Foro Hard yaoi |
|
| Siguiendo un rastro venenoso | |
| | Autor | Mensaje |
---|
Belenos Centauro
Mensajes : 88 Fecha de inscripción : 24/01/2010
| Tema: Siguiendo un rastro venenoso Dom Ene 24, 2010 5:57 pm | |
| Los cascos dorados pisaban la hierba con mucho cuidado, sin apenas hacer ruido, mientras una sedosa grupa se abría paso entre las zarzamoras, dejando que las hojas de tono esmeralda y los rojos frutos acariciaran el pelaje de tono castaño rojizo. Era una criatura de buen tamaño pero se movía una gracilidad natural, sin movimientos torpes y camuflándose perfectamente con su entorno.
Los ojos del centauro se adaptaba a la suave penumbra del bosque, las flores que crecían en aquel lugar bendecido por dioses no se cerraban de noche, sus fragancias cargaban la brisa nocturna que transportaba los sonidos de los insectos y otros animales que hacía sus vidas por la noche. Las flores emitían una leve luminiscencia de todos los colores y alumbraban tenuemente el bosque como estrellas.
Los humanos tenía miedo de adentrarse allí por la noche y con toda la razón del mundo, no solo había seres inocentes habitando en aquel lugar sino también otros mucho más peligrosos; Belenos era uno de ellos.
Inclinó su torso musculoso y su pezuña movió la tierra, estaba siguiendo el rastro de lo que parecía un demonio pero no estaba del todo seguro. Es decir, había un hedor a corrupción que llenaba aquellas huellas pero aunque tenía la marca del inframundo parecía más viejo aún. Y Belenos sabía que habían cosas más viejas, más malvadas y repulsivas que los demonios.
Pasó cerca de un ángel, como era normal aquel crío con alas y cara de atontado no se percató ni de la presencia del centauro ni de la criatura que estaba en el bosque. Eran los seres más inútiles que conocía, todos incapaces de empuñar un arma, corriendo tras las faldas de Zeus como perritos o pegándose a un humano como una lapa. Venció la tentación de dispararle una flecha a un ojo. | |
| | | Adonis Dios menor
Mensajes : 73 Fecha de inscripción : 22/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 1:57 am | |
| Tenía claro que el bosque, a pesar de conocerlo bastante bien, no era un sitio muy seguro de noche. Pero tenía esos apremiantes deseos de estar en contacto con la naturaleza, y casi saltó de su cama decidido a hacer una pequeña incursión a aquel sitio lleno de hermosa vegetación donde pasaba muchas horas del día. Se sentía seguro allí cuando el sol brillaba en lo alto, pero en cuanto oscurecía y las estrellas comenzaban a iluminar todo con sus rayos opacos aquel sitio le daba algo de miedo, sabía que oscuras criaturas se ocultaban entre las ramas y arbustos, o en lo profundo del lago, incluso en las aguas calmas de los ríos. Era bastante cobarde, y sabía que no era un buen luchador por lo que debía cuidarse de enemigos claramente más fuertes que él.
Pero esa noche..¿que importaba? ¿Qué podía pasar? Un poco de aire fresco, tierra húmeda, algunas flores silvestres, y tal vez alguno zorro amistoso con el cual pasear un rato… ese rumbo tomaban sus pensamientos mientras rápidamente se vestía con su túnica blanca, dejando sus cabellos al descubierto pues nadie lo vería a esas horas de la noche, lo cual lo hacía sentirse menos vulnerable que durante las horas diurnas. Salió descalzo y suspiró agradecido cuando sintió la tierra húmeda y cálida bajo sus dedos, era tan agradable que era como fundirse con ella haciéndose uno con la naturaleza, con el bosque.
Le sorprendió ver que tan diferente era de noche, los sonidos y aromas cambiaban, se concentró en ello y disfruto de conocer otra faceta de su sitio favorito. El sonido del batir de las alas de las lechuzas, el croar lejano de los sapos en el agua… todo sonaba melodioso a sus oídos. Se sobresalto al escuchar un ruido diferente, que no supo reconocer, y su reacción natural fue escapar, podía ser algo malvado, un enemigo, algo que quisiera hacerle daño… o que no le agradara su presencia en ese lugar. De un salto ágil se subió a la rama de un árbol y se sentó allí, viendo pasar por debajo al gran centauro, no estaba seguro de si lo había visto, pues parecía concentrado en buscar otra cosa que no era él, pero… aquella criatura ostentosa y poderosa le daba algo de miedo, nunca había visto a un centauro personalmente, pero si había escuchado a otros Dioses hablar de ellos, y la mayoría de las historias no eran muy sobrecogedoras. | |
| | | Belenos Centauro
Mensajes : 88 Fecha de inscripción : 24/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 7:32 am | |
| Belenos se detuvo de repente, emitió un sonido que no era humano, era más parecido al resoplido de un caballo. Sus pezuñas escarbaron apenas la tierra rica y fértil, nervioso, el rastro era cada vez más penetrante y se dirigía hacia la fuente de las ninfas. Aquellas era un criaturas inocentes, en todo caso, juguetonas y caprichosas pero no tenían un gramo de maldad en el cuerpo, tampoco, por desgracia tenían ni una sola fibra de guerreras, si eran atacadas por una criatura como la que estaba siguiendo, dudaba que sobrevivieran.
Alzó la orgullosa cabeza, su larga cabellera roja destelló y llevo una mano hacia atrás, en la ancha espalda le colgaba un carcaj de cuero con unas flechas que el mismo hacía- Eran unos dardos con el asta casi tan larga como su brazo musculoso y adornado con plumas rojas, la punta era blanquecina, de metal y muy afilada. Los de su especie eran famosos por la pericia con el arco y pocas criaturas podían superar su talento con esa arma.
Olisqueó el aire, su cola se movió de un lado a otro, era larga, rojiza y estaba llena de ramitas y hojarasca que se enredaba en el pelo cuando se deslizaba silenciosamente por el bosque. Encajó la flecha en el arco, lo tensó y sus ojos rojos se estrecharon, afiladamente. De repente lo alzó y apuntó directamente a Adonis.
No lo veía bien, estaba escondido entre las ramas y dudaba que fuera el demonio o el ser que estaba cazando, pero se escondía y lo estaba espiando, por la mente ni se le pasó la idea de que su aspecto era imponente y que podía asustar a más de uno, aparte de la fama de salvajes y feroces que tenía su raza.
-Déjate ver-demandó con voz profunda aunque juvenil, para la media de su raza era un adolescente. | |
| | | Adonis Dios menor
Mensajes : 73 Fecha de inscripción : 22/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 11:51 am | |
| Sentía como su corazón latía muy rápido, la presencia de aquella criatura le daba miedo, y para peor todos aquellos relatos (que dudaba que fueran ciertos) regresaban a su mente fomentando sus peores temores. Esos seres tenían muy mala fama, y su aspecto realmente imponía el mayor de los respetos. Se quedó muy quiero sentado en aquella rama a no muchos metros del suelo, casi conteniendo la respiración para que no se notara su presencia, las hojas del árbol frondoso donde se encontraba ayudaban a cubrirlo y pensó que gracias a esto aquel ser pasaría de largo siguiendo su camino sin que se topara con él. Pero el corazón le dio un vuelvo cuando lo vio tomar una de esas largas y puntiagudas flechas y dirigirla directamente a su posición, no sabía como, pero lo había visto! Casi temblaba de pies a cabeza, pero se esforzó por mantener la compostura, no ayudaría en nada que le mostrara el pánico que sentía.
Dudó sobre que hacer, pero tenía claro que si no se movía, el otro simplemente le dispararía y dudaba que fallara…Tomo aire en busca de calmar un poco sus fuertes latidos y bajó de un salto grácil hasta el suelo, quedándose de pie cerca de la base del tronco del antiguo sauce, mirando al centauro que estaba a pocos metros de su posición. No sabía si le convenía decir algo, o simplemente esperar a que el otro notara que no se trataba de una amenaza para él… Pero sentía que le debía una explicación, aquel ser no sólo parecía fuerte y feroz, además le resultaba majestuoso… como si el bosque le perteneciera, y debiera excusarse por andar en sus dominios sin su permiso.
-Yo… sólo estaba paseando por aquí…-Dijo dudando de que sus palabras fueran bien recibidas, pero ya las había dicho, la expresión tosca del otro lo asustaba pero procuró quedarse muy quieto en su lugar, su voz no sonó temblorosa, pero si algo insegura. Dudaba que el centauro lo conociera, no era de los Dioses más reconocidos e importantes, así que le pareció buena idea presentarse, con la vana esperanza de que al menos hubiera escuchado su nombre en boca de alguien más- Buenas noches, soy Adonis –intentó sonar algo más amistoso que antes. | |
| | | Belenos Centauro
Mensajes : 88 Fecha de inscripción : 24/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 12:11 pm | |
| Belenos emitió un leve relincho cuando Adonis saltó al suelo y retrocedió varios pasos hacia atrás para poder seguir apuntándolo con facilidad, no bajó el arco mientras sus orbes escarlatas examinaban al dios sin parpadear, sus tatuajes parecía fluir sobre su piel con cada profunda inspiración de aquel ancho pecho y sus abdominales se marcaban siguiendo una línea perfecta entre ellos hasta su parte animal.
Cuando Adonis habló fue bajando el arco, muy despacio, atento a cualquier movimiento brusco que la pareciera agresivo. No era un demonio, de eso estaba seguro, los demonios, incluso el chucho de Cervero, solían adoptar formas humanas como si fuera algo de lo que estar orgulloso, pero siempre eran, de alguna manera, poco sutiles o delicados, la figura que se erguía frente a él, resultaba encantadora y sus ojos no parecían haber sido tocados por las llamas que ardían en el inframundo.
Tampoco era un ángel, todos, absolutamente todos, parecían mancebos de apenas trece o catorce años, con caras y cuerpos de niños y el intelecto de un bebé, lloraban, tenían berrinches e iban corriendo hasta Zeus para que los salvara de su falta de criterio y de su inmadurez. No, no era un ángel, poseía un rostro serio, masculino y no tenía rasgos aniñados.
Colocó la flecha en el carcaj, vigilándolo y cuando se presentó, se acercó cauteloso, lo acorraló contra el tronco del árbol con su imponente torso e inclinó la cabeza hacia él, una roja cabellera rodeó a Adonis. Comenzó a olerlo, las hebras de un dorado pálido, el cuello, la frente, lo hacía como un caballo, memorizando el aroma que emitía.
Alzó una mano y curioso le tomó un mechón de pelos, tiró de él, era suave al tacto-Adonis-pronunció Belenos, ¿de dónde recordaba ese nombre? No era un mortal porque aquella fragancia que emitía era exquisita. Volvió a olisquearlo, en el cuello y detrás de las orejas. Su cola se agitaba, nerviosa de un lado a otro. | |
| | | Adonis Dios menor
Mensajes : 73 Fecha de inscripción : 22/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 12:24 pm | |
| Se relajó un poco al ver que dejaba de amenazarlo con la flecha, al parecer no lo consideraba un inminente peligro pero no por eso dejaba de vigilarlo. Sentía su penetrante mirada sobre él, como si lo examinara queriendo quitarse todas las dudas. Siguió quieto en su posición, y también le devolvió aquella mirada inquisitiva, después de todo ahora que no estaba apuntándolo había perdido un poco el miedo, y aunque el otro era notablemente mas fuerte y corpulento que él, y había obvia diferencia de tamaños entre ellos no quería dejarse intimar tan fácilmente. Era un Dios después de todo, y aquella era una criatura guardiana de los bosques,, no tenían ningún pleito pendiente, ni ninguna razón para pelear…¿Por qué temer entonces? Tal vez era su aspecto el que lo llevaba a pensar más en una fiera que en un ser humano lógico y racional, pero se dijo a si mismo que no debía juzgar por las apariencias.
Sus ojos celestes oscuros brillaban con los destellos lunares cuando estos los alcanzaba, y su cabeza estaba erguida de forma tal vez un tanto insolente, es que detestaba bajar la cabeza ante nadie, y para tener sus respetos tenían que ganarlos. No le quitó la vista cuando notó que la distancia entre ellos se estrechaba, escuchó sus cascos golpetear contra el suelo y de un momento a otro lo vio muy cerca. Se sintió acorralado, cuartando le cualquier posibilidad de escape pues su imponente cuerpo no le permitía casi ningún movimiento. Aquella cercanía le incomodaba, pero en un esfuerzo mantuvo serio y sin expresión su rostro, impávido y carente de emociones tanto positivas como negativas. Detestaba el contacto, siempre había sido reacción a que lo tocaran, pero aquella criatura parecía desconocer el concepto de “espacio personal”. Cerró un ojo al sentir como lo olisqueaba, como si fuera uno más de los animales salvajes que habitaban el bosque y quisiera reconocer al intruso. Le tomo el cabello y también lo olisqueo como si buscara algo, ¿Qué era? Siempre le habían dicho que olía un poco extraño, y le preocupó que esto pudiera representar alguna amenaza para el centauro.
Escuchaba su cola chasquear contra el suelo cuando esta se movía, y esto lo ponía algo nervioso, se sentía rendido ante él, como si dependiera de los deseos del otro de dejarlo en paz y seguir su camino, o seguir intimidándolo el tiempo que considerara necesario. Cuando pronunció su nombre asintió reconociéndose en él y movió el rostro un poco incomodo evitándole la mirada. –Y… ¿tu eres? –esperaba que también se presentara, al menos podría tener una historia interesante que contar cuando regresara al olimpo, a muchos les encantaría escuchar sobre su encuentro con tal feroz criatura. | |
| | | Belenos Centauro
Mensajes : 88 Fecha de inscripción : 24/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 12:35 pm | |
| El centauro retrocedió cuando su curiosidad estuvo satisfecha, siempre era mejor oler que confiar en los ojos, éstos podía engañar cuando se trataba de una ilusión o de la forma adoptada por otro ser, pero el olor..el olor jamás podía ser disfrazado por muy poderoso que fuera el hechizo, un demonio aunque tuviera el aspecto de la misma Afrodita seguiría apestado como un demonio, tan sencillo como eso.
Agitó la larga cabellera roja con un gesto feroz y orgulloso, como todo animal salvaje no le importaba si había hecho sentir incómodo a Adonis con su escrutinio y su cercanía, si no quería que le disparara una flecha en el corazón entonces se tenía que dejar reconocer, ahora, nunca jamás olvidaría aquella fragancia ni siquiera cuando fuera un centauro muy viejo y perdiera la vista, siempre que lo tuviera cerca sabría que era Adonis.
Si su hermano Quirón aun habitara en el bosque podría haberle recordado quien era aquel ser que estaba erguido frente a él, Quirón era el más sabio de toda su raza. Pero no estaba, solo quedaba él allí, los demás centauros estaban dispersos por toda Grecia y hacía cincuenta años que no hablaba con otro de su raza.
Pateó la tierra con sus patas delanteras, nervioso como un potrillo, aunque el aroma y la voz de Adonis lo había relajado, todavía sentía la presencia del ser que estaba cazando, era opresiva, perversa y saturaba el aire de hiel- Bele..-no concluyó su presentación cuando un grito agudo, horrorizado y de dolor se escuchó por la cúpula de todo el bosque. | |
| | | Adonis Dios menor
Mensajes : 73 Fecha de inscripción : 22/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 12:51 pm | |
| Para su agrado el centauro volvió a tomar distancia, al parecer ya lo había olisqueado lo suficiente, lo hacía sentir como un molesto intruso, cuando para Adonis aquel bosque era su hogar… eso le molestó, pero no deseaba iniciar una discusión con aquella criatura que finalmente parecía que lo dejaría en paz.. Iba a comenzar a andar nuevamente, seguramente de regreso al monte olimpo pues consideraba que habían sido suficientes emociones en una noche, pero aquel grito helado y lleno de dolor interrumpió su movimiento aún no iniciado. Miró nerviosamente al centauro y luego su mirada se perdió entre las copas de los árboles, desde donde el sonido había emergido congelando su sangre. No sabía quien era quien había emitido ese alarido, si un Dios, un humano o una criatura del bosque, pero fuera lo que fuera estaba sufriendo…algo maligno perturbaba la paz habitual de la naturaleza, y no podía permitir que aquello siguiera torturando a sus habitantes.
Comenzó a andar rápidamente, concentrándose en lo que el viento le susurraba al oído, parecía darle indicaciones de cómo llegar al punto exacto donde estaba consumándose el acto maligno. Esa habilidad lo había sacado de más de un apuro, y ahora lo ayudaría a encontrarse con el origen del grito… ¿pero que iba a hacer una vez se encontraran? No lo había pensado, pero no le importó pues le pareció más importante saber que ocurría, y detenerlo. Así era el rubio, impulsivo por naturaleza. Podía notar a los animales a su alrededor alterados, temerosos, ocultándose en sus madrigueras, o nidos, escapando de lo que fuera que perturbaba la armonía del bosque. No había prestado atención pues estaba concentrado en escuchar las indicaciones que el viento le susurraba, pero de repente se percato de que el sonido de los cascos del centauro lo seguía de cerca. Al parecer estaban en busca de lo mismo. Algo de fuerza bruta no le vendría nada mal, así que no le pareció mala idea que lo estuviera siguiendo. ¿Un demonio? ¿Allí? No era algo común, normalmente no salían del inframundo, o si lo hacían era para atormentar a mortales en Atenas, pero… ¿en los bosques? ¿Qué podía buscar allí? Tal vez sangre de unicornio… ¿Un encargo para el mismo Hades? | |
| | | Belenos Centauro
Mensajes : 88 Fecha de inscripción : 24/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 5:23 pm | |
| Belenos sintió que toda la sangre le hervía al escuchar aquel grito que era indudablemente femenino, incluso teñido de dolor y puro miedo era musical, no cabía duda posible que pertenecía a una ninfa. Parpadeó cuando vio a Adonis salir casi corriendo, hubiera pensando que con su aspecto de poeta o danzarín no tendría ni un solo gramo de guerrero en su cuerpo pero el valor, se escondía bajo las formas más extrañas.
Salió tras él, con el paso que iban tardaría una semana en llegar a la Fuente de las Ninfas y aquel grito no admitía demora alguna. Se adelantó, comenzó a trotar para colocarse justo al lado del inmortal-Eres lento-resopló y alargó un brazo, rodeó la cintura de Adonis y lo subió sobre su grupa-¡Agárrate!-si tenía la valentía de acudir en medio de la noche hacia donde estaba aquel ser, entonces los llevaría con él.
Comenzó a galopar, seguro, sin miedo a la oscuridad, sabiendo por donde iba, era más rápido que cualquier caballo y más estable. Los músculos ondeaban bajo el brillante pelaje castaño y las patas largas, fuertes, se extendía y se encogían a cada una de sus zancadas. Saltó un arroyuelo con facilidad y viró en un recoveco para comenzar a bajar cuesta abajo, sin resbalar, sus cascos dorados se agarraban con seguridad al terreno movedizo.
Creí que aquello no era un demonio, incluso antes que los mismos dioses, existían otro tipo de criaturas; los Titanes. Éstos colosos de inmenso poder crearon a sus propias criatura y aunque Zeus los había encerrado no había podido destruirlos, por tanto, aquellos hijos monstruosos que engendraron aún vagaban por la tierra, desprovistos del poder de sus creadores y viviendo a costa de consumir a seres divinos o semidivinos, los humanos no eran más que un aperitivo para alguna de aquellas criaturas. | |
| | | Adonis Dios menor
Mensajes : 73 Fecha de inscripción : 22/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 6:31 pm | |
| Iba totalmente metido en sus pensamientos cuando aquel brazo fuerte y musculoso rodeo su cintura colocándolo sobre el lomo del centauro, como reflejo (y gracias que lo tuvo o de otro modo seguro habría acabado en el suelo) se a agarró del pelaje duro de su lomo para mantener el equilibro mientras el otro daba rápidos pasos en un trote lo suficientemente veloz como para llegar al origen del grito en pocos minutos. El camino estaba lleno de malezas y algunas plantas con espinas crecían en el suelo, de seguro de ir a pie habría acabado con varias de ellas clavadas en sus pies y tobillos por lo que agradecido mentalmente ir montado sobre el lomo de aquella criatura que aunque fuerte y tosca tenía un andar grácil y suave en comparación al de un caballo convencional. Iban a una velocidad moderada, pero claramente mucho más de lo que sus pies le permitirían. El cuerpo ajeno se sentía calido, como el de cualquier otro mamífero y andar sobre su lomo era más agradable de lo que hubiera imaginado, y aunque al comienzo sintió algo de miedo de caerse ya se había acostumbrado.
Por momentos la luz se volvía muy escasa, y apenas podía ver por donde iban, la vegetación frondosa impedía que la luz lunar se filtrara y alumbrara su camino, pero el centauro parecía muy seguro de que aquel era el camino correcto, como guardián del bosque debía conocer el sitio a la perfección. Y quedó demostrado, pues luego de bajar una empinada ladera llegaron al claro donde estaba emplazada la hermosa Fuente de las ninfas, allí esos hermosos seres jugaban y vivían, pasaban su tiempo cantando o recolectando frutos, pero a diferencia de la claridad con que el día iluminaba ese sitio ahora estaba totalmente oscuro. Y un hedor putrefacto llegó hasta la nariz del Dios haciéndole poner mala cara, no era un demonio lo que estaba interfiriendo con la paz del bosque…algo mas antiguo y oscuro acababa de herir a una ninfa, y la sangre de ese ser manchaba las transparentes aguas de la fuente.
Una mezcla de odio y aprensión creció en Adonis, haciéndole cerrar los puños con algo más de fuerza en torno al pelaje de su acompañante, ¿estaría con vida aún? ¿Podían hacer algo por ella? Se bajó de un salto del lomo de Belenos y dio unos pasos en dirección al lugar, sólo podía ver la mitad del cuerpo de la ninfa tendido en el suelo, parecía muerta o al menos inconciente y el reguero de sangre aumentaba…Cuando estuvo lo suficientemente cerca vio al ser causante de aquel homicidio y su sorpresa se plasmo en su rostro normalmente carente de emociones, no recordaba a un ser tan…horrible. | |
| | | Belenos Centauro
Mensajes : 88 Fecha de inscripción : 24/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 7:00 pm | |
| Era negro, tan negro que la misma oscuridad que los envolvía era una pálida a su lado, la piel era viscosa, húmeda como la una salamandra y emitía una especie de vaho que consumía poco a poco todo el oxígeno del aire, las plantas que estaban en torno a la fuente ya estaban dobladas, podridas, quemadas por la misma presencia del ser. Pero fue su forma lo que contrajo los abdominales de Belenos produciéndole un calambre muy doloroso, aquel ser parecía haber sido hecho con partes de diferentes ser, como si las manos gigantescas de un niño perverso hubiera tomado una masilla para darle un aspecto de pesadilla.
Tenía la cabeza de un insecto, de una mantis religiosa pero negra, los ojos grandes, multifacetados y rojos, sus mandíbulas de queratina chasqueaban, estaba conformada por varias pinzas que se movían entre sí, estaba devorando una de las piernas de la ninfa, triturándola con el sonido horrible de huesos rotos. El cuerpo era el de una serpiente pero hinchado, obsceno y su vientre emitía la fosforecencia del veneno, verdoso y dejaba un rastro de babas cuando se movía, se desplazaba sobre unos apéndices, en realidad multitud de pequeños apéndices como los de un ciempiés y podía ser engañosamente lenta. Unas pinzas, emergía cerca de su cabeza, poderosas y aserradas, perfectas para coger y partir. Y era muy grande, más grande que Belenos, le sacaba varios palmos al centauro.
La ninfa gimió, aún estaba con vida, una mutilación que hubiera matado a un humano no era suficiente para acaba con una de las criaturas del olimpo. Alzó el hermoso rostro, bañado en lágrimas, los grandes ojos azules cristalizados y sus labios de coral salpicados de su propia sangre-Belenos…-gimió.
-¡Adonis, sácala de aquí!-Belenos se encabritó, sus dorados y afiladas pezuñas se movieron en el aire, llamando la atención de aquel monstruoso ser. A una velocidad que un ojo humano no podía seguir, colocó una flecha en su arco y disparó; un ojo rojo estalló cuando el dardo del centauro se hundió en él y la criatura emitió un sonido chirriante, alto, tan alto que Belenos creyó que sus tímpanos reventarían. | |
| | | Adonis Dios menor
Mensajes : 73 Fecha de inscripción : 22/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 7:39 pm | |
| Se había quedado prácticamente petrificado viendo al monstruoso ser que se erguía frente a ellos, masticando una de las extremidades de la ninfa indefensa como si se tratara de un bastón dulce. Tenía un aspecto realmente aterrador, una blasfemia, un ser atroz que no debería existir. Reaccionó cuando el centauro le dio aquella orden a viva voz y se acercó los metros que faltaban hasta la ninfa tomándola entre sus brazos, apenas respiraba y no podía moverse, había perdido mucha sangre y gemía con dolor cuando el Dios tuvo que levantar su cuerpo del pasto seco para cargarla lejos de aquella hedionda criatura que tenía claras intenciones de devorarla por completo. El ser del bosque herido no pesaba nada, y su cuerpo delgado y ensangrentado no parecía poder resistir mucho más, se alejó lo suficiente como para estar ambos fuera del alcance de aquella cosa, con la esperanza que el centauro se encargaría de ella, porque ¿podía hacerlo no?
Desvió su atención de la inminente batalla y se concentró en el ser herido que sollozaba moribundo, y aquello que su madre le hubo regalado al momento de nacer regresó a su memoria. Tanteo sobre su pecho hasta dar con el colmillo de jabalí que llevaba consigo desde el momento de llegar al mundo, los poderes de ese talismán debían de poder ayudar a aquella diosa de los bosques. Apoyó sus dedos sobre los parpados del ser para que cerrara los ojos y lo que siguió…fue puro instinto, pues en realidad nadie le había indicado como debía usarse, sólo había algo dentro de sí que lo sabía. Como si su cuerpo tuviera vida propia su mano derecha empuño el afilado colmillo, le quito su funda dejando a la vista el filo del mismo, no era un arma poderosa ni nada similar, pero si era capaz de desgarrar piel sensible…sin pesarlo dos veces llevó el colmillo a su pálido antebrazo izquierdo haciendo un corte lago, lo suficientemente profundo como para que una buena cantidad de blanquecina sangre brotara de él. Se sorprendió a si mismo por sus propias acciones, pero algo le decía que era lo correcto, que era la forma de salvar a la ninfa que cada vez respiraba mas pausadamente, acercó la sangre a las heridas de la moribunda dejando que las humedeciera y que se mezclara con la de ella y pudo observar con maravillosa sorpresa que las mismas comenzaban a cerrarse, y su piel musgosa absorbía la sangre como si se tratara de un árbol que bebe el agua para recuperar sus fuerzas.
Se sentía tan complacido que no le importaba el dolor que le quemaba el brazo por el corte que el mismo se había propinado, lo cubrió con la túnica haciéndole un nudo para detener la hemorragia y dejó al ser de los bosques descansando sobre el pasto húmedo y fresco a los pies de un gran noble, la naturaleza haría el resto de su trabajo, y la pequeña podría vivir. Escuchó un sonido fuerte y gutural que lo sacó de su ensimismamiento temporal y regresó la vista al centauro y al monstruo causante de todo el conflicto. Sabía que la mítica criatura era poderosa, podía verse que era resistente y el veneno que despedía parecía ser peligroso, pero tenía confianza en el centauro, y no se acercó por temor a ser más un estorbo que ayuda. | |
| | | Belenos Centauro
Mensajes : 88 Fecha de inscripción : 24/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 8:10 pm | |
| Belenos no fue testigo de nada de lo ocurrido, estaba concentrando en su contrincante, cuando lo hirió las bestia retrocedió, balanceando la horrible cabeza y chasqueando las mandíbulas. De repente retrocedió y ladeó la faz para que el centauro no pudiera atravesar el otro ojo y cegarlo por completo y Belenos entonces comprendió que aquel ser no era una mera bestia deforme, sin nombre ni otro propósito que comer; tenía algún tipo de inteligencia, una especie de astucia animal que la hacía muchísimo más peligrosa.
El centauro dio dos pasos atrás y ambos comenzaron a andar en círculos, estudiándose mutuamente, esperando un señal que solo ellos sabrían para salta el uno sobre el otro. Beleno ni siquiera pensaba en huir, lucharía o moriría, pero jamás escaparía de una lucha a muerte, él no era un cobarte aunque otro hubiera calificado su comportamiento de estúpido o simplemente tozudo.
De repente la mantis se echó hacia delante, alzó una de las pinzas, Belenos tiró el arco a un lado, aquello ya era cuerpo a cuerpo, su arma no serviría dentro de aquella distancia tan corta. La pinza trazó una trayectoria alta, parecía que iba a partir en dos al centauro pero éste galopó, alcanzando su máxima velocidad en pocos metros y saltó, esquivando el apéndice del monstruo. Corrió por el lado ciego del ser y se agachó bajo su cabeza insectoide, cogió una de sus flechas, brincó y se la clavó en el ojo sano.
El monstruo chilló, una cascada de sangre negra cayó sobre Belenos, manchándolo porc completo. Relinchó con fuerza cuando la pinza derecha le arañó una de las poderosas ancas, una gotas rojas manaron. Belenos corrió hacia un lado, sus pezuñas doradas levantaban la hierba, la cabeza se inclinó, buscándolo con las mandíbulas batiendo horriblemente. Se giró y le dio una coz brutal, se escuchó otro chillido, el ser cayó de lado y Belenos aprovechó para pisotear la cabeza con fuerza, jadeando, medio afixiado, el cuerpo del monstruo se removía con furia pero él no cesó hasta que se quedó inerte.
Belenos se separó, sucio, herido y agotado. Dio unos pasos y luego sus patas se doblaron, inclinó la cabeza, su respiración era profunda. | |
| | | Adonis Dios menor
Mensajes : 73 Fecha de inscripción : 22/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 8:53 pm | |
| Adonis sólo alcanzó a ver los últimos instantes de la reñida batalla entre las dos fuertes criaturas, el centauro rea realmente temible cuando empleaba sus fuerzas y agilidad, había logrado dejar a aquella monstruosa creación totalmente pisoteada y sin vida en el suelo, con su sangre del color del carbón manchando el pasto, parecía quitarle la vida a cada cosa que aquel liquido similar al ácido lograba alcanzar. Se horrorizó al ver a Belenos cubierto de aquella misma sangre, su hermoso pelaje ahora estaba negro y tenía un aspecto opaco. Se lo veía agotado, con los cabellos desordenados y algo de sudor en el torso y la frente por el esfuerzo reciente. Dudó un instante y se acercó hasta llegar a su lado, inclinándose para poder verlo mejor, dio una rápida ojeada a su cuerpo y luego miró su rostro notando que sus ojos rojizos estaban entrecerrados, no estaba seguro si estaba herido, pero su respiración profunda y lenta le preocupaba un poco.
-¿Estas herido…? –se animó a preguntarle finalmente. El bosque estaba sumido en el mas profundo de los silencio, solmene, y quieto. La voz cálida del Dios interrumpió aquella momentánea detención del flujo vital en el bosque regresando todo a la normalidad, la brisa soplaba suave y fresca, y los tímidos animales parecían poco a poco volver a su ritmo habitual. –Ella esta bien…-agregó refiriéndose a la ninfa, volvió la vista hacia allí donde la había dejado pero descubrió que un par de sus compañera se la llevaban para darle descanso en un sitio más apropiado para que se recuperara sin problemas. Ahora el que le preocupaba era el centauro, eran criaturas de fuerte salud según sabía, pero desconocía las propiedades de aquella sangre que le cubría el cuerpo. Acercó sus dedos a uno de sus hombros y toco el negro líquido sintiéndolo pegajoso y aun tibio, lo más sensato era quitarla toda antes de que pudiera ingresar a través de su piel y hacerle algún daño a su sistema. Dudaba que el centauro fuera de aquellos que se dejaba ayudar, pero no perdía nada con intentarlo.
-Creo que deberíamos ir al lago… allí podrás bañarte y quitarte todo esto…-parecía más un pedido que una orden, pues tenía claro que no podría obligarlo a hacer nada que no quisiera por voluntad propia. Estaba decidido a ayudarlo pues su actitud noble y fiera lo había dejado impresionado. Llevó una de sus manos a la cabellera abundante y de fuerte color rojo de la criatura y la acomodó hacia atrás despejando su rostro para poder escudriñar mejor su expresión algo agotada, esperando por su respuesta.
Se había olvidado pro completo de su propia herida, que aunque ya había dejado de sangrar aún dolía un poco, además la perdida de sangre aunque había sido poca le había restado energías y sobretodo abierto el apetito. Pero el centauro necesitaba atención antes que él, podía esperar a regresar al monte olimpo para saciarse. | |
| | | Belenos Centauro
Mensajes : 88 Fecha de inscripción : 24/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 9:07 pm | |
| Belenos alzó el rostro cuando sintió que aquellos dedos acomodaban los rojos cabellos, sus almendrados ojos se posaron sobre Adonis como si no lo reconociera, era el vapor venenoso que manaba de la piel de aquella criatura lo que lo tenía tan afectado, eso y el esfuerzo de mantener un combate a muerte con una criatura más fuerte y mortífera que él. Pero era un centauro, orgulloso, feroz, resistente y capaz de hacer frente a los mismos Infiernos si aquello era necesario.
Giró un poco el rostro, en dirección hacia donde las ninfas se llevaban a su hermana, sintió un enorme alivio al verla a salvo y al parecer, de alguna forma, curada. Hubiera sentido una enorme tristeza si ella hubiera fallecido a pesar de que las molestaba en muchas ocasiones o las perseguía por simple diversión pero no iba más allá que el juego para paliar el aburrimiento.
Adonis había cumplido, la había puesto a salvo y además fue lo suficientemente sabio para no entrometerse en su duelo con aquella criatura, supo que debía dejar que el centauro si hiciera cargo de ella. Lo había subestimado, había demostrado un valor y una calma que pocos hubiera podido poner en practica en un momento como ese. A pesar de su aspecto, se ganó su respeto, al menos ya no pensaría que un mancebo sin seso, bello pero carente de cerebro. Adonis había demostrado que estaba hecho de otra fibra más especial.
Lo escrutó, aún jadeando, sabía que el lago de aguas cristalinas no solo podía limpiar aquella sangre negra que lo cubría y ahogaba su piel sino que si bebía, seguramente el envenenamiento remitiría. Se fue poniendo en pie con dificultad, temblaba como un potrillo recién nacido-sí..-luego sus orbes escarlatas se posaron en el brazo de Adonis, alargó la mano y lo tomó-¿te hirió?-frunció el ceño. | |
| | | Adonis Dios menor
Mensajes : 73 Fecha de inscripción : 22/01/2010
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso Lun Ene 25, 2010 9:33 pm | |
| El centauro pareció aceptar la propuesta de ir al lago, la sangre venenosa de aquel ser estaba afectando su sistema, y de no deshacerse pronto de ella temía que pudiera causarle daños permanentes. Además la pelea lo había debilitado y dejado exhausto, ya le buscaría algunas frutas cerca del lago mientras el otro se limpiaba, algo de comida sana y fibrosa lo ayudaría a recuperar las energías. A pesar de su aspecto suave y frágil Adonis era bastante fuerte y sostuvo como pudo a la esbelta criatura para ayudarlo a mantenerse en pie al notar que sus patas temblaban producto de su mal estado. A pesar de ser prácticamente desconocidos se alegró de que el otro confiara en él, después de todo estaba débil y aceptada la ayuda que el Dios podía brindarle. Iba a empezar a andar con él hacia el lago pero notó aquel agarre en su brazo, haciendo que se volviera a mirarlo.
La tela blanca de su túnica que lo cubría tenía algunas manchas de sangre, pero esta al ser de un color similar al del tejido apenas se percibían, pensó que tal vez el centauro la había olido o simplemente había notado la improvisada venda que Adonis había hecho para detener la hemorragia. Negó con la cabeza restándole importancia a aquello, pues apenas dolía, y sanaría en unos pocos días.
–No, no me hizo nada –afirmó sin rodeos para después empezar a andar, a paso lento, acompañándolo a través del bosque espeso, alejándose del cadáver putrefacto del horrendo ser que había perecido esa noche. Aquel olor nauseabundo poco a poco fue perdiéndose hasta que dejaron de percibirlo, afortunadamente el lago no quedaba muy lejos, así que no tardaron más de unos 15 minutos en llegar. Durante el camino ninguno de los dos dijo nada, y a pesar del silencio, el ambiente no era incómodo entre ellos. El rubio había descubierto que podía confiar en él y se sentía cómodo en su compañía, solo la preocupación por el estado de la criatura de rojiza melena le preocupaba un poco, pero sabría que se pondría bien.
Esa había sido una de las noches más emocionantes en el último tiempo, una gran historia sin duda, y aunque no había hecho gran cosa y en realidad había sido Belenos quien había salvado la situación, se sentía satisfecho por haber sido de utilidad a la hora de ayudar a aquella pobre ninfa que de otro modo seguramente hubiera perecido.
[ESCENA TERMINADA (sigue en el lago)] | |
| | | Contenido patrocinado
| Tema: Re: Siguiendo un rastro venenoso | |
| |
| | | | Siguiendo un rastro venenoso | |
|
| Permisos de este foro: | No puedes responder a temas en este foro.
| |
| |
| |
|