus manos.
Alcé la mirada para poder verme reflejado en esos orbes de tan lujurioso color carmín pero no presentaban un tono apagado como yo mismo pensé que serian…
Eleve mis manos pasivamente hasta dejarlas sobre la muñeca en la cual me agarraba con tanto ímpetu de mis ropas, y después de mi frágil cuello.
-Estoy dispuesto…. –
Susurre de forma quebrada, algo inusual en mi…

En verdad que aún no me lo creía, pero en un movimiento le contraminé en el tronco de un árbol sin follaje, entrecerré mis ojos mientras le veía, le estudiaba... fruncí mi ceño en ceñal de disgusto, disgusto por haber recordado algo tan enterrrado por los siglos, tan trasegado en mi mente, arranqué sus ropas, o más bien lo que quedaba de estas...
Frente a mis ojos quedó expuesto ese cuerpo inmaculado, ese cuerpo que denotaba nunca haber sido castigado por nada ni nadie, acerqué mi cuerpo al suyo, dejando mi pierna derecha entre las suyas y haciendo cierta presión en ese lugar, ese lugar pecaminoso que este ángel me había ofrecido...

-Acaso lo haz olvidado?, cómo es que haz terminado rogando ante mi después de lo que pasó hace tanto?...

Susurré, pero no había rencor, es lo que aún no logro entender, cómo era que yo siendo un ser libre de odiar a quien se me diera la gana, no le guardase renconr a Gabriel después de lo que hizo?

- Pero sabes algo?... hay dos opciones, o gritaras porque pare.... o querrás obligarme a que siga...

Sabía bien con quién trataba, cómo era él... apreté con más fuerza mi rodilla sobre su entrepierna, le tenía sostenido del cuello, en un movimiento forzado, le obligué a mover hacia atrás su cuello mientras acercaba tanto mi rostro, casi rozando mis labios a los suyos, sólo para que sintiera mi aliento sobre los suyos...no dejaba de ver a sus ojos...

-no Gabriel........... te equivocas...

Susurré riendo de una manera que él sabía en mi, una risa tan lujuriosa que denotaba el gusto de lo que le haría a continuación

-será lento..... tanto... que creeras que son siglos de tortura

Agregué lamiendo algo despectivo sus labios, con velocidad y mucha fuerza lo tomé de uno de sus brazos y le hice arrodillarse, sostenía ambos brazos por su espalda con una de mis manos, mientras la otra la pasé con lascividad por su espalda...verle así, tan..... inútil, a merced de mi perversión.
Acerqué mis labios a su oído...

-si tanto quieres negar tu destino, te mostraré lo que se siente en carne propia que te arranquen algo valioso...

Alejé mi rostro y con mi mano libre tomé con fuerza su preciosa ala derecha de la falange más distal, la que no parecía estar tan lastimada y en un movimiento la hice girar contraria a su articulación, fracturándola... sabía bien que lo que escucharía de sus labios sería algo más placentero que gemidos...