Razones

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Las multitudes congregadas de los cuerpos perfectos engendra la saciedad, y casi diría que hasta la nausea, donde la belleza es juzgada por nosotros, hermosa, en cuanto es una promesa de placer y de voluptuosidad...-Leyó Hades en voz alta. Había seleccionado meticulosamente el libro que yacía sobre sus manos, pues en aquella época de supersticiones ridículas, eran pocos los realistas pensadores que elaboraban interesantes teorías; e incluso las más románticas e insulsas leyendas respecto a los dioses y las risibles relaciones que entre sí tenían con los mortales.

Era como leer uno de aquellos pergaminos que proclamaban los sacerdotes en las afueras de los templos, donde literalmente era un juego de popularidad entre los dioses; juegos por cierto, en los que no gustaba de participar, quizás por ello y al jamás haberse presentado del todo y en persona, las leyendas referentes sobre sí eran escasas, por no decir nulas. Sin embargo, y cuando se encontraba en soledad, su actitud cruel y despiadada se veía considerablemente reducida; pero aquello solo ocurría cuando se encontraba solo y en los campos Eliseos. Sus cabellos color negro azabache no cubrían sus ojos, sino que yacían retirados de su rostro en una media cola, la capa negra y la armadura con las que siempre andaba, habían sido sustituídas por una ligera toga negra y una túnica gris oscuro por sobre todo, más las alpargatas de cuero. No portaba adornos de oro, ni brazaletes; únicamente aquel anillo negro y los aros sobre sus oídos.

Su recinto extenso, de pilares labrados con hermosas sirenas, ángeles y mortales; en cuadros disimulando su existencia; se abrían paso majestuosamente en ese silencio sepulcral. Por las cortinas rojizas jugueteaba el aire, llevando consigo lejanas melodías de liras y arpas, la mas perfecta e inmaculada limpieza relucía sobre los suelos jamás pisados -puesto que aquel templo escondido únicamente pertenecía a él- se encontraba brevemente iluminado por la luz de la aurora boreal, el sol y ninguno al mismo tiempo; pues a los inframundos no llegaba la luz del astro rey. Los campos floridos y los árboles cargados eternamente de bellos frutos, decoraban la tranquila soledad, con el trinar de aves, el correr del agua y el vagar del viento. Solo a lo lejos se percibían los cantos de las musas y las ninfas, tan apartadas del señor de los muertos, que jamás le habían visto como hasta ahora.

Levantó entonces su copa de oro, cuajada en diferentes piedras preciosas y bebió el único líquido que más le placía por sobre el vino. El agua. Continuó entonces con su lectura, esperando pacientemente a su invitado.

sentado en una roca, en la gran muralla que pegaba el oleja del mar, se preguntaba muchas cosas, siempre se cuestionaba, siempre que rompia una ola, y era alcanzado por el agua salda se despertaba otra idea hasta, que, como los mares su mente se revolvia y luego se amanzaba.

tenia una cita, un visita, tendria que asistir, ver de cara al señor oculto en su reinado profundo en la tierra, habia cosas que Tanatos aun no perdonaba y jamas lo haria, pero en ese mundo siempre debia de aparentarse, o se perderia de la gracia divina.

por ultimo antes de despedirse de ese lugar , miro a lo lejos, los niños, ajenos a todo, como si fuesen los unicos seres vivos en ese espacio, las risas y las pisdas en la arena, las huellas, les compadecia por que a tan corta edad no conocian dolor, y para el esa felicidad parecia una infamia.

se alejo de ahi, hacia lo mas profundo donde eternidad solo era una estancia de descanso para continuar el viaje hasta campos eliseos, a veces era malo saber que el tiempo no existia, pues pudo haber dicho que no lo tenia.

entro en aquel majestoso lugar, como si fuera su propio recinto, de todos Tanatos era quien menos le rendia pleitecias a Hades, tal vez por que se considera de igual a el, y su que su lugar fue dado solo por que manipulo a destino.
los frutos, tan apetitoso y hermosos que desertaban un deseo de tenerlos, y al mismo tiempo despertaban el miedo de siquiera tocarlos, las fuentes relajantes, de agua tan transparente que es como si el aire emanara dentro de ella, el silencio que se escondia detras de los pilares, de unico decorado, haciendo eco en voces de hijas de la naturaleza haciendo siluetas en la oscuridad, que si bien prestabas atencion no era mas que tu imaginacion.

llego ante las enormes puertas, que sin orden y reclamo para el se abrieron,no habia noche ni obscuridad, ni penumbra, ni luz, ni sol, pero ahi predecedia un ambiente que ni el cielo ni el la tierra existia.

estaba en su lugar, como amo y señor bebiendo complacido del liquido que degustaba, el dios menor siemplemente entro caminando, hasta llegar lo mas cercano a el, sin reverencias, sin alagos, sin bajar la mirada ni agachar la cabeza, se detuvo justo ante la mirada ajena.
estaba ataviado de su comoda (para el) tunica blanca ajustada al cuerpo, y una capa que podia ser blanca o roja como la sangre, como en este caso, debido a la visita, en el hombro derecho tenia una hoja de olivo en plata, el cabello poco importaba para el y lucia desarreglado, llevaba anillos y su arete en la oreja en plata tambien, pues odiaba el color del oro pensaba que era el color de la avaricia.
su piel era lechosa, con un rastro oscuro debajo de los ojos, siempre llevaba una risa burlona pero esta vez encontro la seriedad.

-Tu puntualidad resulta abrumadora... -Saludó, sin levantar la mirada de su libro, donde sus ojos se movieron de derecha a izquierda velozmente, para después cortésmente cerrar dicho ejemplar y dejarlo de lado. Tenía la costumbre de no dejar nada sin terminar, y el interrumpir su lectura, separándola por el dedo índice en la página donde se había quedado; habría resultado incómodo para quién el capítulo leía así como para su invitado; que se vería forzado a acortar su visita a fin de que el anfitrión retornara inmediatamente a su lectura.

Una vez dejado el libro de lado, levantó su mirada penetrante y profunda, posando su atención absoluta únicamente en los ojos de su opuesto, como si en ellos quisiera escrutar las posibles verdades que le estuviera omitiendo; más su capacidad no era la de leer el pensamiento, por lo tanto; dejó que Tanatos permaneciera con sus ideas... Posteriormente, observó su sencillo atuendo, por que curiosamente; la muerte nunca había sido ostentosa, era sencilla, pero no simple. Recorrió con su mirada desde aquel adorno de plata hasta sus pies color mármol, apenas recubiertos por las sandalias e incorporándose de la cómoda posición en la que estaba, se irguió derecho sobre su asiento, ofreciéndole con la mano acompañarle.

Nadie jamás diría que con haber invitado a Tanatos a su lado lo había honrado, permitiéndole no solo pisar los Elíseos, yacer en su recinto privado y personal; incluso sentarle a su lado y dejarle comer de su mesa; puesto que nunca nadie habría podido llegar lo suficientemente lejos como para saber que otro dios aparte de Hades tenía aquel acceso. Pero, para el Dios del Inframundo era común la visita de Tanatos, quizás por que era el único a quién trataba de forma natural, sin forzarse en demostrar nada.

-Me pregunto entonces por que aquellos a los que les corresponde morir, se han salvado.- -Sonrió socarronamente mirando a otro lado, recostando su cabeza sobre la mano y esta, apoyándose en el descanso del trono.

habia empezado, la sutil guerrilla de palabras, camuflajeadas por la compleja armonia que entre ellos se daba como secreto.

-es mi gusto dictar cuando, como y donde, incluso si la naturaleza lo ordena, yo oire el reclamo de lo que debio ser y no es- fue una negativa bastante escasa,no le gustaba que le preguntaran sobre sus asuntos incluso aunque fuera de la forma mas amable.

-el libro no se ira, siempre, cuando gustes puedes volver a comenzar, mi impuntualidad debiera ser grata, asi pensarias mejor lo que tengo que oir.-

esas, exageradas, maneras y ofuscates modales, era una trivialidad, que ciertamente le divertian. segun pareciera el seor del inframundo no estaba muy acorde con el momento y quizas se acortaria la visita, cosa que a Tanatos complacia muy en el fondo donde no se viera su reaccion.

- y su señoria me ha solicitado por que...- dio pauta a saber que queria, o empezaria por tratarle mas amenamente, hablarle de tu, tocarle, apuntarle con el dedo, señalarle sus errores y comentar sobre lo que quiere pero no hace.
sabia que estar ahi significaba que Hades siendo muy introvertido debia sentir que le reconocia o era apremiado o que debia sentir como si lo mejor del universo le estuviera pasando, pero el dios quien recogia las almas, no distinguia su reciento del de Hades, excepto por la insinuante contencion de esculturas, pero el silencio y el ambiente era casi iguales

Le observó aun pretendiendo seriedad, a sabiendas de lo mucho que le agradaba ponerlo en predicamentos, incluso podría decirse que aún se ponía a jugar con Tanatos como si fuesen dos niños pequeños para ver quién tenía la razón.

-Y sin embargo, imagino que al permitir que unos se salven y otros no... ¿Que te lleva a realizar aquellas diferencias, entre los ricos que tienen para medicamentos, emplastos y hierbas; que a los pobres que apenas y tienen para comer?- Le divertía. Era una sensación malsana que le deleitaba, aún cuando sabía que lo último que querían era hablar de trabajo; pero ese era el método más rápido de continuar con la guerra de frases y oraciones. Observó entonces su libro después de aquel comentario y lo alzó, dejando que las hojas se desparramasen, siendo llevadas por los vientos.- Quizás y sin embargo... no soportó el paso de los años y es reducido a polvo.

-Por otro lado, tu impuntualidad me da ideas sobre que hablar, preguntas... pero esa mismaimpuntualidad me hace esperar, pensando... y acabo por responder mis propias preguntas.- Se levantó entonces. Ya no podía seguir sentado arriesgándose a la siguiente movida de su antagonista, quería ver sus movimientos; saber por donde iba a proceder y en la comodidad de su asiento, le complicaba pensar con más agilidad.

No sabía por qué le había enviado llamar. ¿Por que Tanatos ya no le visitaba tan seguido como en la primera guerra? El dios menor tenía absoluto permiso de entrar y salir a su antojo, aunque Hades nunca se lo reveló; ¿lo sabría entonces? Sin embargo, el motivo real radicaba en una razón desconocida. ¿Quería verlo por que se sentía solo? Era algo rídiculo, después de 3 milenios aislado de los otros dioses por desición propia, era rídiculo sentir soledad.

tomo de aquella copa, cuyo color no agrado al visitante pero, el liqido era como un alivio, sentia la boca seca, poco logico, pero ante el, siempre era asi, su boca secaba como los campos en verano era quizas debido a un sentimiento no resuelto entre ellos, afabilidad?, tal vez, sin embargo Tanatos no sabia que le pesaba mas, si la visita o que e l termino de esa llegara, seria mejor si no le llamase, pues no se quedaria.

los tiempos habian cambiado y ciertamente el dios menor pretendia cobrar una antigua deuda, y al mismo tiempo se detenia.¿por que? quizas mentia incluso a si mismo, pero no se juzgaria, su interior estaba mas seguro de ese modo insulso y arisco.

-Yo no hago diferencia entre ricos y pobres, inteligentes o tontos, no hago tratos con nadie, solo señalan quien es, su vida poco importa, lo que si hago es hacerlo interesante, su despedida esta llena de preguntas y acertijos, creyendo que yo, los dejare vivir hago una pauta en su tiempo pero no en el transcurso natural, ellos solo nacen para morir, hoy mañana, para mi no hay diferencia, moriran de algun modo-

miro las hojas, parecian palomas surcando, quizas dando tregua por el momento, caian y desaparecian despacio, quizas por que el ambiente se ponia de nuevo tenso, por que le agradaba su compañia o era mutuo el agrado? Hades lo notaba y le gustaba jugar por ello?

-eso quiere decir, que aquello que te recisaba preguntarme no era tan importante o no tan necesario que yo responda y eso te deja sin excusa para traerme, que haras para que no de media vuelta y me vaya, si no tienes nada que decir?-

era solo una cuchillada, un toque para molestarle, le gutaba, era un miserable por eso? nadie lo podia juzgar por que nadie lo sabia, pero que haria si Hades le decia que se fuera, la pregunta escencial era que haria el y no Hades pare detenerse en ese lugar

-Sé lo que tratas de decir, más ello no resuelve mi pregunta. Después de todo, ¿es que acaso solo le das "tiempo" a los que disponen de mayores medios para sobrevivir, por ejemplo, a una enfermedad? -Preguntas retoricas, difíciles o absurdas, cualquier cosa que hiciera que Tanatos soltase la lengua por el simple hecho de que era el único que no se limitaba a bajar la cabeza y adularlo; muy por el contrario, conocía su propia valía y la demostraba con inteligencia y astucia.

Lo miró fijamente durante unos instantes, analizando una a una sus palabras; centrando su total atención en lo que le estaba pidiendo. Tenía mil y un motivos para llamarle, por forma de trabajo, por asuntos pendientes en el Olimpo o incluso para manipular el destino de muchos dioses menores; sin embargo, lo último que quería era hablar de ello; no comprendía la razón pero prefería pasar su tiempo molestando al dios de la muerte que planeando alguna estrategia a futuro. Sin embargo, por más que buscó en un pretexto -y lo obtuvo- no quería decirle una mentira aparetente o una verdad a medias sobre asuntos que sí tenía que tratar. Se arriesgaría a jugar, a fin de cuentas; la reacción era lo que más interesaba.

-Quería verte. Simple y sencillo.

-tiempo, tiempo, Hades hablas como si lo vendiera a los condenados, nada que ellos tegan me sirviria y jamas al precio llegarian, ademas hablas del tiempo de hombres, creado por ellos, para contar sus incipientes, llenos de caos y complejos dias de su misetable, gloriosa y corta vida, es tiempo de hombres no de dioses..-

desvio la mirada casi transportandose a la orilla de la playa, cuyas pupilas reflejaban el anaranjado atardecer -si lo dices, por que nadie murio en las orillas del mar, permite me decirte que se debio a un llamado, el cual me han obligado a responder-
detallo, volviendo la vista encontrandose con los ojos penetrantes e inexpresivos.

-si quieres que haga mi trabajo, hay reglas que incluso tu debes cuidar en cumplir-
ya lo habia dicho, Tanatos era directo, y ahora lo lamentaba, con el ahi en ese mismo lugar no podia controlar, en los tiempos iniciales, jamas se habia percatado de ese instinto en su ser, excepto al conocerlo.
A veces era patetico admitir que sin esas conversasiones, encuentros casi secretos en el bajo mundo le hacian ansiar.

-si querias verme, podrias haber ido a buscarme, y no interrumpir mi trabajo, sabes que siempre te recibire con los brazos abiertos, pero yo a diferencias tuya, tengo trabajo que hacer-
le tomo la mano, velozmente, alzando el dedo, donde se encontraba aque anillo hermoso, y luego la bajo, pero dejandola caer, de forma despectiva, insinuando una cortesia y burlandose al mismo tiempo.
-y que desea Hades el señor de los muertos, de Tana senor de la muerte-
quizas escondida de forma cinica, era la forma en decir, que estaban al mismo nivel, aunque a ojos del olimpo Tanatos era dios menor

Le escuchaba con atención, a medida que una sonrisa se dibujaba en su rostro, observando con cierta curiosidad sus palabras.
-Precio... ¿Tienes uno acaso, Tanatos? Si es así, ¿cuál es tu precio? ¿Que pides a cambio de tus servicios?- Ciertamente había razón en sus palabras, pero por otro lado; solo conocía la muerte de Orfeo para decir que Tanatos tenía algo de influencia sobre el tiempo de los dioses, de lo contrario, era lógico que el dios de la muerte se regía por el tiempo de los humanos.

Ahora fue él quién se incorporó. Le costaba demasiado esfuerzo el mantenerse alejado del dios menor, puesto que una vez que decidía prestarse a sus juegos, o a abrirse a su confianza y altivo comportamiento; le era aún más difícil regresar a su posición inexpresiva y de distante indiferencia. Por otro lado, a medida que más convivía con Tanatos se percataba que si bien le interesaba muy poco el trato con las demás deidades y que si bien se prestaba a las palabras de otros dioses menores, era quizás por asuntos de negocios que tenía para con el golpe que pensaba atinar a los Olimpos.

-Las reglas se hicieron para romperse, y si no bien, al menos para estirarse un poco a conveniencia de unos pocos, o de uno solo quizás... rara vez incluyen al resto de los mortales.- Replicó con mirada cansina, dirigiendo sus ojos en la dirección que el dios de la muerte le indicaba con su mirada.- Si fuera a verte, más de uno de los que no eran tus pendientes habrían ido a parar al inframundo únicamente por el temor.

Una sonrisa sarcástica y divertida se dibujó nuevamente en su rostro cuando tuvo aquel contacto por primera vez, en aquella burlesca reverencia y por supuesto; su insinuación sobre los deberes... Era verdad. Si tuviera tanto "trabajo" como Zeus, no estaría planeando reacomodar el cosmos. Le tomó entonces de la barbilla, haciendo que le mirase.
-El dios de los muertos se siente tan solo que busca a La muerte...

-bueno todos podemos hacer una exepcion, que seria del universo sin esas peqeñas fallas que lo hacen perfecto...- era verdad, siempre debia existir la excepcion de la regla, la utopia no existia, y si queria lograr se necesitaba tener bases llenas de errores de los cuales aprender

-si te sientes solo?, hay dioses haya fuera, mas de uno limpiraria tus zapatos y besaria tus suelas- tomo la mano de Hades que sujetaba su barbilla y la beso tenuemente, para luego de un golpe apartar su mano de su rostro.
era la respesta clara, de aceptacion y al mismo tiempo de negacion, Tanatos existia simpre asi gracias al dios de los muertos.

-estas solo por que asi lo quisiste, simplemente sal de tu encierro y asunto arreglado, no me vengas a llorar Hades, no me necesitas, ademas no soy tu sirviente, para que este a tu lado cada vez que quieras, lamento si tu compañia se muere del aburrimiento, pense ya estabas acostumbrado-siempre trataba de soltarle algun chiste negro, sin sentido y sin gracia, solo por molestar.

-ahora.. que si la cuestion es que deseas mi compañia...- Tanatos se acerco peligrosamente a Hades, de manera sensual, y provocativa, abrazando por la espalda ancha al dios mayor estirando el brazo y dibujando en el aire con el indice en forma de un arco el cual pronto fue tomando la forma de una hoz.

-puedo hacer una excepcion por ti..o es acaso que hay otro asunto mas jugoso que tu cabeza? en una bandeja de plata?.- no era que Tanatos le hiciera un favor, y sabia que quizas no era eso a lo que Hades se referia, pero para el dios menor seria lo mejor, erradicar a Hades, seria ponerle fin a eso que habia nacido dentro suyo y se habia propagado como una plaga en su ser, seria tomar el control absoluto de todo, de inframundo, de la muerte, de los muertos y de si mismo.