Alimentando a un cachorro perdido...

La llegada de un nuevo ser al bosque le tenia bastante intrigado, generalmente lo veía a distancia siendo que la mayor parte del tiempo aquel ser nunca se percataba de su presencia o al menos eso creía.
Solo le molestaba una cosa de aquel Grifo, y no era que jugase cruelmente con las criaturas del bosque antes de comerla o su agresividad hacia cualquier cosa que se le acercase, sino él hecho de que paresia apunto de morirse de hambre por lo esbelto que estaba ¿es que acaso no podía cazar nada? ¿O simplemente ya no quería hacerlo?
Aunque no estaba en posición de quejarse sobre como el grifo cuidaba su salud, cuando ni siquiera se preocupa por la propia pero era diferente, aquel grifo como todos los de su especie no resurgían de sus cenizas, por lo que debería apreciar más la vida.
Había decidido intervenir lo quiera el grifo o no; afortunadamente para darle de comer a aquella criatura no necesitaba matar un animal salvaje simplemente robo un venado a unos cazadores, y con en animal muerto en su poder tomo su forma humana cargándolo en el hombro se dirigió hacia el lugar donde vio por ultima vez al grifo.
-si aun estas aquí te traje comida…-
Dijo en voz alta y firme, lanzando el venado al suelo para luego sentarse con tranquilidad, no le temía en lo más mínimo a un grifo, además si este trataba de comerlo simplemente cubriría su cuerpo con llamas aunque dudaba que le atacara puesto su olor definitivamente no era el de un humano y si ello no lo hacia desistir, estaba seguro de que el grifo primero se comería la carne antes de intentar algo más.

En realidad casi nunca se percataba de la presencia de otros pues su mayor sentido no era precisamente el olfato, sino más bien la vista. Más de una vez contempló aquel ser rondando los lugares por donde él rondaba, y siempre le llamó la atención el por qué de que estuviera haciendolo... ¿Pretendía cazarle? Desconfiados pensamientos rondaban aquella juvenil mente, mas era común que desconfiara de aquellos que tuvieran forma humana. A menos que estuviera realmente cerca, núnca lograría captar la verdadera escencia de aquella criatura.

Desde lo alto de un árbol, oculto, bien oculto entre la malesa. Daemon yacía descansando luego de un 'atareado' día. No tenía intenciones de sobrevolar los cielos de momento, ni mucho menos atacar a alguna criatura para entretenerse. Esta vez trataba de conciliar el sueño en un sitio muy distinto a lo que él acostumbraba a tomar como lugar de descanso. Generalmente debía encontrarse en las alturas, donde ningún humano pudiera alcanzarle. Mas por esos lares precisamente, no había montañas o riscos algunos. Para hallarles debía volar nuevamente, pero no tenía ánimos. El hambre le matenía con poca energía, mejor recargarla para luego ir de cazería.

Pretendía cerrar un momento los ojos cuando aquella presencia 'familiar' comenzó a notarse no muy lejos de donde él se encontraba. Sigiloso como buen 'ave-monstruo' que era, le contempló en silencio hasta que vió lo evidente cayendo hacia el suelo. Ese aroma sí que era reconocible. Sangre, tierna sangre de venado. Pero esa criatura ya estaba muerta y quien la dejó allí era aquel 'humano'. ¿Enserio creía que caería facilmente en aquella trampa? Oh no, por supuesto que no. En el pasado cayó con facilidad al ser aun más cachorro de lo que era ahora, pero ya tenía la experiencia guardada en su memoria, no caería dos veces.

Con fuerza dio un chillido de amenaza antes de dejarse caer hasta el suelo mostrándose feroz frente al sujeto. Su cuerpo se había tensado pese a que el otro no se mostraba con armas u objetos que fueran para atraparle, pero los humanos eran traicioneros y siempre tenían un As bajo la manga.

Su despreocupación era más que notable, no hacia más que mirar hacia el cielo en espera de aquel grifo, con la guardia completamente baja, después de todo no tenia nada de que preocuparse.
Al oír aquel agudo chillido miro con tranquilidad hacia el lugar de donde provenía, viendo por fin a aquel grifo hambriento.
-ya comenzaba a pensar que no vendrías…-
Comento sin perder su tranquilidad ante la amenazante pose de aquella bella criatura, esbozando una sutil sonrisa pero fácilmente reconocible.
-vamos… no te preocupes tanto, no busco casarte o hacerte daño si eso es lo que piensas…-
Argumento tras un suspiro ante la cautela del animal, “a este paso no probara bocado de la carne” pensó, optando por mostrarle su verdadera forma para demostrarle que no tenia intenciones de dañarle. Con lentitud para no provocar al grifo se puso de pie y en un instante, tras ser cubierto por llamas de brillo segador un ave del tamaño poco mayor que un águila yacía en su lugar.
Sus plumas se tornaban rosáceas conforme el fuego abandonaba su cuerpo, y tras estirarse un poco, nuevamente poso su vista sobre el joven grifo.
Al principio no pensó en explicarse, después de todo eran pocos los que no conocían la naturaleza del ave fénix ¿pero y si aquel grifo nunca había oído hablar del fénix? Esa era una posibilidad no podía negarlo.
-soy un fénix, un ave de fuego que solo se alimenta de rocío… asíque no debes preocuparte porque nunca tuve intenciones de casarte…-
Explico agitando un poco sus alas, para acomodarlas nuevamente contra su cuerpo mientras que su vista no se apartaba de la del fénix.
-soy una criatura que al morir arde en llamas para luego renacer de sus cenizas…-
Concluyo tratando de advertirle que pasaría si le atacaba, algo que en verdad no deseaba que suceda puesto no quería que aquel joven grifo saliera herido.

¿Había que aclarar que era alguien terco? Demasiado quizá, pues no le bastaban unas simples palabras para convencerle de que no iría a cazarle. Por sus experiencias tenía más que en claro que los humanos eran realmente traicioneros, y el hecho de traerle sabiendo en especial de su presencia, no ayudaba mucho que digamos. Pero bueno ¿Qué se le podía pedir a un Grifo jóven como él? Y gracias que no le atacaba...¿O gracias que su instinto le contenía para no atacar?

Ahora bien, probablemente el transformarse frente suyo no era precisamente una buena idea. En cuanto el otro cambió, el joven grifo se echó hacia atrás entre sorprendido y asustado por ver un ave hecha de fuego. ¿Qué demonios? Núnca oyó hablar de semejante criatura, ni tampoco había visto una.

Alertado por la imagen del otro, Daemon libera un nuevo chillido proveniente de su pico. No toleraría la distancia de ese ser, le asustaba de alguna forma que fuera de fuego, pues si se fijaba su altura él era muchísimo mayor que esta, asi que no por eso se movía inquieto.
Su enorme cuerpo se movió hacia un costado y el otro.Aun chillaba y alertaba al otro que no se acercara, pese a que el fénix probablemente no lo haría. Recién cuando el otro estuviera lo suficientemente lejos él iría tras aquel 'dulce' venado. Pues no se atrevía acercarse hasta aquel sitio.

Lo que sí, le llamaba la atención que hablara tan fluidamente el idioma de los humanos. Seguramente estaba 'adiestrado', pues ni siqueira él hablaba así de bien. Bah, en realidad no tenía intención alguna de comunicarse.

Dio un suspiro puesto a este paso no lograría absolutamente nada, ambos eran tercos y al parecer esto se iba a convertir en una competencia de quien tiene más terquedad.
Trasformarse definitivamente no fue tan buena idea como lo pensó en un comienzo pero pese a eso no se rendiría, ahora había decidido no solo alimentarlo hasta verlo en buena forma sino lograr que le digiera su nombre y hablara, definitivamente lo lograría.
-ya comprendo… no confías en mi…-
Dijo al verle tan nervioso chillando en advertencia, al parecer tendría mucho camino por delante con aquel joven grifo, pero bueno, eso era la interesante puesto si las cosas fueran tan fáciles desde hace mucho tiempo se habría cansado de este mundo.
Retomando su forma humana le hizo una leve reverencia dándole la espalda y con tranquilidad comenzó a caminar alejándose del grifo.
-en menos de 1 semana lograre que me digas tu nombre por cuenta propia…-
Dijo en voz alta, sin soltar siquiera al verle mientras pensaba como actuaría para lograr su cometido.
-Mañana volveré a traerte más comida, y en el caso de que ya no estés aquí simplemente te buscare…-
Dijo calmo en clara advertencia que no pensaba dejarlo en paz hasta hacer su cometido, definitivamente no desistiría y si de casualidad no lograba hacerle decir su nombre en una semana entonces alargaría el plazo el tiempo que hiciera falta. Esto iba a ser un concurso y solo el más terco ganaría, ya sea Daemon en negarse hablarle y desconfiar siempre de él o Quinn ganándose la confianza del joven grifo.
-espero te guste el cerdo…-
Dijo bromeado indicándole que al día siguiente le traería un cerdo para come, Sinceramente quería ganarse la confinase de aquel grifo no solo por ser terco sino que durante el tiempo que le observo se veía muy solitario y como lo único que le podía ofrecer era su compañía, lo haría gustoso después de todo incluso para Quinn es más que grata la compañía de un amigo.

Al fin se daba cuenta de que no confiaba en él. ¿Y quién le aseguraba que acabaría haciéndolo luego? ... El aroma fresco de aquel venado le estaba tentando demasiado ¡Condenado sea! Tenía hambre,y cuando esto sucedía casi no era capaz de pensar seriamente. Sin embargo esperaría hasta que el otro se haya apartado lo suficiente como para comerse aquel animal muerto. Tampoco podía estar allí sin acercarse por mucho tiempo, aquella carne podía hecharse a perder y sería un significativo desperdicio, en especial por que su estómago se quejaba.

Con paciencia esperó a que la otra criatura se fuera alejando a una distancia que él creía no lograría hacerle mucho. Sï, ciertamente solía ser algo iluso en cosas que desconocía, pero no había caso con él.

¿Por qué hablaría tanto? De todo lo que dijo sólo captó lo que le interesaba: La comida. ¿Cerdo? ¿Acaso acababa de decir cerdo? No entendía el por qué el otro se empeñaba en alimentarle, no había lógica en ello. Y mientras meditaba su cuerpo avanzó con lentitud hasta el venado. Hmm... aún olía bien. Sin hacerse esperar acomodó sus patas delanteras sobre el cuerpo muerto para comenzar a alimentarse de este. Claro que por las dudas emitió un chillido de advertencia al otro. Seguía desconfiando, pero eso no detenía su hambre, asi que continuó desgarrando aquella carne para comerla de a poco, con lentitud pues ya más de una vez le pasó que una comida le cayó mal por apresurarse.

Ya para cuando acabó, luego de un rato por supuesto, su cuerpo se estiró levemente en el mismo sitio donde se encontraba anteriormente almorzando. Sin embargo y para su 'mal' .... ¿Aún seguía allí? Odiaba la idea de transformarse en humano, pero al parecer no tenía otra opción si es que quería descanzar en paz.
No tardó en hacerlo, su cuerpo cambió luego de unos segundos a uno un tanto más pequeño, con una forma humana peculiar, descuidada claramente, y desvestida. Bah, para qué quería ropa si siempre iba como Grifo....

- ¿No te ibas...? - Dijo de pronto con cierto sarcasmo en su voz, prácticamente hechándolo sin hacerlo aún.

Obviamente tal como había dicho planeaba volver al día siguiente con un cerdo, luego vería como se las arreglaba para conseguirlo pero más importante que eso debía asegurarse que el joven grifo se comiera el venado, después de todo ese era el principal motivo por el cual había venido, Alimentar bien al pequeño.
Se quedo observando en silencio apartado de la vista del grifo, sonriendo satisfecho al verlo comer pero fue en el momento en que planeaba marcharse que lo vio tomar forma humana.
Era un muchacho bastante atractivo lo cual daba pena al ver lo descuidado que estaba su cuerpo, ahora si se notaba lo poco que se alimentaba aquella criatura.
-debía asegurarme que comieras el venado…-
Respondió saliendo de su escondite apoyándose poco después en el tronco de un árbol, solo mirando a aquel muchacho.
-nunca pensé que serias más alto que yo…-
Comento con una suave sonrisa que no tardo en desaparecer mientras observaba cada detalle del cuerpo ajeno; observando las cicatrices, la palidez de su piel, toda su anatomía. Sin lugar a dudas era una pena que alguien tan atractivo tuviera un cuerpo tan descuidado.
-dime… me dirás tu nombre?-
Cuestiono en un tono más gentil cerrando sus ojos unos segundos para luego perder su mirada en el cielo azul.
-créeme no quiero hacerte daño, es más me gustaría poder llegar a ser tu amigo… no te obligare a nada, eso si quieras o no te seguiré trayendo comida-
Concluyo volviéndolo a ver, dedicándole una gentil sonrisa; estaba siendo sincero solo quería su amistad por lo que no lo obligaría a nada, aunque tal como había dicho el alimentarlo no era negociable.
-así que ¿Qué me dices? Me dirás tu nombre?-
Volvió a preguntar siendo que en ningún momento cambio el tono gentil de hablar, mucho menos se aparto del árbol donde se encontraba apoyado.

Estando de pie lamió con pereza la sangre que decoraba sus manos y dedos. Mientras el otro platicaba él le ignoraba rotundamente, o al menos eso quería aparentar. Estaba siempre pendiente de lo que el otro hacía pese a no le miraba. Definitivamente aún era un 'chiquillo' en cierto sentido. Para la edad que tenía era bastante maduro, sin embargo tenía varias actitudes como las que tendría cualquier criajo. Una de ellas, y quizás la más notoria, era la desconfianza, otra era la de creerse superior al ajeno. Pero bien aun tenía tiempo de sobra para madurar 'correctamente' o simplemente bien.

Jah, asegurarse que comería el venado... qué idiota sonaba eso ¿Realmente pretendía sólo alimentarle? Por un momento le dirigió la mirada, analizándole un poco mejor. Si se fijaba, aquella forma humana realmente no asustaría ni al más pequeño animal, pero debía admitir que aún sentía cierto recelo contra los humanos pese a que no todos eran 'iguales'. - ¿Más alto...? - Arqueó la ceja y midió alturas. Oh... bueno, quizá un poco ¿Qué tenía eso que ver con todo?

Vaya sujeto más extraño... No pudo evitar sonreír con cierta sorna al escuchar el resto de sus palabras. Vale, acababa de convencerle que no le haría daño, mas lo otro... - ¿Qué te hace pensar que quiero un amigo? No te diré mi nombre... - Su nombre, ni de coña se lo diría, muy a pesar que ni siquiera era de su agrado y que no era realmente suyo.
La verdad es que no comprendía

- Por qué tragiste eso, nadie te lo pidio... - Aunque haya sido más que bien recibido por su estomago.

Pese a no demostrarlo, sin duda se alegro al oírle hablar puesto eso ya era un gran paso a su cometido, uno en el cual tardaría bastante en realizar.
-Así que puedes hablar… y si, como eres un cachorro te imaginaba diferente como humano-
Explico notándosele en el rostro una nueva sonrisa, contento del avance logrado aunque este no pareció durar demasiado.
-todos necesitan amigos y aunque lo nieguen nunca es bueno estar solo, por otra parte no me importa que no quieras decirme tu nombre puesto como ya dije no te obligare a aceptar la comida, a decirme tu nombre o a ser mi amigo… no te obligare a nada-
En verdad le gustaría acercársele, verlo mejor pero no podía hacerlo puesto seguramente aquel joven lo tomaría a mal.
¿Porque le había traído la comida? Había muchas razones para eso, pero la principal era que no se podía quedar de brazos cruzados al ver una criatura “necesitada”.
-ya se que nadie me lo pidió pero yo soy así… no puedo evitar alimentar a quien párese hambriento…-
Concluyo separándose del árbol, estirando sus brazos unos segundos para luego voltear a verle manteniendo siempre la distancia con el grifo.
-así que me dices? Te apetece comer cerdo mañana?-
Quizás era muy obvio o tal vez no pero buscaba entablar una conversación con aquel muchacho.