Forbiden Love

Estaba caminando en silencio, por ahora tenía permiso para salir del Hades constantemente debido a la misión que le habían encomendado, la misión que en realidad él había propuesto para ganar tiempo; la verdad era que la guerra que estaba por desatarse no le resultaba práctica. Por una parte Zeus era su padre, y siempre que como mortal lo necesitó, su padre lo había escuchado. Por otra parte, sencillamente no le parecía algo cómodo, porque sabía que eso sólo les daría más trabajo a los jueces, muchos mortales morirían, y eso no le importaba, sencillamente le molestaba tener que juzgar tantas almas.

Por eso estaba ahí, buscaba despejarse, después de todo, él que siempre había mantenido que para ser un juez se debe ser imparcial, lo que significaba no tener ninguna clase de vínculo hacia nade que pudiese nublar el buen juicio; es decir, alguien que consideraba al hecho de enamorarse como solo un estorbo. Justamente él, ahora lo había hecho, la situación era poco usual, y para empeorar las cosas no se había enamorado de cualquier persona, no, se había tenido que enamorara precisamente de su misión.

Por ello temía, sobre todo temía de Hades, de lo que pudiera hacer para castigarle por fallar en su misión, a pesar de quizás haberle advertido que aquello podría pasar en un inicio, cuando le explicó que era lo que planeaba. La reacción de su padre no era peor que la de el señor del inframundo, y de este no sentía ese miedo.

Sin darse cuenta antes notó una figura en la hierba, sentada, con la vista hacia el cielo, y entonces lo reconoció, y se acercó hacia él sin hacer el menor ruido, aunque sus palabras lo hicieron fruncir el ceño. -No deberías estar pensando ahora mismo en tu muerte Apolo- terminó de acercarse poniéndole una mano en el hombro, despacio.

Relajo la musculatura de su ceño, tratado de volver a aquél rostro de indiferencia que tan propio le era; aunque le resultaba complicado considerando que lo que lo había causado eran las palabras de la persona que se había hecho tan importante. A nadie le resulta agradable el escuchar a la persona que ama decir que quisiera morir.

Lo que lo hizo relajar un poco más su expresión fue aquella sonrisa y el beso en la mano, así que mejor aceptó la invitación a sentarse, tratando de no gritarle que dijera de decir y pensar en esa clase de estupideces, Apolo no debía morir, no, porque no le interesaba tener que entregar su propia vida por protegerlo, por hacer todo lo posible y hasta lo imposible porque la guerra no se desatase tan pronto y sobre todo que Apolo no se viera herido.

Podía soportar la idea de ser castigado por Hades, de quizás morir y seguir siendo castigado; pero no soportaba el imaginar siquiera no poder ver a Apolo, no saber que estaba bien.

Definitivamente por eso jamás se había enamorado, era demasiado complicado, demasiado para mantenerse neutral, para mantener un buen juicio. Negó suavemente para si mismo mientras le pasaba el brazo por la cintura, abrazándolo hacia su cuerpo dejándolo jugar con la otra mano en silencio. -Y aunque lo averigües más te vale que no lo intentes, porque no quiero tener que juzgar tu alma Apolo- Aquello lo dijo en un tono serio, de verdad pensaba lo que decía, y ladeó el rostro para acercarse a su rostro y dejarle un beso en sus negros cabellos.

Tenía tiempo preguntándose una sola cosa. ¿Porqué? El siempre había sostenido que no necesitaba al amor; lo consideraba como algo banal y superfluo. Como humano se había casado y había tenido descendencia, pero no podía afirmar que hubiese amado a su esposa, la respetaba y le daba s lugar, pero nada más.

Y ahora... ahora que de verdad se había enamorado tenía que haberlo hecho con la persona que menos le convenía ¿porqué pensó que aquella misión podría ser la mejor idea? ¿porqué simplemente no había podido poner atención al sarcasmo de Hades cuando este le dijo que no fuera a enamorarse de Apolo al empezar su misión? Quizás fuera su culpa, se había sentido atraído físicamente por el otro al inicio y ahora Apolo se había ganado su corazón. ¿En que momento había cometido un acto tan suicida como ese? no podía decirlo exactamente aunque bien sabía cuantos problemas le traería.

En el momento que los labios del dios se unieron a los suyos todos aquellos pensamientos se arremolinaron en su mente, como un fuerte torbellino que parecía atacar con furia a su razón. Aquello no fue más que un corto instante que le apreció eterno por un momento.
Sintiéndose abrumado e incluso mareado. Cerró los ojos abrazando al mayor contra su cuerpo. Su presencia era lo que lo hacía saber que sin importar lo que pasara no se retractaría de su decisión, a pesar de seguirse preguntando las razones que dudaba hallar y del miedo que llegaba a sentir al saber que por ese amor sería capaz incluso de enfrentar al mismo de Hades, a pesar de saber que sólo tenía una mínima posibilidad contra él..

Apenas y se separó de sus labios abriendo los ojos, mirándolo fijo, hablaba casi sobre sus labios. -Apolo, te amo- Las demás palabras sobraban, y solo volvió a besarlo.