Fiesta y diversion~*

Tan feliz se sentía por la visita de su hermano, el gran Dios de los mares, Poseidón, que decidió hacer una gran fiesta en su honor esa misma noche. Le pidió a los ángeles que se ocuparan de los preparativos, de que la comida y bebida abundaran, de que todo estuviera perfectamente en su sitio, y de que avisaran todos los Dioses que esa noche se celebraría aquella visita con una gran celebración en la sala principal del castillo de Zeus. Estaba ansioso, animado y de muy buen humor. Sería fantástico y divertido. Hacia ya un buen tiempo no celebraba una de aquellas “tradicionales” fiestas y esperaba que muchos Dioses asistieran.

Dejó a los ángeles ocuparse de los detalles en el salón mientas él se retiraba a su habitación para prepararse para el gran evento, se puso una de sus prendas preferidas: Un elegante pantalón ajustado de color negro y una camisa se desea blanca que hacia juego con sus zapatos. Se arregló el cabello y miró por la ventana a los amplios jardines, algunos invitados ya comenzaban a llegar y su felicidad aumentó. Siempre había sido amante de aquellas reuniones, donde todos conversaban y comían, bailaban o disfrutaban de la melodiosa lira de Apolo, de los chistes malos de Dionisio cuando bebía demasiado… Y ahora con Poseidón allí todo sería aun mejor, lo había extrañado mucho, y con su visita lo menos que podía hacer era agasajarlo y celebrar.

Regresó rápidamente al salón, el sitio se veía más magnifico que nunca, decorado con doradas serpentinas que caían desde el techo y un elegante mantel rojo dispuesto sobre la larguisima mesa de doble donde toda clase de platillos estaban elegantemente servidos. Sonrió complacido y dirigió la vista a la entrada de la sala, cuando los primeros invitados hicieron su entrada…

No pudo evitarlo. La curiosidad es la entrada a los infiernos y bien lo sabe, sin embargo, era una ocasión especial y en vista de que se encontraba en la lista, acogió aquella invitación y se presentó en el Olimpo. Las ninfas cantaban, las 7 musas tocaban sus instrumentos armoniosamente y podía apreciar a los otros dioses, y dioses menores, ángeles y deidades; más una idea qizás cruel, cruza por su cabeza. ¿Se haría tanto alboroto por el tercer hermano? Niega para sí, ya que él representa a su padre, espera encontrarlo y reportarse; en vista de que las vísperas pasadas aquello le ha resultado imposible.

Toma una copa del mejor licor que hay sobre la mesa, acompañándolo con algunas aceitunas y un poco que queso fresco, cortando por momentos las uvas que yacen tan grandes y jugosas sobre un racimo muy bien abierto y expuesto. Se encuentra tenso, si bien ahora resulta ser bienvenido en ese momento de paz, no ha olvidado los roces bélicos, más acepta de la delicada mano de una nereida, un canapé de pato. Sus atuendos son severos y soberbios, pues porta su uniforme militar y mantiene su espada al cinto; aunque ha prescindido de su arco por ser una ocasión especial. Toma asiento con tal nereida, conversando cortés y animadamente, más como hombre; no rechaza los placeres atractivos de los coqueteos femeninos.

Observa entonces a Apolo y sonríe afectuoso. Un atractivo hijo de Zeus a quién emparejó con Jacinto en alguna ocasión durante su infancia; pero que ha servido al lado de su hijo en la guerra entre dioses en el inframundo.

Había sido invitado a la fiesta hace tanto tiempo y como siempre Poseidon no tenía prisa por llegar las doncellas de su reino le regañaban maternalmente por su descuido al no acudir al tiempo que su querido hermano Zeus le había indica, llegó al reino de los olimpos y allí entró con tanta calma.

Llevaba una toga tan blanca de seda tan ligera y exquisita que se movía con el viento más leve, su cabeza era adornada pór una hermosa corona de cristales marinos, llevaba los ojos cerrados, dejandose guiar por dos de sus doncellas marinas, llevaba en su mano derecha su fiel y amado tridente con el que se apoyaba a cada paso.

Cuando hubó de estar frente a su hermano Zeus se inclinó con respetó y abrió sus ojos lentamente posando su mirada maritima en el dios mayor.

-Agradezco la fiesta hermano mio

Sonrió con levedad , admirando el hermoso cuerpo de Helios por un momento fugaz.