Quizás eso de seguir mi trabajo me alejaría de todo el mundo, de todos los seres que hubiera donde tenía que ir yo, o donde básicamente se ubicaba todo lo que hacia, todas las ordenes que recibía; Todo…
Quizás bajar al inframundo podía ayudar a calmar su mente, a ver cosas que no vio nunca, o simplemente, podía volverse un ángel caído, ganaría mucho el señor de aquellas tierras si Gabriel tuviera que revelar todos los secretos mas inhumanos de los Dioses, pero no lo haría. Eso jamás lo concebiría…
Hacia pocos días pensaba que para el esas tierras estaban prohibidas, pero la curiosidad le podía, a parte de que tenia que entregar muchas cosas a variados demonios importantes que se encontrasen en el lugar.
Salio del Olimpo, con ese día grisáceo a cuestas de el, como si implorase al arcángel que dejase atrás lo que ahora le atormentaba, decidido quería ir a el inframundo, que se darían cuenta de que estaba allí, su resplandor, su pureza, su ser entero entre las tinieblas, Tenia que llevar varios pergaminos a Hades, señor del inframundo, pergaminos sobre tratados, no sabia mas sobre el tema, solo me limité a seguir ordenes….
Todo era tan oscuro, siniestro, que por un momento pensé que me había perdido y solo había conseguido atravesar varias capas hasta llegar a aquel siniestro lago, que solo a mi se me ocurrió asomar para ver su contenido, mi respuesta fue que se me cayeran los pergaminos a aquel suelo lleno de niebla, me agache y volví a tomarlos, no sabia si aquel ser se dio cuenta de mi presencia. Simplemente esperé a las orillas del Lago Lete...
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