Entre aquellas cuatro paredes sólo habían gotas de sangre, cadenas, lpatigos, esposas y demás implementos de tortura, entre la ventana y la pared del frente estaba ese pequeño chico, lleno de heridas y encadenado a la pared, colgado de los brazos sin llegarlo a separar del suelo, se veía bocabajo y cansado, completamente desnudo... y con la spiernas juntas...
-Hah hahh...- respiando hondo -Mimiko...- (el peluche)dijo susurroso entre exalaciones dficultosas
Hacpia frío pues las ventanas, más bien rejas, dejaban pasar el frío aire del infierno