Nombre y apellido: Yago Dalaras
Rango: Humano [Ciudadano de Atenas-Alfarero]
Edad: 23 años
Rol sexual: Suke
Descripción física: Cabellos cortos de un color gris, cejas arqueadas del mismo color que su cabello, al igual que sus largas y tupidas pestañas que resguardan sus ojos celestes. Sus labios son delgados, pero el inferior es más carnoso que el superior, de un color melón contrastando con su pálida piel, su nariz es perfilada. Yago, es un joven alto, de contextura grácil pero claramente masculina ya que el único deporte que desempeña con honores es el atletismo. De caderas anchas y macizas, piernas largas, de pecho amplio y cintura algo estrecha, sus puños son considerados como de piedra, ya que un golpe lanzados por ellos no lo contaría.
Descripción psicológica: Es un ser clamo, de paciencia vasta, pero si se siente “amenazado” por algo, o alguien no dudará en sacarlo de su camino. Es un hombre tierno y cariñoso, orgulloso y obstinado aunque es sumamente flojo y aburrido cuando le hablan de labores, fiestas o reuniones sociales. Es sumamente celoso, aunque nunca aflora ni demuestra tal sentimiento a esa persona, sin embargo se puede mostrar un poco arisco y caprichoso como si de un niño fuese del quien se tratase. Suele evadir lo que le incomoda o cuando se ve envuelto por una situación tormentosa, pero si se da el caso y la ocasión la amerita, se enfrentará a ello.
Cuando toma interés en algo, se evoca a ello de una manera pasional y ciega, sin mirar a consecuencias mayores, olvidando el qué dirán y prejuicios que se puedan presentar en el caso, si tiene un ideal, y se empecina en ello nadie lo sacará de su “razón” sea cual sea el motivo, pero si logra comprender que está errado por momentos de lucidez, tratará de seguir con ello, dándole a su manera el sentido necesario para convencer al otro aunque no sea convincente su justificación. Tiende a una bipolaridad y suele manifestarse como extremista.
Le gusta: El atletismo, el aire al golpear su rostro al correr a velocidad. Sin dudar, la lectura y enterarse de lo oculto es un vicio al que nunca se puede negar.
No le gusta: Ser interrumpido abruptamente, quitarle lo que considera de su propiedad.
Habilidades: El atletismo y la alfarería. Puede ver a seres de otro “mundo” como él los suele llamar, ya que desde muy pequeño ha tenido ojos de ver un poco más allá-la mayoría eran manifestados en sueños-. Aparte, es un mal bebedor, ya que su experiencia alcohólica es prácticamente nula.
Historia: Hijo producto de un tormentoso incesto, nacido en un gran matorral lejos de la ciudad. Su madre no resistió al parto, ya que uno de los vasos sanguíneos reventó por el esfuerzo ejecutado para que el niño salga de su interior. Esposo y hermano de la finada se hizo cargo del niño hasta que cumplió los trece años de edad, enseñándole todo lo habido y por haber para que este subsistiera. Yago, aprendió lo necesario para subsistir, sin embargo se negaba a vivir pasando miseria y pobreza. Un año después su padre había fallecido al internarse en un conflicto de tierras, es allí donde el menor tomó esa oportunidad huyendo de aquel destino y también sus extrañas visiones y sueños se volvieron más frecuentes.
Trabajó en la alfarería un corto tiempo ya que en su medio de comercialización conoció a una mujer de rizos y figura de ensueño con la cual tuvo un niño, fruto de su amor incondicional. El pequeño crecía con lo mejor y rodeado de riquezas, cuentos y proezas. Sin embargo, la vida no es miel en hojuelas, poco tiempo después, Las tierras que administraban fueron atacadas por diversas plagas arrasando con toda la producción, ellos trataron por todos los medios recuperar lo perdido, pero la racha de “mala suerte” les había tocado la puerta, llevándose todo a su paso. Tanto la fortuna como a su familia, nuevamente se había quedado solo, sin un mísero centavo.
Su impotencia crecía al pasar del tiempo, tanto que renegaba de los Dioses a quienes había respetado y servido por décadas, simplemente se negaba a creer en ellos. Sus visiones se tornaron esporádicas y súbitas, soltaba blasfemias pero aún así no servía de nada, no cesaban, es allí donde se internó en la búsqueda de información sobre aquello que no era nada lógico, atrapándole de sobre manera la hechicería y en lo sobrenatural. Regresó a la alfarería como su único medio de obtener dinero para alimentarse, se negaba volver al campo a ser obrero bajo mando.
¿Tendría una razón para seguir vivo entre tantas desgracias?
Buscaba respuestas a todos sus miedos y sentimientos encontrados.
La desgracia le acechaba… ¿era su castigo por huir de su destino?
Otros: Tiene una pequeña marca de nacimiento a la altura de la cadera. Los licores dulzones son a algo que nunca se puede negar.
Mar Ene 26, 2010 1:52 am
