Indefensa criatura…

Había llegado hasta allí por pura casualidad, hacia tiempo no iba a Atenas pero apenas piso tierra recordó porque, aquella ciudad era demasiado escandalosa, repleta de almas mortales que no hacían más que escándalo y lograban darle un buen dolor de cabeza. Pero no había hecho en vano el viaje, así que decidió pasar el día por allí, y fue a la torre de los vientos como tantas otras vece en el pasado. Ese sitio le gustaba porque solía estar desierto, estaba casi abandonado pues estaba alejado del resto de las construcciones, y apenas lo mantenían para que no acabara viniéndose a bajo. A su parecer era más un monumento que otra cosa, pero su mejor cualidad era que le brindaba la soledad y paz que deseaba.

Justamente por eso le resultó extraño oír voces de niños dentro de la antigua construcción, risas acompañadas de palabras difusas que retumbaban contra las paredes, parecían estar divirtiéndose. Lo primero que pensó fue en marcharse, pues no tenía intenciones de perturbar el juego de aquellos niños y mucho menos quedarse a observarlos, pero se detuvo en seco al escuchar un sonido lastimero, que apenas llegó a sus oídos pero que hizo que el vello de todo su cuerpo se erizara como repuesta a la rabia que sentía.

Era un gorgojeo, un llanto suave y lastimero, de una pequeña e indefensa criatura a quien de ningún modo podía abandonar a su suerte. Sin más entró en el lugar y divisó enseguida a los tres muchachitos que no debían tener mas de 7 u 8 años, rodeando algo que no podía ver desde su posición, pero que aparentemente se encontraba tumbado en el suelo terroso. Cuchichearon algo entre ellos al verlo entrar, y parecieron preocuparse de que alguien “mayor” los encontrara haciendo travesuras…pero aquello estaba lejos de ser un juego infantil, era pura maldad. Los ojos de Adonis debieron mostrar cuan molesto se sentía pues los chicos se alejaron sin necesidad de que el Dios dijese palabra alguna, y apenas tuvieron oportunidad salieron corriendo del lugar.

El rubio se acercó al pequeño animalito herido, un cachorro pequeño que llorisqueaba en el suelo, tenia el hocico manchado con sangre al igual que su pelaje lanudo y blanco. Le acarició la cabeza y tocó su cuerpecito blanco para ver si tenía algún hueso roto, pero al parecer solo estaba cansado y hambriento, y aquellas eran heridas superficiales. ¿Cómo los humanos podían ser tan crueles? Se sentón en el suelo ignorando que su túnica banca se mancharía con el polvo y colocó con sumo cuidado al perrito sobre su falda, sacó de su bolsillo una jugosa manzana y se la tendió al pequeño quien la toco con el morro, la olisqueo y comenzó a comerla mordiéndola despacio.

*Tranquilidad y quizás despreocupación...serían cosas que uno podría obtener al estar en aquella torre....¿no?..no, definitivamente no....ese lugar era un verdadero infierno para cualquiera que estuviese ahí solo, pues así sus gritos de dolor y sufrimiento no serían audibles para nadie y por ende jamás habría auxilio para esa presa que iben podría encontrarse ahí....

Para lo cual, tras escuchar gimoteos y risas de infantes....se mantuvo oculto, solo mirándo a los chicos como lastimaban al perrito....¿era por su propia mano?...ciertamente no, puesto que el Demonio oculto en las penumbras no hacía nada más que usar su poder...un milagro aparente, que el perrito no estuviese dañado por ningún motivo, que estuviese intacto y sano, lleno de vida pese a lo que le hicieran, cosa obviamente imposible, sin embargo la mente infante es tan estúpida que esos chicos realmente se creían que ese can era sumamente resistente o tenía encima alguna luz divina....pura ilusión....pues el perro estaba ya herido y los chicos cuando finalmente entraron en la realidad, liberados de el poder demoniaco de ese ser oculto en las sombras, vieron su herror y quizás pensarían ocultarlo, pero no pudieron, una persona más, un ser divino a leguas para el que se ocultaba en lo oscuro, recogía al can en su regazo y cuidaba de este....maravilloso, los chicos se largaban y que bueno....sería aburrido jugar con esos infantes, ahora tenía una presa más ''gorda''...

Amplia la sonrisa que se le mostró en los labios, cuales permitieron apenas verse un par de colmillos sobresaliendo de su boca, demoniacos, le importaba una mierda que alguien se diese cuenta de su naturaleza....emergió lentamente de la oscuridad, formándose así su figura....una cabellera corta y azulada, azabache casí casí, un par de ojos penetrantes y mirada psicópata, azules iris que se fijaban sobre el ser que tenía al perro, mismos ojos que brillaron suavemente en un destello rojizo....¿sus ropas?...prendas completamente negras....que pareciera un gran pelaje de oso negro encima y a saber...capaz y había matado a un animal para sacarse la prenda...piel blanca completamente, a leguas se veía su inhumanidad...su falta de mortalidad, que no era un humano....Ladeó su rostro mirándo donde estaba el joven Dios, y el can...era hora de actuar...pese a que el otro viese que era un Demonio, si actuaba amable y bueno...la presa caería más fácil sin duda alguna...y luego....revelaría su verdadera cara....*

-Pobre cachorro....¿Qué ah pasado?...-

*Tranquilo, y haciendo gala de actuación perfecta, espero respuesta del chico....el viento fuera de la estructura soplaba por las alturas a las que estaban seguramente...por algo era una torre...*